Mahou shoujo ni akogarete, soko ni kamen raidā Shin...

Capitulo 5: Shocker y Enormita parte 1

Darius: Vamos Korisu, debes ir a la escuela.

Darius esperaba en el sofá mientras pensaba en lo que pasó ayer, solo se tocó la cara ya que al parecer esas marcas ahora eran cicatrices casi visibles, debajo de su gabardina había vendado sus manos por la batalla, solo suspiro ya que Korisu tardaba demasiado.

Darius: ¡Ya baja Korisu, llegaras tarde y yo tengo un asunto que atender, además tu madre me dijo que tenía que decirme algo cuando sea la cena!

La casa estaba tranquila, aunque el reloj en la pared marcaba que ya estaban un poco retrasados para llevarla a la escuela. Darius, con una pierna cruzada sobre la otra, miraba distraídamente su casco de motociclista, que descansaba en la mesa frente a él.

El casco, que la noche anterior se había transformado en el poderoso casco de Shin Kamen Rider, ahora parecía inofensivo, pero al observarlo, Darius no podía evitar sentir una mezcla de emociones, su mente volvía una y otra vez a lo que había ocurrido el día anterior: la brutal batalla, la energía que casi lo había consumido, y el monstruo que destruyó con un solo golpe, recordar la explosión y las quemaduras hacían que sus manos temblaran ligeramente.

Darius: (Ahora entiendo la diferencia entre las chicas mágicas y yo... Tenemos el mismo propósito, pero no el mismo código moral...)

Mientras el sonido de Korisu moviéndose por la casa llegaba a sus oídos, Darius suspiró, apoyando los codos en las rodillas y mirando el casco con una expresión de duda y preocupación.

Darius: ¿Realmente hice lo correcto en esa situación? Salve a Korisu y a mucha gente... Pero al final deje salir a un mounstro mucho peor...

Sabía que su deber como Shin Kamen Rider era proteger a las personas, pero la brutalidad de la pelea lo había dejado intranquilo, a pesar de haber derrotado al monstruo y salvado a los que estaban en la juguetería, incluyendo a Korisu, la sensación de que algo dentro de él había cambiado lo inquietaba.

Recordó cómo había enviado a Korisu a un lugar seguro antes de transformarse, una decisión que, al final, evitó que la niña viera lo peor de la batalla, esa pequeña acción le trajo algo de consuelo, aunque había sentido el cansancio y el dolor, había cumplido con su deber, protegiendo a los inocentes. Sin embargo, no podía dejar de preguntarse si podría seguir manejando ese tipo de confrontaciones, especialmente cuando su propio poder parecía tener un costo cada vez mayor.

Darius soltó un suspiro profundo, recostándose en el sofá. Al final del día, había salvado a las personas en el lugar, y eso era lo que realmente importaba. Por más complicado que fuera, tenía que seguir adelante. En ese momento, la puerta del cuarto de Korisu se abrió, y la niña apareció con su uniforme escolar, su expresión seria como siempre.

Korisu: ...

Darius esbozó una pequeña sonrisa, dejando de lado por un momento sus preocupaciones. Se levantó, tomando su casco de la mesa y poniéndose de pie, al ver a su nueva amiga sacudió de su mente las sombras del día anterior, al menos por un rato.

Sabía que sus responsabilidades como Shin Kamen Rider no se detendrían, pero por ahora, llevar a Korisu a la escuela era lo único que importaba.

Darius: Okey, vamos ¿Quieres conducir está vez?

Korisu: ...

Darius: Cierto... Tus manos son muy pequeñas y aún no tienes licencia, ni yo tengo, eso que yo soy el que conduce.

Después de una discusión que no llego a nada, ambos habían subido a la motocicleta para por fin irse a la escuela, Darius conducía su motocicleta a través de las calles de la ciudad, con el sol de la mañana apenas elevándose en el horizonte, el rugido suave del motor llenaba el aire, mientras Korisu, sentada detrás de él, llevaba puesto su casco de motociclista. Aunque el casco era demasiado grande para su pequeña cabeza, Darius insistió en que lo usara para su seguridad, Korisu, con su expresión seria y reservada de siempre, no parecía importarle el peso o el tamaño del casco. Se aferraba a su espalda con tranquilidad, como si el mundo a su alrededor no le preocupara en lo más mínimo.