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5. Clases de Baile
Un día, como casi todos, estabas junto a Valentino en tu casa. Ya era bastante común que se pasaran los días estando juntos en todo momento y cada uno estaba mirando su teléfono Mientras él miraba videos, vos escuchabas música mientras jugabas, hasta que de la nada (gracias a tu playlist tan variada) empezó a sonar bachata.
sí, tu gusto culpable.
Cerraste los ojos disfrutando de "Rechazame" de Prince Royce, moviendo tus labios sin necesidad de cantar recordando tan bien la letra. Valentino sintió esos pequeños movimientos que hacias al lado suyo y costó que te mirara hasta que te levantaste del sillón bailando. Te siguió con la mirada, la música estaba tan fuerte en tus auriculares que él llegaba a escuchar, hizo una mueca pensando en que te ibas a quedar sorda pero no te dijo nada, prefirió observarte mientras vos disfrutabas bailando.
Hasta que claro, desconectaste los auriculares y rápidamente pusiste el tema en youtube de la televisión. No poniendolo tan alto, pero bastante, después de todo no estaban los padres de ninguno y era menos vergonzoso. Fuiste hacia él al sillón para arrastrarlo contigo, al principio avergonzado de bailar esa música pero vos insististe.
ㅡ¡Dale! Vos escuchas Luis Miguel y yo no te digo nadaㅡrenegaste, agarrándole la manga del buzo.
ㅡPará, no es lo mismo.ㅡ se reía al ver como intentabas levantarlo, hasta que lo agarraste del tobillo y cayó al suelo sentado, quejándose ㅡ ¡no quiero bailar!
ㅡ¡yo sí! ¡bailas todo el tiempo arriba del escenario! ¿por qué no querés bailar conmigo?
Eso, junto a la cara que le pusiste lograste generar un suspiro muy largo en él mientras se levantaba del piso con todo el pesar del mundo, caminó hasta vos en medio del comedor y te miró con ambas cejas alzadas esperando ㅡ¿vas a ponerla o no?
ㅡdepende qué.
te revoleó los ojos reprimiendo una pequeña risa
ㅡqué tarada, dale.ㅡ estiró su mano hacia tí, la tomaste al instante entrelazando tus dedos con los de él y le diste play a la música, la misma que estabas escuchando antes.
Le indicaste suavemente como debía mover los pies en el inicio de la canción, no era bachata esa coreo pero al menos iba al ritmo. Un pie acá y allá, mover juntos los hombros y brazos como cuando bailaban cuarteto pero más suave y esas vueltas juntos que también hacian.
Cuando quedaban más cerca gracias a los pasos que hacia apropósito donde tirabas de sus manos para que pecho y pecho quedaran juntos, ambos se reían divirtiendose, cada vez soltandose más y generando más química.
llegó hasta un momento donde Valentino ya se habia memorizado la letra y su voz suave la cantaba por lo bajo. Vos, aunque no tuvieras tan buena voz, empezaste a cantar junto a él más alto, animandolo a subir el tono. Pero no se animaba, aún algo avergonzado.
Y sé
Que conmigo tú eres feliz
No podemos seguir así
Terminaremos sufriendo
Nuestro amor
Tiene que terminar aquí
Yo no quiero pero es así
Aunque me duela el corazón
Cantaste con pasión, sin importante tu voz o tus pasos de baile si se veían ridículos. Las manos entrelazadas que soltaste por un momento, agitando ahora tus manos para animarlo a cantar más alto otra vez, Valentino renegó por negarse a cantar eso tan alto pero finalmente aceptó cuando te vió fruncir el ceño, riendose de tu expresión e intentos por convencerlo.
Y, ay, recházame
Es que no puedo aceptar tu amor
Ay, olvídame
Aunque nos duela, hay que aceptar ese dolor
Es que yo tengo mi mujer
Y tú tienes tu novio
Yo no, no quiero ser infiel
Me matará la tentación
Y entiende
Entiende, corazón
Y, ay, entiende
Entiende, por favor.
Valentino gesticuló más como vos, cantando con tantas ganas, al final moviéndose más suelto ahora. No había notado que te le quedaste mirando muy fijo cuando estaba cantando, con una sonrisa inconsciente en el rostro, hipnotizada. Se estaba dejando llevar por la letra de la música, que hasta comenzó a actuar, probablemente una de las mejores partes de bailar juntos. Su mano fija en tu espalda, la otra sosteniendo con delicadeza tu mano, y ahora él te guiaba. Incluso te dio un beso en el cachete, cerca de tu oído, donde ahora cantaba más bajo, en un susurro un poco más grave con los ojos cerrados.
La piel se te erizó, los pelos de punta, los cachetes rojos. Tu corazón latiendo tan rápido y los nervios fueron más fuertes que vos, volteaste la cara de pronto.
Tus labios sobre los suyos, el primer beso. Ambos reposando con ternura sobre el otro sin moverse un centímetro. Los de él eran tan suaves y tiernos. La canción ya había terminado justo en el momento que lo besaste y todo estaba en silencio, solo escuchabas tu corazón en tu garganta y también los latidos de Valentino. Cuando te alejaste de sus labios, te estaba mirando con los ojos un poco más grandes, tenía la cara roja y los labios entreabiertos.
Ninguno dijo nada, solo se quedaron mirando. Demasiados segundos ahí congelados, mirando las facciones del otro, y esta vez fue él quien te besó, sus manos agarrando tus mejillas para que no te volvieras a alejar.
