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Perdón para aquellos a los que le llegaron la notificación de que actualice antes. Aquí tienen el capítulo completamente terminado.

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Oliver se bajaba de el Mercedes negro recientemente nuevo. Había llegado temprano para ponerse al día con su ingeniero y su monoplaza, también debía prepararse para el momento donde llegue Franco, las cámaras estaban en todos lados, si hacían o decían algo fuera de lugar la gente intentará especular sobre su relación.

Se dirigió al garaje de Mercedes saludando a algunas cámaras y firmando merchandising. Su postura y acciones eran tranquilas y amables, su cuerpo y corazón estaban invadidos de angustia, dolor, y sobre todo, emoción, sí, estaba emocionado de ver a la persona por la que tanto rogó a los dioses para que este consigo, obviamente, no se refería a tenerlo solamente como compañero de equipo, si no, como pareja. Pero, para Ollie, tenerlo cerca, sea como sea, era mucho mejor que estar alejado de el sin ninguna excusa para hablarle.

-Oliver, que bueno verte a estas horas- exclamó Toto, la emoción y felicidad en su voz no pasaba desapercibida por el menor. Toto estaba lleno de felicidad y alegría, tener a un piloto tan extraordinario como Franco Colapinto lo ponía de buenas, bien sabían todos y que el argentino solamente necesitaba un monoplaza bueno para ganar carrera tras carrera.

-oh, sí-murmuro fuera de si el británico- decidí venir temprano, tengo que ponerme al día con el monoplaza y el equipo de marketing- volvió a hablar con alegría fingida, no quería que nadie supiera sus verdaderas emociones por la temporada, una parte de él pensaba que Colapinto solamente afectaría su rendimiento en la pista, la sola idea de imaginar que le tendría que quitar poles y victorias le daba miedo y pena por el argentino. Tener sentimientos más allá del trabajo por Franco Colapinto era una debilidad y enfermedad de la cual Oliver Bearman sufría.

Toto lo miro con una sonrisa de oreja a oreja, Oliver juraría que esa sonrisa se saldría de su cara en cualquier momento. Pero el director técnico de Mercedes solamente asintió con la cabeza, con un corto y casi inaudible "adiós" salió casi corriendo para desaparecer en la puerta del garaje.

Bearman suspiro cansado, dirigiéndose hacia su ingeniero para hablar con su ingeniero.

[.......]

Colapinto se encontraba frente a la entrada de aquel lugar que tanto había deseado estar hace unos años, se suponía que debía de estar feliz, pero ahora no, tenía miedo, miedo de que las identidades de sus hijos salgan a la luz, de volver a caer en la presión de ser proximamente el único pilotó latinoamericano en la Fórmula Uno.

Salió de su trance cuando Ollie tiro de su remera. Bajo la mirada para encontrarse con su pequeño hijo, el cual le señalo para adelante. Fruncio los labios y levanto con firmeza la mirada, frente al el estaban Esteban Ocón con Alexander Albon, los dos pilotos de Williams lo miraron con una sonrisa amable, el primero que se acercó a ellos fue Esteban, saludandolo a el primero y luego a sus hijos, Alex lo siguió con rapidez y saludo a todos con alegría y calidez. Después de la temporada de 2024,donde el argentino corrió juntó a Williams, se hicieron muy buenos amigos, esa amistad prosiguió desde entonces, siendo Franco, el padrino de la boda de Alex y Esteban.

Tuvieron una plática muy amena durante unos minutos para, luego de que Esteban y Alex sean llamados por el equipo de Williams, separarse. La plática le dio ánimos para dirigirse al garaje de Mercedes, allí se suponía que se encontraría con Toto, el le pidió que se vieran, quería presentarlo a alguien en específico, aunque el argentino no sabía bien a quien se refería, tenía una suave y insistente duda sobre quien seria.

Antes de ir para el garaje, paso por la guardería, donde jugaban varios hijos de los pilotos, entre ellos estaban; los hijos de Sainz y Leclerc, los niños de Verstappen y Perez, y el pequeño hijo de dos años de Tsunada y Gasly. Todos siendo cuidados por las niñeras del lugar.

Una vez dejó a sus hijos, prometiéndoles que solamente estaría fuera unos minutos, se dirigió al garaje con el logo de Mercedes y su nombre, donde su monoplaza pasaba por varios ajustes de su ingeniero principal, los ingenieros iban y venían por el lugar, era casi imposible caminar sin toparte con un ingeniero con una pieza o herramienta para el monoplaza. Alado de su monoplaza, ajeno a los ingenieros y al agitado ambiente del lugar, se encontraba Toto, hablando con su ingeniero, el modelo del monoplaza para es GP era uno diferentes al normal, los colores azul turquesa y negro eran mucho más metalizados, sus cascos tenían diseños muchos más elaborados con simbolos que el argentino no podía explicar o entender del todo, no cabía duda de que eran hermosos.

Desvío la vista del monoplaza y se encaminó hacia su ingeniero jefe, Facundo, y Toto. Los saludo y su ingeniero jefe le empezó a explicar las mejoras que le habían hecho a su monoplaza.

Luego de unos varios minutos, le pidieron probar el monoplaza para inspeccionar un poco como corre con la nuevas mejoras. Cuando subió al monoplaza se sintió como la primera vez, estaba nervioso, a sus veintitrés años de vida, todavía se sentía como la primera vez que se subió a un karting, los nervios y la adrenalina a flor de piel, los latidos de su corazón inundaban sus oídos. Se preparó un poco, intentando ignorar todos los sentimientos en su ser para concentrarse en la pista.

Para suerte del equipo y el piloto Argentino, todo salió mejor de lo esperado, ninguna falla en el monoplaza ni falta de deshidratación en las pocas vueltas de prueba que corrió. Colapinto bajo la velocidad dirigiéndose hacia el garaje de Mercedes, desgraciadamente un monoplaza con el número cincuenta paso a su lado, dirigiéndose al garaje de Mercedes con el número cincuenta, perteneciente a Oliver Bearman. Franco trago duro y se dirigió a su garaje con un nudo en el estómago.

Secreto[Bearman X Colapinto]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora