•°' 3 '°•

120 16 18
                                    

Spreen no iba borracho, pero decir que estaba sobrio sería mentir. A su alrededor solo veía caras desconocidas y vasos de alcohol serpenteando por todas partes, por lo que le costó más trabajo del necesario llegar hasta el ascensor por el que había desaparecido Carre.

Tras esperar una eternidad pulsando mil veces el botón para que bajara antes, al fin se abrieron las puertas. Entre el grupo de españoles que salieron de él gritando sin parar "chupito" mientras sostenían una botella de Jagger como si fuera su tesoro más preciado, Iván distinguió la voz de alguien en particular.

— ¡Spreen, cabrón! Arriba hay un ambiente de la hostia, te la has sacado haciendo el after en esta mansión. ¡Sigue así, chaval!

No era nada más y nada menos que Grefg, totalmente ido, gritando como un desquiciado mientras llevaba a caballito a Ampeter.

Iván le agradeció el cumplido, algo en shock por la sorprendente escena, y se metió en el ascensor, pulsando el botón que le llevaría a la terraza.

No sabía con seguridad si Carre estaría allí, pero no se le ocurrió un mejor lugar al que podría haber ido para tomar el aire y refrescar sus ideas. Esperaba no haberse equivocado.

Mientras subía intentó aclarar sus propios pensamientos. Nunca pensó que se vería en esa situación. ¿En qué momento había decidido que comerle la boca a su mejor amigo era una buena idea?

No podía culpar al alcohol de su comportamiento, no era excusa, sabía perfectamente lo que hacía. Igualmente, ¿qué otra cosa podía haber hecho? Después de todo lo que le había confesado Carre en esa habitación...

A veces envidiaba esa forma que tenía de expresar sus sentimientos sin miedo, a él no le resultaba tan sencillo. A pesar de dedicarse a streamear, las palabras nunca habían sido su fuerte.

Resultaba irónico que uno de sus mayores defectos fuera la falta de comunicación, pero así era. Quería a su amigo muchísimo más de lo que demostraba... Quizás ya era hora de que eso cambiara.

Antes de llegar a su destino, el ascensor hizo una parada en la primera planta, donde se subieron Carola y Aroyitt.

— ¡Spreen, hijoputa! ¿Cómo va la noche? Yo estaba de dj en el verdadero after de la velada, pero como está toda la peña aquí me han dicho que me ponga unos temitas en la terraza. No te importa, ¿no?

— Na, no hay problema, capo, todo bien. Igual, ¿me podrían hacer un favor?

— Claro que sí, ¿de qué se trata?

— ¿Me podrían decir si ven a Carre? Le tengo que contar algo importante y no sé dónde está.

— Vale, cualquier cosa te avisamos.

— Okey, muchas gracias.

Las puertas se abrieron y Spreen se perdió en la multitud, sorprendido por la cantidad de gente que se había juntado en la terraza. No recordaba con exactitud cuándo habían entrado tantas personas a la casa.

Tras pasar largos minutos buscando entre caras desconocidas los rasgos de Carrera, Iván vio cómo Ibai se acercaba rápidamente a él, seguido de un hombre de mediana edad.

— ¡Boludo, boludo! ¿Qué hacés, papá? ¿Todo piola, boludo?

Sus mejillas rosadas y la pésima imitación del acento argentino le dieron a entender que no había chance de que el vaso que tenía Ibai en su mano fuera el primero de la noche, capaz que no era ni el quinto...

— ¡Spreen! Spreen, escúchame, escúchame. Te tengo que presentar a alguien. Mira, este es el doctor Javier Llanos, también conocido como mi padre. Papá, este es Spreen. Junto a Duki, creo que es la persona más querida de Argentina ahora mismo, después de Lionel Andrés Messi, obviamente. Este chaval es el mejor jugador de Minecraft que conozco y también es el responsable de que estemos en esta pedazo de mansión ahora mismo. Y con solo veintidós añitos, papá, ¿qué te parece?

*°• ʟᴀ ᴄᴀꜱᴀ ᴍᴀᴅʀɪᴅ •°* ~ {Rodrivan} Donde viven las historias. Descúbrelo ahora