Se levantó tan rápido que un ligero mareo casi hizo que se tambaleara de vuelta a la camilla. Debía comer más alimentos con hierro, anotado. De todas formas, sacudió la cabeza e intentó caminar hasta la puerta para escapar de allí.
Zoro lo atrapó del brazo antes de que huyera.
— ¿A dónde vas? Te dije que tienes que descansar.
— Suéltame. — respondió mientras forcejeaba. No pensaba pasar un minuto más en aquella absurda realidad donde un hombre iba a hacerle "cosas" a su preciado cuerpo.
Lo apartó de una patada (que fue bastante poderosa) en la rodilla y aunque el peliverde soltó un aullido de dolor, no tuvo el tiempo ni la consideración para ver si estaba herido. Salió disparado de la enfermería con el corazón latiendo en su pecho como un maldito tambor. No tenía ni la menor idea de que haría, pero por más que lo pensaba nada tenía sentido y lo cierto es que no se quedaría de brazos cruzados buscando una explicación.
Honestamente, lo único que quería era irse, incluso si tenía que cometer alguna locura ¡Y si llegó a esta realidad por un accidente, entonces, otro accidente le devolvería a su verdadera realidad!
Sus piernas lo llevaron hacia la barandilla del barco. El viento del océano golpeaba su rostro, y el sonido de las olas rompían con fuerza en el casco del Thousand Sunny. Sanji subió de un salto a la barandilla, aferrándose al metal frío con determinación ¡Esto tenía que funcionar! La altura era ideal para morir rápidamente, y si no lo hacía, al menos le garantizaría un coma. Mucho mejor a tener un romance con Zoro, si se lo preguntaban.
Dio un paso cuando escuchó que las voces de sus amigos sonaban justo detrás.
— Sanji, ¿qué haces ahí? — la voz de Nami resonó desde el otro lado del barco —. ¿Qué demonios estás haciendo?
— ¡Baja de ahí, idiota! — Zoro gritó con furia, acercándose rápidamente mientras se sobaba la rodilla. Sanji apenas los escuchaba. Su mirada se dirigió de nuevo a las olas, que emergían y bramaban con ira contra el barco, como retando a que saltara. Se movió unos centímetros, cuando el sonido de pasos se hizo más fuerte, y antes de que pudiera reaccionar, una mano estirada como un látigo se acercó a él. Era Luffy usando su habilidad para atraparlo.
—¡Sanji, no lo hagas! — gritó Luffy, su voz llena de preocupación. — Te necesitamos.
El movimiento debía ser uno de los más rápidos de su capitán en ese entonces, pero a ojos de Sanji era demasiado lento. Se notaba que recién empezaban su viaje por el Nuevo Mundo. En el último segundo, giró su cuerpo con agilidad hacia atrás para hacer una voltereta, apoyándose brevemente en la barandilla con una mano.
— A mi no me necesitan, su verdadero Sanji estará aquí tan pronto yo me marche, así que déjenme en paz. — gritó con una pequeña sonrisa de imploración.
— Oh, dios, enloqueció por completo. — escuchó la suave voz de Robin.
— Claro que te necesitamos, Sanji. Eres nuestro amigo y sin ti no podemos seguir adelante. — dijo su capitán. Su tono de voz era serio, delatando que lo que se venía era una charla motivacional. — Además, tienes un sueño ¿No vale la pena seguir vivo para conseguirlo? Prometiste que encontrarías el All Blue, y prometiste estar conmigo hasta que fuera el rey de los piratas, ¿no?
Ugh, esperen. ¿Pensaban que se quería suicidar por gusto?
— Por todo eso que dijiste, debo hacer esto. Tengo que volver con mi tripulación real. — Y saltó sin más vacilación, con su esbelta figura cortando el aire por la velocidad con la que caía.
ESTÁS LEYENDO
Cómo sobrevivir en un BL (ZOSAN +18)
FanfictionSanji casi grita cuando descubre un libro homo-erótico en la colección de Robin. Y más allá de lo sorprendente de los gustos de la pelinegra, el contenido fue lo que casi hace que se desmayara. Era una historia de ficción entre Roronoa Zoro y él. Am...