Capítulo V

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"Por las mañanas solo necesito dos cosas. Un café y una sonrisa de quién me ama. Por eso me tomo el café frente al espejo."

Mario Benedetti

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Asia Stone.

En el momento en que tomé la decisión de meterme en ésta mierda no pensé en el detalle de estar la mayoría del tiempo cerca del maldito viejo asqueroso.

Estar en la mansión, que llegara la hora de la cena y tener que cenar en la misma mesa que él, me causó repugnancia.

Luego de disfrutar un poco del jardín, me fuí directo a la habitación a asearme y meterme en la laptop para revisar e ajustar los detalles de mi empresa falsa, la que usé para la coartada de inversionista.

Un rato después llegó una sirvienta a avisarme que el señor Alonzo me esperaba en el comedor para cenar.

Han pasado dos días desde eso.

Dos días en los que he estado de las instalaciones a la casa y viceversa.

A Massimo casi no lo he visto ya que no ha estado en la mansión o las instalaciones, porque está haciendo algunas misiones, ni sé en qué parte de la mansión queda su habitación, y para ser sincera no me importa en lo absoluto.

Pero afortunado él, que está en misiones y nosotras extrañando la acción.

Pues sí compañera, pero calma, recuerda que ya estoy involucrada en algunas de las próximas misiones.

¡Puf! Menos mal, porque tú no puedes estar sin derramar sangre.

Por supuesto, si no soy yo quién.

Touché.

En este momento estoy viendo mi reflejo en el espejo, luciendo un top negro bajo una chaqueta de cuero blanca, un shorts de cuero negro y botas de tacón grueso del mismo color que llegan justo debajo de mis rodillas. El cabello me lo até en una coleta alta dejando dos mechones sueltos que juegan con el viento.

No me coloqué maquillaje ya que solo lo uso a veces, solo me apliqué un poco de brillo labial y perfume con fragancia a vainilla.

Tomé las llaves de mi nueva moto, mi móvil y me encamino a la salida, cerrando la habitación luego de fijarme en cómo dejé todo.

Ya en los escalones de la entrada, enciendo mi móvil mientras traen mi motocicleta, que por cierto es negra con luces led rojas.

En lo que un hombre del servicio la trae me subo en ella y la enciendo, la acelero escuchando la melodía del motor.

Salgo de este maldito lugar a toda velocidad luego de colocarme el casco, me paso un semáforo en rojo y en realidad no me importa, solo quiero distraerme y el lugar al que me dirijo es perfecto para eso.

Paso por una carretera de arena alejada de la ciudad y los policías, empiezo a escuchar la música que está muy de moda cuando me voy acercando más al lugar.

Por fin llego a las carreteras de asfalto de nuevo y veo el montón de gente aglomerada, como siempre.

Algunos sonríen cuando voltean y me reconocen aún con el casco, otros están entretenidos en la música, en las peleas o en la carrera que se está dando en éste momento.

Porque sí, vine aquí por las carreras de motocicleta.

Aunque también he venido otras veces por las peleas pero, hoy no es el caso.

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⏰ Última actualización: Sep 27 ⏰

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𝑺𝒂𝒏𝒈𝒓𝒆 𝒚 𝑺𝒆𝒅𝒖𝒄𝒄𝒊𝒐𝒏Donde viven las historias. Descúbrelo ahora