𝟐

607 25 2
                                    

2

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

2. "Fan"

Fue más difícil de lo que pensaste que justo tocara un show de Valentino en un boliche cerca de tu ciudad y que, encima, tus padres te lo hayan "regalado" también. Tenías el corazón en la garganta mientras te arreglabas para salir, pensando en si lograrías estar en primera fila para verlo tan cerca como pudieras, si llegarías a sacarte una foto con él e incluso poder hablarle un poco más que tan solo un "hola y chau."

A las nueve de la noche, ya en la fila para poder ir entrando, te acompañaban otras de tus amigas, y vos con un tic nervioso en la pierna derecha que no dejaba de sacudirse.

—¿No vinimos solo para ver al pibe este, verdad?— una de tus amigas te preguntó, mirándote con una ceja alzada y cruzada de brazos —Más te vale que nos quedemos hasta tarde, tuve que romperle las bolas mucho a mi mamá para que me dejara venir.

—Sí, sí, no vinimos solo por él...— Obvio vos sí, a vos no te interesaba otro cantante más que Valentino. Era esa pequeña ilusión de por fin tenerlo cerca y, encima, escuchar su voz en persona, ya no solo a través del celular con fotos y videos; claramente no era lo mismo.

(. . .)

Por más estúpida que te vieras, los ojos se te habían llenado de lágrimas cuando, junto a tus amigas, prácticamente corriste para estar en primera fila, y ya había salido al escenario a cantar. En ese momento, al ver su figura, su presencia, a él. Estaba ahí, en carne y hueso, a tan pocos metros tuyos, cantando con tanta pasión, y fue la primera vez que te sentiste tan emocionada en un show de música que, junto a otras fans, un grito salió de tu garganta mientras comenzabas a bailar junto a tus amigas.

Las manos arriba, pies inquietos y puras risas entre tú y el resto. El primer tema de la noche fue "Tu foto", el cual sabías al pie de la letra, y apenas empezó a cantar las primeras estrofas, lo seguiste tan emocionada.

En el momento clave de la canción, sentiste ese pinchazo de adrenalina que te dio por sacudir tu mano bien arriba para captar su atención unos segundos. Justo bailando en el escenario, te llegó a notar, te señaló y te saludó; incluso llegó a seguir tus pasos de baile. Tenías las mejillas rojas y los ojos llenos de brillo. Las dos chicas, tus amigas, que ahora habían quedado en otro plano completamente distinto al de vos y Valentino, te miraban aguantando las risas.

Fueron segundos de ese pequeño llamado de atención, pero el corazón te palpitaba al mil y ya no te acordabas de cómo respirar.

(. . .)

Fue la hora y media más larga de tu vida. Aparte de sus canciones más conocidas y nuevas colaboraciones, también había cantado algunos covers de otras canciones que nunca había hecho. Valentino agradecía al público con mucho cariño, saludando a todos muy feliz y cansado. Verlo bajar del escenario e irse hacia atrás te dejó un pequeño vacío. ¿Y ahora? ¿Ya está?

Le agarraste las muñecas a tus amigas, haciendo que tiraran sus bebidas que a tan solo segundos habían comprado, para seguir a otras fans por fuera del boliche. Se notaba una pequeña pero densa fila de gente que quería sacarse fotos con él.

—¿Cómo me veo? ¿Cómo me veo?— No te respondieron. Estabas acomodando el pelo tan rápido como podías y la ropa sin espejo. Al no recibir respuesta, te giraste a verlas y te seguían mirando con diversión —¡¿Cómo me veo?!

—No grités, tarada. Vení—. Enseguida, ambas sacaron maquillaje de sus bolsos para arreglar el tuyo; una de ellas sacó un peine para acomodar mejor tu cabello. Cuando abriste los ojos, justo te echaron perfume.

El ardor te lo aguantaste porque, si llorabas, terminabas de cagar el maquillaje. —La concha de sus madres...— mantuviste los ojos cerrados, con los dedos apoyados sobre ellos, escuchando suaves "perdón" por parte de tus amigas, que claramente se estaban queriendo reír pero no lo hacían.

Mientras más la fila avanzaba, por puro instinto ustedes seguían avanzando también. —Eu— una de ellas habló tratando de avisarte; la otra te golpeaba suavemente en el hombro para que reaccionaras. Vos no tenías idea ni de dónde estabas, aguantando las lágrimas por culpa del perfume. Cuando finalmente abriste los ojos, llorosos y rojos, lo tenías enfrente. Su expresión tranquila y amigable cambió a una preocupada al verte así.

—Che, ¿estás bien? ¿Estás llorando?

—N-no... no, es que, eh— no te salió más hablarle. La primera vez que le hablabas directamente y, encima, estabas llorando. Qué vergüenza. Solo te quedó asentir avergonzada y finalmente el maquillaje se te corrió, riéndote de los nervios mezclados con un sollozo muy raro, pero que tus amigas no podían aguantar más la risa.

Sus brazos de pronto te rodearon. Él también se reía suavemente mientras escuchaste: —Dale, no pasa nada. ¿Estás mejor?— Fue increíble, pero literalmente no te lo podías creer. Su perfume te llenó de pronto, tan dulce se sentía, y sus manos en la zona de tu espalda alta, posadas con tanta delicadeza. Y su cabello sedoso rozándose cerca de tu rostro. Sentías el corazón en la garganta y directamente no hablabas, solo asentiste con la cabeza y una gran sonrisa.

La foto ni hablar. Apenas te limpiaste el maquillaje, y tu sonrisa no fue la mejor. Aparte, te abrazaste de una manera tan fuerte a él que no sabías si en la foto estaba por reírse o estaba incómodo.

Al día siguiente a la tarde, estabas mirando tu teléfono y gritaste contra la almohada, lloriqueando, tratando de ser consolada por tus amigas.

—No exagerés. Decí que eras la última a la que dejaron sacarse una foto con él y, encima, no te cobró. Yo llego a ver que estás llorando por mí y te cobro—. La otra asintió también.

Valentino Merlo ㅡ One ShotsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora