—No existe divinidad verdadera sino solo Ala— recito Sumbul Aga el Shahada.
—No existe divinidad verdadera sino solo Ala— repitió Deyanira.
— y Muhammad es el Mensajero— Sumbul Aga continuo recitando.
— y Muhammad es el Mensajero— Deyanira nuevamente repitió.
—Listo, Kalila.
—¿Kalila?— pregunto la joven.
—Desde hoy, ese es tu nombre— Kalila mordió el interior de su labio pensativa y asintió.
La noche llego pronto y a la luz de las velas en el harén, Kalila era preparada para visitar al Sultán, a la par que la sultana Hürrem se preparaba para la noche de jueves. Las velas eran encendidas por los guardias mientras Suleiman se para recibir a la mujer que tanto había esperado. La sultana Hürrem camino por el camino dorado, su belleza resaltando.
—Sultana— Ibrahim pasha saludo en un gesto.
—Ibrahim Pasha, con permiso, su majestad esta esperándome— Ibrahim Pasha se interpuso.
—No tan rápido, sultana, su majestad tiene compañía, por favor, vuelva a sus aposentos sin hacer un escandalo.
En ese momento, esas palabras, hicieron que la sultana Hürrem palideciera en ira pero solo se mordió la lengua y volvió en sus pasos para volver al Harén.
—Su majestad— Kalila hablo en un susurro por puro impulso llamando la atención de Suleiman.
—Acércate— Ella obedeció, se acerco en silencio y se agacho para besar el dobladillo de la túnica del Sultán como se le ordeno antes de entrar, Suleiman tomo su mentón con cuidado, haciendo que levante la vista y enderece su postura debido a la diferencia de estaturas, el Sultán se deleito por un momento con los ojos de Kalila— Tus ojos son tan hermosos como en tu retrato— Kalila esbozo una sonrisa dulce desviando la mirada un poco— ¿Deyanira es tu nombre?
—No, su majestad, esta mañana, Sumbul Aga me ha dado un nuevo nombre—Kalila responde respetuosa y Suleiman esboza una sonrisa.
—¿Cuál es tu nombre?
—Kalila, su majestad
—Es un hermoso nombre— comento el Sultán mientras acariciaba la mejilla de Kalila, sintiendo su piel suave bajo sus ásperos dedos —¿sabes lo que significa?— Kalila ladeo levemente la cabeza con curiosidad— Significa Buena amiga— Kalila sonrió levemente y entre cerro los ojos antes de cerrarlos por completo al sentir los labios del Sultán sobre los de ella, moviéndose en sincronía.
La mañana siguiente no tardo en llegar a toda prisa, las horas se hicieron segundos entre risas cómplices y los minutos volaron entre las miradas y sonrisas compartidas.