tal vez

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Lo miro, estático en el tiempo, cayendo ante los brazos del sueño, lo veo como vería la pintura mas bella del mundo, lo veo como miro orgulloso mis manos cuando logro aprenderme una canción. Lo miro, lo miro como mi adoración.
El cabecea, hasta que cae rendido, apoya su cabeza en sus brazos, y cuando sus cejas dejan de fruncirse, el timbre de cambio de clase suena, en un susto abre grande sus ojos, y cuando se reincorpora, me mira directamente a los ojos, sus pupilas y el rojo que va desde el interior al exterior de su iris me penetran el alma.
Por un segundo, desnuda mi alma, y me siento más suyo que mío.
Me observa con una sonrisa, y se vuelve a su cuaderno.

Mi visita momentánea entre clases acaba, y entonces tengo que dirigirme de vuelta a mi salón, despidiendome, sintiendo, nuevamente, que se ha llevado otro cacho de mi alma, y no es que sea egoísta con mi alma, pero estoy un poco harto de que se lleve cachos cada vez más grandes, y peor aún, porque sé que para mí esos cachos significan el mundo, y para él solo miradas entre clases.

Mi corazón no lo entiende.

Caminando hacia la siguiente clase, pienso en él, y en como luce siempre tan desprolijamente bello, con sus cabellos morados esponjados.

No hace mucho he aceptado que me gusta, aún es difícil decirlo, pero negar la obviedad esta claramente mal, y con obviedad me refiero a que cuando empecé a dudar de mis pensamientos hacia él ya había dejado de mirarlo para comenzar a observarlo. No en el modo "acosador", sino más bien en el modo "aprendo-de-su-mundo".

Y amo eso, amo observar cada ritual que conlleva su vida, como todos los martes se echa de un bocado 10 pudines, como es que enchina sus ojos cuando algo le molesta, o su tender nervioso a mover las manos de formas raras al enfrentar situaciones estresantes.

Aprendes mucho de las personas cuando las observas sin fines morbosos.

Es increíble como vive su mundo, en cómo siente o reacciona a ciertas cosas, pero aún observándolo casi a diario, nunca lo he visto sentir alguna atracción hacia nadie. En parte estoy agradecido, porque para mí corazón sería devastador, pero para mi mente es confuso.

El cómo siente y persive el amor sigue siendo un misterio para mis ojos que lo observan, y sigue siendo un dolor de cabeza para mi mente que lo piensa.

Sé que él puede gustar de quién quiera, pero eso dolía, dolía saber que yo no era el único (y tal vez nunca lo fui) en querer algo con él, y que peor aún, este alguien tenga más oportunidad que yo. Tal vez alguien de su edad, de su salón, de su banda, de su barrio, de sus amigos...

Tal vez, solamente alguien que él quiera.

Me duele pensar que mientras yo observaba el color rubí en sus ojos, no prestara atención de a quién exactamente estos mismos miraran.

Algún Día [BxB|FNAFHS] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora