Extra

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Katsuki despertó confundido totalmente, al punto en que tardó varios minutos en recordar quién era y solo miró sin entender absolutamente nada de su alrededor, ni las máquinas que lo rodeaban y que hacía unos momentos estaba conectado, ni siquiera sintió miedo en un principio, porque en serio no comprendía nada para temer de algo.

Miró desorientado la habitación hasta que escuchó al enfermo repetir su nombre que comenzó a organizar sus memorias de nuevo.

— ¿Katsuki Bakugo? ¿Cómo se encuentra?

Una de sus manos fue a la mascarilla en su rostro, quitándosela, el enfermo solo lo miró con la misma pequeña sonrisa.

— ¿Shoto?— preguntó extrañado de no verlo, no quería que fuera algo falso.

— ¿Disculpe?— el enfermero ladeó su cabeza, los ojos de Katsuki se abrieron con miedo, su corazón se contrajo y sintió que el aire comenzaba a faltar.

"No. Él no." Ni siquiera pudo completar su pensamiento, le dolía.

Por eso estaba solo y la habitación era solo para él, porque no había nadie más.

— S-Shoto.

Sus hombros temblaron y sintió que iba a llorar.

— Oh, disculpe, no le había entendido.— dijo el enfermero.— El señor Todoroki está en la habitación de al lado.

Katsuki igual quiso llorar.

Bajó su vista a las sábanas que cubrían su cuerpo, las apartó sin más y le costó mover las piernas para bajarse, pero lo hizo a la fuerza, sentía todo su cuerpo dormido, pero su mente estaba despierta y solo esperaba ir con la única que le importaba.

— Katsuki, no te recomendaría eso, recién despiertas después de semanas en coma, no creo que debes moverte aún.

— Tengo que ir con Shoto.— murmuró aguantándose el llanto, sus pies tocaron el suelo pero sus piernas no podían ni sostener su cuerpo y tuvo que apoyarse en la camilla de nuevo, agotado.

— Bien, lo traeré para ti.— dijo el enfermero y Katsuki lo miró como si estuviera hablando en serio.— Quédate aquí.— dijo antes de salir del cuarto y lo primero que pensó Katsuki fue que no debía ser un verdadero enfermo.

Intentó volver a subirse a la camilla, aunque no pudo, así que, se quedó allí, sintiendo sus pulmones comenzar a fallar, apoyó el rostro sobre el colchón y aguantó las ganas de llorar, hasta que escuchó un sonido casi rechinante, que se fue acercando a la habitación.

— Katsuki.

Alzó la vista y su corazón se rompió un poco al verlo.

Era el mismo que había conocido en la caja, estaba delgado y su piel era mucho más pálida, le sonrió, aunque sus ojos se vieron tristes.

— S-Shoto.— Katsuki estiró una mano hacia él, el otro pareció sorprenderse y se acercó a él rápidamente, ni bien lo tuvo lo suficientemente cerca, el menor lo abrazó y Shoto tomó su cintura y lo acomodó sobre su regazo, una mueca de dolor se instaló en su rostro un segundo, cosa que nos pasó desapercibida por Katsuki, quien tomó sus mejillas, sintiéndose roto por dentro al tocar sus huesos del pómulo del mayor.— ¿Qué te pasó?

Shoto sonrió de forma penosa.

— ¿Por dónde empezar?— murmuró.— Katsuki, nosotros fuimos parte de un show, ¿Lo recuerdas no?— el menor asintió.— Yo soy quien lo creo, yo hice el programa y también creé el sistema, ese juego tonto de la caja y la realidad virtual, yo nos hice esto, lo siento.

Las lágrimas brillaron en los gatunos ojos del mayor.

Katsuki lo miró un momento y juntó sus labios en una caricia suave, un toque delicado, un beso suave, el primero que fue real y hasta ese momento no lo supieron, fue como un consuelo mutuo que duró solo unos segundos y no hubo mucho movimiento, hubiera arruinado la sensibilidad.

— No importa, Shoto.— dijo el menor acariciando sus mejillas.— Pero eso no es la explicación de por qué estás así.

El labio inferior de Shoto tembló.

— Estoy enfermo.— murmuró apenas en un susurro, Katsuki se rompió un poco más por dentro.— Y necesitaba dinero para el tratamiento. Dinero que no tenía porque este show se estaba muriendo y estaba por quedar en bancarrota. Lamento no poder darte esa imagen que veías de aquel chico en la caja, el que te acompañaba, era una mentira también, no tanto porque soy yo antes de enfermarme, volveré a lucir así cuando me cure, lo prometo. Solo tienes que verme feo unos meses.— buscó las manos del menor, aún en sus mejillas, tomándonlas.— Pero lo salvaste todo, me salvaste también.

— Shoto, no importa cómo te ves, me importan otras cosas y tú las tienes.

Shoto sonrió de forma agradecida, pequeñas arrugas se formaron alrededor de sus ojitos y Katsuki las acarició, le parecieron hermosas.

— ¿Por qué fracasaba?— preguntó curioso.

— Lo primero que pensaban todos era en una batalla a muerte. Claro que no se puede morir en este juego pero no era del agrado de muchos y no lo miraban.— explicó.— Una historia de amor como la nuestra, aunque tan dramática a veces mantuvo a millones mirando. Nos amaron, Katsuki.

Katsuki seguía teniendo ganas de llorar, unas pequeñas lágrimas surgieron.

— Shoto, no me importa en verdad. Yo te amo.

— También te amo, Katsuki.— el mayor sonrió jugando sus frentes con una sonrisa.— Dime tú, ¿Recordaste algo?

Katsuki asintió.

— Pero es demasiado. Sé que firmé un contrato para participar y sé que no podré quejarme con nadie de lo que viví allí, porque también necesito el dinero, porque mi vida es una mierda y el show también era una mierda, pero no tenía nada que perder.

— Tendrás más de lo que dice ese papel, Katsuki. Tendrás todo lo mío también, porque no voy a dejarte solo.

Se miraron un segundo de la infinidad, hasta que ambos supieron que todo iba a estar bien y más que bien, porque se iban a tener el uno para el otro por el resto de sus vidas.

Y se abrazaron sabiendo que así sería.



Lovely [TodoBaku]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora