Cuando los días en el mar eran tranquilos y ya no sabían qué más hacer, la limpieza se volvía un recurso de la navegante para entretener a toda la tripulación. Nami obligaba a todos a que hicieran una limpieza general del Sunny, sin dejar un solo rincón sucio. Alguna vez manifestó que el barco era la imagen del pirata, queriendo decir que si el Sunny estaba descuidado, para el resto del mundo ellos serían iguales.
Normalmente, este rito se daba cada dos semanas, donde cada miembro de la tripulación tenía una tarea específica, incluido Sanji. Y aunque su territorio solía ser la cocina, aquella semana dejó que la tarea recayera sobre el idiota del espadachín y Jinbe. Esto garantizaba que el peliverde hiciera algo, porque si lo mandaban a limpiar la bodega de munición, casi siempre terminaba haciendo el vago, durmiendo en cualquier sitio medio cómodo.
Mientras, él ofreció su ayuda a Robin para limpiar la biblioteca. Debido a la cantidad increíble de libros que ella estaba acumulando, se había vuelto una tarea bastante pesada. Literalmente, los libros apilados pesaban una tonelada y su pobre espalda estaba a punto de romperse en dos por cargar los que estaban amontonados en el suelo o en las mesas. Aún así, obedeció cada petición que la morena le hizo.
Hacia el final del día, ya solo quedaba limpiar el polvo de los libros ahora en orden alfabético. Cogió el plumero y comenzó a azotar a los libros, alejando su cara tanto como podía. Arrugó la nariz, el horrible polvo de seguro le daría alergia. A la misma vez, Robin estaba sentada en el escritorio central, revisando los libros que estaban deteriorándose y arreglándolos en el proceso.
— Oh, esta novela tiene un fallo en el lomo. — dijo ella en voz baja. Luego, tocó con delicadeza el pequeño corte y lo revisó por varios segundos antes de levantarse. — Como la rotura es pequeña, solo necesita algo de pegamento. Iré a pedirle a Usopp un poco, vuelvo en unos minutos, Sanji.
Él asintió con la típica sonrisa amable que le daba a las mujeres del barco y después se dio la vuelta para retomar su labor. Una vez que Robin salió de la habitación, se permitió ir más lento. También, hojeó un par de portadas por puro aburrimiento. Y cuando leyó algunas sinopsis se dio cuenta que la mayoría de los libros o eran de conocimiento general o eran novelas románticas.
Aunque nunca había sido un gran lector, sentía respeto por los libros, especialmente porque Robin los apreciaba tanto. Pero de nuevo, no encontraba la gracia en las historias fantásticas que ella habituaba a leer. Le parecía que el mundo real era mucho mejor. Y las novelas románticas era algo que no leería nunca. No por nada en especial, solo que él preferiría vivir su primer amor en la vida real y no imaginándolo por una novela.
Dejó el libro que tenía en las manos y pasó al siguiente, que era un libro particularmente pequeño en grosor. Le llamó la atención cuando se dio cuenta que no tenía título en la portada ni nombre de autor grabado en el lomo. Era bastante diferente al resto de la colección, así que por un momento creyó que tal vez podría ser un diario.
Robin, siempre tan misteriosa y elegante, ¿escribiendo un diario? Una mina de oro. Y bueno, ¡qué más podía hacer! Le ardió las manos de curiosidad y antes de que pudiera detenerse ya lo abrió para ver su contenido.
La primera página estaba en blanco excepto por un título desconcertante: "Espada y cuchillo". Bueno, no sonaba a un nombre que una mujer le pondría a su diario, pero por si acaso avanzó hasta la siguiente página, donde la primera frase que leyó lo golpeó como un trueno.
"La isla Momoiro se sentía tan dulce como amarga, y Sanji sabía por qué. A pesar de que intentó olvidar al idiota de Zoro, sus pensamientos seguían dirigiéndose hacia él, hacia sus labios..."
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Cómo sobrevivir en un BL (ZOSAN +18)
FanfictionSanji casi grita cuando descubre un libro homo-erótico en la colección de Robin. Y más allá de lo sorprendente de los gustos de la pelinegra, el contenido fue lo que casi hace que se desmayara. Era una historia de ficción entre Roronoa Zoro y él. Am...