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¡¿Dónde estoy?!

Después de un corto, pero interminable (según Spreen) viaje, llegaron

La puerta estaba entreabierta y la música estaba tan alta que parecía que iba a romperles los oídos, y eso que estaban afuera

— Bueno, eh — dijo el castaño, volteándose hacía la ventana del auto donde se encontraba su hermano — ¿Nos vemos luego? — preguntó, recibiendo un asentimiento con la cabeza a su hermano

— Alta joda, ¿no? — apareció Spreen detrás del más bajo, sacándole una carcajada al mayor

— Bueno, me voy. ¡Más te vale que cuides a mi hermano, Spreen!

— No soy un nene peque-

— ¡Contá conmigo! — dijo el pelinegro, interrumpiendo otra vez al más bajo

Juan y Spreen habían entrado, y apenas pisaron el piso de la casa, un pelinegro enano con gorro se les acercó

— Órale, ustedes deben ser Spreen y Juan — dijo el campera azul — Un gusto conocerlo, me llamo Quackity. Me alegra que hayan venido a mi fiesta, ¡pónganse cómodos!

— Un gustazo, Quackity. Yo soy Spreen y él es Juan — los presento bien el pelinegro

Entiendo, aquí tienes una versión más mexicana:

— Que ya sé quiénes son, pendejo — dijo el de gorra, fingiendo molestia — Bueno, Carre me dijo que son amigos suyos, así que les aviso que está por allá, cerca de los tragos con Rob — decía mientras indicaba con su dedo

— Okey, muchas gracias — dijo el pelinegro, intentando ver dónde apuntaba

Luego de que Quackity se fuera, agarró los hombros de Juan y lo fue guiando hasta llegar a dónde estaban los tragos

Y sí, ahí están Rob y Carre

Carre apenas vio a Spreen, se le acercó, lo agarró de la muñeca y lo llevó a la mesa, ofreciéndole una sustancia extraña que había hecho juntando algunas bebidas

— Ni en pedo tomo eso — dijo el pelinegro, alejando con la mano el vaso que su amigo le estaba ofreciendo

— ¿Por qué no? Probá un poquito, te juro que está rico — insistió el de ojos verdes, aún extendiendo el brazo con la bebida

Juan, que había permanecido en el lugar donde Spreen lo dejó, se acercó.— No deberíamos beber, aún somos menores... — le dijo el castaño al pelinegro.

Juan no era de salir a fiestas y sí, estaba un poco asustado.

Parecía que Spreen no lo había escuchado, porque le hizo una mueca de "¿Qué?", pero antes de que pudiera repetírselo, Auron, un amigo suyo, lo agarró del brazo y se lo llevó

— ¿Auron? ¡Espera! Estaba hablando con alguien — intentó soltarse, pero ya estaba muy lejos y ni siquiera sabía dónde estaba — ¿Dónde estamos? Quiero volver con Spreen

— ¿Spreen? ¿Quién es Spreen? — preguntó el de mechón anaranjado

— ¡El chico con orejas de oso con el que estaba hablando! ——chilló el castaño, intentando ver sobre la multitud para encontrarlo

— Vaya, perdona. La verdad es que tampoco sé dónde estamos, aún no conozco bien la casa.

— ¡Puta madre! — Juan estaba muy molestó y el simple hecho de estar rodeado de gente que no conocía lo desesperaba

— Busquemos a algún amigo, conocido o a Quackity, quizás nos puedan echar una mano, no te preocupes, tío

Juan ni siquiera respondió, solo lo miro y asintió, siguiéndolo.

Pretty lie! - SpruanDonde viven las historias. Descúbrelo ahora