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El ambiente en la terraza no tenía nada que envidiarle a cualquier festival veraniego de música electrónica. Carola estaba haciendo un trabajo realmente bueno, no podría decir con exactitud qué hora sería, pero la multitud parecía querer pasar allí arriba toda la noche.

Esto era algo de lo que Spreen se habría sentido orgulloso cualquier otro día. Sin embargo, tener a tanta gente en pedo ocultándole la visión e impidiéndole el paso era lo último que quería en ese momento.

Encontrar a Carre estaba siendo una tarea imposible pero, justo antes de darse por vencido, escuchó a Carola hablar por el micrófono.

— Gente, ¿que os está pareciendo la fiesta?

Una gran ovación entre gritos, silbidos y aplausos se hizo presente en la estancia.

— Me alegro de que os esté gustando, por eso, con el siguiente drop quiero agradecer a dos personas muy importantes. Sí, Carrera, sí, a ti, no te escondas, que estoy viendo como te quieres escapar por el ascensor — riendo, Carola señalaba con un dedo acusador al castaño, mientras un foco le apuntaba directamente —. Agradecerte a ti y a Spreen, esté donde esté, por organizar esta locura de casa y dejarme pinchar unos beats bien guapos aquí arriba. Gracias, chavales, seguid disfrutando.

Spreen se anotó mentalmente hacerle un maldito pedestal a Carola para agradecerle el favor que le acababa de hacer. El drop explotó haciendo que toda la multitud saltara y chillara al ritmo de la fusión musical de trap, dembow y electrónica que resonaba en los parlantes.

Iván consiguió al fin escabullirse de la aglomeración, alcanzando el ascensor y logrando deslizarse entre las puertas del mismo unos segundos antes de que se cerraran.

— Hola — murmuró el más alto en voz baja una vez dentro.

Rodrigo estaba de espaldas a él, pero sus miradas se cruzaron a través del espejo del ascensor.

— Hola — respondió antes de desviar la vista al suelo.

Carrera no sabía cómo sentirse, según había insinuado Nicki en su pequeña charla, Iván, en cierta forma, ¿correspondía sus sentimientos? Eso explicaría su comportamiento en esa habitación tras su repentina declaración, su incontrolable impulso por besarle...

— Carre, dejame explicarte, por favor.

Spreen se acercó más a él y puso una mano en su hombro. Rodrigo se estremeció ante el contacto y se giró lentamente para quedar cara a cara.

Observó su mirada oscura, su expresión suplicante, sus rosados labios entreabiertos... El castaño se moría por volver a probarlos, sin embargo, decidió tantear el terreno primero y, por qué no, hacerle sufrir un toque. Esbozó una sonrisa triste antes de hablar.

— No hay nada que explicar, Iván. No quiero ser el mal tercio, espero que lo entiendas.

Las puertas del ascensor se abrieron y llegaron a la planta de las habitaciones, la cual se encontaba desierta en comparación con el resto de la casa. Rodrigo avanzó por el pasillo dispuesto a llegar a su pieza. Spreen le siguió, intentando hacerle entrar en razón.

— Pero, Carre... Por favor, escuchame, ¡ella y yo no somos nada!

— ¿Me estas jodiendo? — el castaño se paró en frente de su puerta —. ¿Qué me importa lo que sean o lo que dejen de ser? ¿Acaso pensás que no te vi toda la semana babeando por ella cada vez que te escribía?

*°• ʟᴀ ᴄᴀꜱᴀ ᴍᴀᴅʀɪᴅ •°* ~ {Rodrivan} Donde viven las historias. Descúbrelo ahora