Capítulo III

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Holii, otra vez yo, éste capítulo me salió más largo de lo que pensé así que espero que valga la espera.

Disfruten sus lecturas ♥

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Massimo Moretti.

Estoy en mi oficina esperando que me traigan la información que pedí, aunque ya me estoy desesperando dado que no tengo paciencia.

—Pasa— ordeno al hombre que toca la puerta.

—Mi señor— me hace una vénia en lo que entra, le hago un ademán para que se siente.

—¿Y, quién es?—pregunté a uno de mis hombres de confianza.

—No lo sé señor, lo único que se es que se hace llamar Infierno— Me baja la cabeza.

—¿Eso es todo?

—Si señor, no conseguí más nada— hace una pausa y espero a que continúe— Está muy bien asegurada ya que no conseguí sus registros; ni nombre o apellido... Nada, solo eso.

—Infierno...

—Sí señor.

—Puedes irte— le señalo la puerta y de inmediato se levanta— Sigue buscando, apenas sepas algo me dices.

—Entendido.

Luego de que se va recuesto la espalda en el asiento, mientras pienso en todos los problemas que tengo, jugueteo con el lápiz en mis dedos.

Tengo tantas cosas por resolver... Empezando con la fallida misión de ayer, los alemanes esperaban esa carga, pagaron miles de dólares y... ¿Ahora como les explico que perdimos la carga?

Tomo mi móvil y le marco a Gianna, repica dos veces y contesta.

Dime.

—¿Hay noticias de los alemanes?— Le pregunto, cierro los ojos y me coloco una mano en la frente.

Sí, están furiosos y tú padre... ya te imaginarás—. Respiro profundo.

—Necesito otra cosa...

¿Qué?

—Anoche en la misión me encontré con una mujer...

¿Quieres que le pregunte si le gustó la follada?—me interrumpió. Puse los ojos en blanco aunque no me viera.

—No me la follé. Quiero que me averigües quien es, le dicen Infierno.

Escucho como respiró profundo fastidiada y luego dijo:

¿Algo más?

—Sí, iba en una Kawasaki Ninja 1000SX morada y negro.

Ok. Te aviso cuando tenga algo—. Colgó.

Gianna Verrati es mi mano derecha y una de las mejores hacker de toda Italia. Es una pelinegra alta, de tez blanca, ojos verdes, el cabello lo tiene a la altura de los hombros, labios finos, cejas delgadas, cintura delgada y, cuerpo de modelo... Cosa que juega a su favor ya que engatusa a cualquiera...

♥・♥・♥

—Por amor a Dios... ¿Te puedes quedar quieto?— se quejó Gianna.

—Te dije que no era nada, que me dejaras tranquilo—le respondí.

Me estaba limpiando la herida en el brazo que empezó a sangrar haciendo ejercicio y ella llegó, lo notó he insistió en limpiarlo, le dije que no era nada pero si no la dejaba haría una escenita y no me conviene, no es que ella fuera delicada, no, la verdad no lo es, ella puede pelear y matar, pero así como le encanta hacer heridas también le gusta curarlas.

𝑺𝒂𝒏𝒈𝒓𝒆 𝒚 𝑺𝒆𝒅𝒖𝒄𝒄𝒊𝒐𝒏Donde viven las historias. Descúbrelo ahora