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Fueron días de paz, noches de dormir abrazados con miedo de lo que podría ocurrir al otro día, más que sentirse mejor, se inquietaban como si de un momento a otro hubiera un peligro nuevo.

Katsuki solía llorar cada tanto y Shoto solo lo abrazaba, el menor tenía un corazón de vidrio mientras tanto el mayor aceptaba tener una cabeza de piedra para soportar todo aquello con tanta frialdad, pero por dentro su corazón era igual que el de Katsuki.

Fueron días de monotonía, días de paranoia y Shoto estaba cansado de ver a Katsuki asustado todo el tiempo mientras esperaba, estuvo a punto de gritar que pasara algo de una puta vez.

Aunque fue una mañana que despertó solo y con golpes desde el exterior de la caja, en la cuál por fin su paranoica paz terminó.

Sus pestañas se sacudieron, abrió sus ojos con cansancio, sintió frío y notó que Katsuki no estaba entre sus brazos, así que, se levantó de golpe, sintiendo su cabeza girar por el movimiento tan brusco.

Sus ojos tardaron en enfocarse en la figura afuera de la caja que golpeaba el vidrio.

— ¿Katsuki?— murmuró reconociendo su tono rubio primero, se levantó, sus piernas comenzaron a temblar cuando notó que estaba solo.

— ¡Shoto!

— Katsuki. Katsuki, tranquilo.— se acercó al vidrio, apoyó la palma en este, del otro lado Katsuki imitó el gesto, quedando tan lejos y tan cerca, separados por un cristal.

El menor lloraba y negó.

— N-no quiero verte pasar lo que yo.— murmuró negando.

— No me pasará nada.— dijo el mayor, en sus venas sentía la adrenalina correr, como si su cuerpo se estuviera preparando para pelear.— No importa lo que pase, Katsuki, no moriré. No veas si se pone feo, pero no te voy a dejar.

Katsuki abrió su boca para decir algo, no sabía qué, así que dudó y sus ojos se iluminaron de golpe, su expresión cambió a una de miedo y se alejó del vidrio unos centímetros.

Shoto miró sobre su hombro a unas furiosas llamas de fuego, altas hasta tapar su vista de la luz, que avanzaban devorando el colchón que seguía siendo el suelo.

Comenzó a sudar frío.

— ¿Shoto?

Se volteó hacía el menor, quien lo miraba con pánico.

— Katsuki, voy a estar bien, recuérdalo.— habló con seguridad, haciendo que el menor asintiera.

Y en verdad solo esperó en silencio a que las llamas llegaran, escuchó a Katsuki llorar fuera de la caja, llamando su nombre cada tanto, pero en verdad no había nada que decir.

El calor creció antes que las llamas y comenzó a sudar de forma excesiva, respirando de forma agitada para intentar regular un poco su temperatura.

Ya estaba algo mareado por el calor cuando las llamas estuvieron a menos de un metro de él.

Y ya cansado caminó hacia el fuego, sus ropas negras se encendieron y a lo lejos escuchó los gritos de Katsuki para que no lo haga, pero quería demostrarlo, necesitaba demostrar que eso no le haría daño.

El calor lo estaba ahogando, pero parado en las llamas notó que en verdad no lo quemaban, sus ropas sí se deshacían en algunos puntos, hasta su piel se había puesto negra, pero no sentía dolor.

Cerró sus ojos y respiró profundamente, llenando sus pulmones de aire, notó que era fresco, no lo hacía toser, no lo asfixiaba, no era nada letal.

Agitó sus manos sobre las llamas, estás se movieron pero sus ojos se abrieron de golpe al verlas como una imagen de baja calidad al recomponerse.

Lo hizo de nuevo, en algún punto dejó de funcionar, pero lo había visto como un error de programación, un leve detalle que no se había podido configurar a tiempo.

— ¡Shoto!

— ¡Katsuki! ¡Estoy bien!

Bajó la vista a su cuerpo, su ropa estaba casi completamente quemada y había desaparecido, pero lo que no pudo pasar por alto fue que en qué podía considerar que sus pantalones se habían transformado en una especie de shorts y no se quemaban más allá, cosa que no tenía sentido si las llamas llegaban hasta ahí.

— Censura. ¿Qué mierda? ¿Es un programa de t...?— su cabeza estaba trabajando a mil, intentando juntar los cabos.— Esto es falso, esto no es real y es más que eso.

Miró alrededor, sobre su cabeza encontró la luz entre las llamas más altas y por primera vez no lo vio como un sol sino como un reflector.

— Se aburren y pasa algo nuevo. No, no se aburren ellos, se aburren todos los que ven.— murmuró.— Todo es falto, esto no es experimento tonto, es más que eso. ¡Es un puto show!

Su mirada acusadora intentaba encontrar al menos una cámara, hasta que supo que no lo había porque ese mundo que veían no era real, recordó que en algún lado del mundo real, estaba conectado a una fuente de alimento y de agua, dormido, conectado a algo.

— Es una matrix.— murmuró, de ahí los errores.— ¡Es toda una farsa! ¡Ya lo sé! ¡Ya lo sé todo! ¡Ya pueden parar su show de mierda! ¡Y dejarnos vivir en el mundo real de una puta vez! ¡No seremos víctimas de su espectáculo, ya basta!

Y esperó, las llamas duraron un segundo de más, antes de evaporarse como si nada hubiera pasado, dejando la caja como estaba.

Su ropa tardó unos segundos más en volver a ser la de antes.

— Shoto.— escuchó la voz de Katsuki cerca y se volvió un momento a verlo, el menor estaba dentro, las lágrimas seguían en sus mejillas, estiró una mano hacia él.— ¿Q-Qué has hecho?

Shoto sonrió mínimamente, de repente, se sentía muy débil, su cuerpo se tambaleó un poco.

— Los descubrí, Katsuki.— murmuró y el menor no entendió del todo.

Su estabilidad falló y cayó al suelo, lo último que vio fue el rostro del menor y la preocupación en su expresión antes de terminar inconsciente.




Lovely [TodoBaku]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora