NARUTO "EL DESPERTAR DEL ZORRO"

Capítulo 4: "La prueba de los cascabeles"

Capítulo 4: "La Prueba de los Cascabeles: Un Legado en Juego"

El amanecer se extendía como una manta dorada sobre los tejados de Konoha, iluminando suavemente los alrededores con la promesa de un día lleno de desafíos. Las hojas de los árboles se mecían al compás de una brisa ligera, susurrando viejas historias de héroes y batallas. El campo de entrenamiento, envuelto en ese aire místico y sereno, sería el escenario donde se pondrían a prueba no solo las habilidades de los genin, sino también su voluntad.

Sakura se levantó temprano, los nervios recorriéndole el cuerpo. El sol apenas comenzaba a asomarse sobre los techos de Konoha, y ella ya estaba vestida, repasando mentalmente todo lo que sabía sobre el entrenamiento ninja. Hoy era el día en que Kakashi-sensei les pondría a prueba, pero aún no sabía qué esperar. "Lo que sea, tengo que estar preparada", se dijo.

Mientras caminaba hacia el punto de encuentro, sus pensamientos revoloteaban entre la preocupación por sus habilidades y la esperanza de que Sasuke la reconociera de alguna manera. Aunque no lo admitiera en voz alta, había un deseo profundo en su corazón de demostrar que ella también era una kunoichi digna del equipo.

Sasuke, por su parte, no compartía esa preocupación. Caminaba en silencio, sus ojos afilados, pero su mente clara. Él era un Uchiha, y aunque respetaba la fuerza, no pensaba en nada más que en superar cualquier obstáculo que Kakashi pudiera ponerles. Su única distracción era Mizuto Senju. Aunque aún no lo había demostrado en combate real, Sasuke sentía que Mizuto podría ser un rival digno... o una molestia. En su mente, ya estaba trazando planes para enfrentarlo si fuera necesario.

Mizuto, siempre meticuloso, repasaba las enseñanzas de su clan, calculando cómo demostrar que los Senju aún podían estar a la altura de los Uchiha. La rivalidad histórica entre los clanes palpitaba en su sangre, y no permitiría que Sasuke lo superara. No hoy.

El sol despuntaba sobre las montañas de Konoha, cubriendo la aldea con un suave resplandor dorado. Aquel día tenía algo especial. El aire, cargado de anticipación, susurraba la promesa de desafíos. Desde el distante murmullo de los aldeanos hasta el tenue crujido de las hojas bajo los pies, todo parecía anunciar el comienzo de algo más grande.

Sakura Haruno caminaba por las calles empedradas, sintiendo cómo cada paso la acercaba a su destino. Había salido de casa temprano, decidida a no llegar tarde a la primera reunión oficial de su equipo. Su mente, sin embargo, estaba llena de dudas. Recordaba las palabras de Iruka-sensei cuando anunciaron la formación de los equipos. Sasuke Uchiha, el chico más popular de la clase y objeto de su admiración, estaba en su equipo. Junto a él, el nombre que resonaba con peso y respeto: Mizuto Senju, descendiente de Tobirama Senju.

Sakura trató de no mostrarse intimidada por la idea de trabajar con dos ninjas tan talentosos. Su misión, al menos por ahora, era estar a la altura. Observó cómo las tiendas comenzaban a abrir sus puertas, y el murmullo del mercado inundaba sus sentidos. Pero su mente volvía una y otra vez a lo mismo: su equipo.

"¿Qué dirá Sasuke? ¿Será Mizuto tan arrogante como parece?" Se preguntó en silencio mientras se acercaba a la Academia. "No puedo quedarme atrás... tengo que demostrar mi propio valor."

Al llegar al punto de encuentro, Sasuke ya estaba allí, apoyado contra la pared, con su típico aire de indiferencia. Mizuto, por su parte, estaba sentado en una roca cercana, con los brazos cruzados y los ojos fijos en el horizonte, perdido en sus propios pensamientos. La tensión entre los dos chicos era palpable, como si un antiguo resentimiento los separara, algo que Sakura no lograba entender del todo.

—Buenos días —dijo Sakura con una sonrisa, intentando suavizar el ambiente, pero ninguno de los dos respondió.

El silencio fue interrumpido por la llegada de Kakashi, quien apareció con su característica calma, manos en los bolsillos y una mirada despreocupada en su único ojo visible.