Día 8

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Tema: Felación.

Advertencia: dirty talk, leve feminización.

La realidad de su relación recae en una situación un poco graciosa.

Luis recordaba a la perfección como terminaron besándose detrás de la escuela, fue casi glorioso escuchar de Miguel que no le gustaba compartir lo que era suyo (y sabía de antemano que el estado de pertenecía era porque había sentimientos de por medio).

Y es que todo había ocurrido porque le habían estado preguntando a Luis con que chica saldría de tener la oportunidad, su respuesta había sido que no estaba interesado, básicamente les estaba negando entrada, pero Miguel hizo una interpretación mala.

Entonces ambos terminaron con los labios hinchados por la emoción de la promesa de ser novios, fue así que ahora estaba de novio con ese pelinegro de carácter fuerte.

Se consideraba afortunado por tener la oportunidad de salir con Miguel, quizás por eso no le molestaba lo mucho que la gente parecía estar en contra de su relación.

Ahora mismo se encontraban en el transporte público, le hubiese gustado caminar más, pero Miguel estaba alegando por lo mucho que estaban caminando estos días y quién era para negarle algo a su elfo hermoso.

—Luis, ¿Crees que podríamos estar en tu cuarto?

—claro, ¿Porque preguntas eso? Podemos estar donde quieras.

Le gustaba saber estás pequeñas cosas, le importaba que se sintiera cómodo en el lugar donde estarían hasta que Miguel tuviese que ir a su casa, bueno, si él quería irse claro.

Era chistoso verlo ser más condescendiente con él, se sentía bien por ese hecho, eso significaba que le tenía confianza para preguntar cosas tan mínimas.

Al llegar a su casa, ambos dejaron sus cosas en la entrada y se dirigieron al cuarto, una vez ahí, Miguel se aventó en la cama de Luis, una pequeña costumbre que tomo después de que comenzó a visitar frecuentemente a su novio.

—odio la escuela.

Luis sonrió y se sentó a un lado de donde el pelinegro estaba acostado, haciendo que la cama se hundiera con su peso.

—todos la odiamos en cierto modo.

El mayor se acomodo en la cama, de tal forma que se sentó para estar a la altura del más alto, Luis observo a su novio sin dejar de sonreír.

—¿Ya te dije que te amo?— un leve sonrojo en las orejas del mayor delató su nerviosismo, aún así con seguridad negó la pregunta —te amo mucho.

—eres un cursi.

—solo para ti.

Miguel se quitó los lentes oscuros y los dejo a un lado, sus ojos miraban al contrario con expectativa, quizás porque esperaba que captara la señal silenciosa de su muy tentadora petición (que no mencionaría por ahora para no asustar al otro).

—quiero un beso.

—¿Un beso? Normalmente no los pides, precioso— sonríe algo altanero por tan desvergonzada petición de parte de Miguel, provocando que el moreno se encuentre algo molesto.

—¿Me lo vas a dar si o no?

—ya, ven acá— palmeó sus piernas, dándole la indicación a Miguel de donde quería que estuviese, quién solo rodó los ojos por lo muy obvio que era Luis para estás situaciones.

Y es que sabía que en el fondo, a Luis le gustaba darle un par de órdenes, aún si generalmente el de los pedidos era él.

Se sentó a horcajadas, sus piernas separadas por las de Luis, recargo sus brazos encima de los hombros contrarios, mientras que sentía las manos del castaño sobre su cintura, algo también evidente era lo mucho que a Luis le gustaba sostener su cintura, le gustaba que fuese delgado y que sus manos cubrieran su cintura, una especie de placer culposo para el de piel clara.

30 días de la OTP +18 (Papufresco version) Plus 10Donde viven las historias. Descúbrelo ahora