NARUTO "EL DESPERTAR DEL ZORRO"

Capítulo 5 : "El informe de jiraiya"

Capítulo 5: "Sasuke Vs Mizuto"

El sol comenzaba a descender en el horizonte, tiñendo de anaranjado los muros de Konoha mientras las grandes puertas de la aldea se erguían frente a Jiraiya. A cada paso que daba, el ambiente de la aldea se le hacía cada vez más pesado. No había sido fácil estar lejos tanto tiempo, pero había tenido una misión que cumplir, una responsabilidad mucho más grande que cualquier otra.

"Konoha no ha cambiado mucho..." pensó, observando a los aldeanos que caminaban por las calles adoquinadas. Todo seguía igual: las risas de los niños jugando en las calles, los comerciantes ofreciendo sus productos, las familias compartiendo momentos. Pero para él, la aldea ya no era la misma. Había una sombra oscura en cada rincón, una amenaza que nunca dejaba de acechar. "Quizás, después de todo, esto es lo que Naruto se habría perdido si hubiera crecido aquí."

A medida que avanzaba por el centro de Konoha, no pudo evitar que su mente se desviara hacia aquel niño rubio que había dejado en el Monte Myōboku. Naruto, enérgico y lleno de vida, se había adaptado sorprendentemente bien a vivir entre los sapos. Los entrenamientos con Fukasaku y Shima lo mantenían ocupado, pero siempre había tiempo para jugar entre las lecciones.

Recordó claramente una tarde en la que había observado desde lejos cómo Naruto intentaba atrapar a Gamakichi, riendo mientras el pequeño sapo saltaba de un lado a otro. Los saltos erráticos y las risas del niño habían resonado en el aire. "Oye, Gamakichi, ¡te voy a atrapar esta vez!" había gritado Naruto con una energía que lo llenaba todo. Y por un segundo, Jiraiya había pensado que quizá, solo quizá, Naruto estaba mejor allí, lejos del odio y los prejuicios de la aldea.

"Si hubiera crecido aquí... probablemente lo habrían odiado. No por quién es, sino por lo que lleva dentro." El peso del zorro de nueve colas, Kyūbi, era algo que nadie en Konoha olvidaba. Había visto los rostros de los aldeanos después del ataque de la bestia, y sabía cómo una simple mirada podía herir más que cualquier arma. "Lo habrían visto como una amenaza... pero allí, en el monte, es solo un niño. Un niño que no tiene que cargar con ese odio."

Jiraiya suspiró profundamente, intentando aliviar la presión que sentía en el pecho. "Pero... ¿qué clase de vida es esa? Apartado del mundo, lejos de la aldea que sus padres querían proteger...". Cada vez que veía a Naruto jugar, había una parte de él que deseaba poder traerlo de vuelta, mostrarle el mundo en el que debería haber crecido. "Kushina y Minato habrían querido eso para él, una vida normal, con amigos, con la aldea a su lado."

Pero Jiraiya sabía que no podía arriesgarse. No todavía. Naruto era fuerte, más fuerte de lo que esperaba, pero también lo era el poder sellado dentro de él. Kyūbi... ese maldito zorro... Si las cosas salieran mal, Naruto podría terminar siendo el enemigo de todos, en lugar de ser su salvador." Y esa idea lo atormentaba. ¿Había hecho lo correcto al llevarse a Naruto? ¿Debería haber confiado más en la aldea? Tal vez era hora de que Naruto enfrentara lo que llevaba dentro... pero una parte de él todavía quería protegerlo, mantenerlo lejos de todo hasta que estuviera completamente preparado.

Pasó junto a un grupo de ninjas que lo saludaron con respeto, pero Jiraiya apenas los notó. La torre del Hokage ya estaba a la vista, imponente, como siempre. El nudo en su estómago se apretaba a medida que se acercaba. Sabía que la reunión no sería fácil. Hiruzen era comprensivo, pero no podía decir lo mismo de Danzō y el resto del consejo. "Esos viejos murciélagos solo ven a Naruto como un arma... o como una bomba de tiempo."

El sabio pervertido—como muchos lo conocían—estaba lejos de sentir su típica ligereza. Sus pasos, usualmente relajados, ahora eran pesados. "Esto no me gusta nada..." pensó, mientras empujaba las puertas de la torre y entraba. Subiría por las escaleras hasta llegar al salón del consejo, y entonces sería el momento de enfrentar lo inevitable.