ℰ𝓃𝒹🍃

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Era una tarde tranquila, el sol brillaba con suavidad mientras Seungmin y Chan paseaban por el parque cercano a su departamento.

La brisa fresca acariciaba sus rostros, y aunque a primera vista parecía un día normal, Seungmin ya había planeado lo que vendría.

Chris caminaba a su lado, con la mano entrelazada con la de su novio, observando atentamente todo lo que ocurría a su al rededor.

Sabía que Seungmin podía ser travieso, y hoy lo sentía más juguetón que de costumbre.

Seungmin llevaba una sudadera sencilla, pero lo que había hecho que el día tomara un giro era su comportamiento. Desde que llegaron al parque, Seungmin no había dejado de intercambiar sonrisas con extraños, y aunque parecían inocentes, Chris notaba cada pequeño gesto.

Cada risa ligera, cada mirada fugaz que Seungmin dirigía hacia otros mientras charlaban, encendía algo dentro de él. Sabía que Seungmin lo estaba haciendo a propósito, como siempre.

—¿Por qué te ríes tanto? —preguntó Chris de repente, sus ojos fijos en Seungmin, quien se encogió de hombros con una sonrisa juguetona.

—¿Qué? Solo estoy siendo amigable —respondió Seungmin, haciéndose el inocente mientras sus ojos brillaban con esa chispa traviesa que Chan conocía demasiado bien.

Pero la paciencia de Chris, aunque era fuerte, siempre tenía un límite, y Seungmin parecía dispuesto a empujarlo hoy.

Lo peor fue cuando se detuvieron en un puesto de café y Seungmin comenzó a hablar animadamente con el barista, su risa ligera llenando el espacio mientras hacía algún comentario casual que hacía que el chico del mostrador sonriera más de la cuenta.

Chris lo observaba desde un lado, su mandíbula tensa, sintiendo como la ola de celos empezaba a apoderarse de él.

Cuando Seungmin regresó con los dos cafés en la mano, aún sonriendo, Chris no pudo contenerse más.

—¿Te estás divirtiendo? —preguntó Chris, con un tono bajo pero lleno de tensión.

Seungmin lo miró, fingiendo no entender, aunque claramente disfrutaba de cada segundo.

—¿Qué quieres decir? Solo hablaba con él.

Chris frunció el ceño, se acercó y le quitó el café de las manos antes de colocarlo en una mesa cercana.

—Sabes perfectamente a qué me refiero, Seungmin.

Seungmin soltó una pequeña risa, el sonido provocando que los ojos de Chris se entrecerraran. Le encantaba jugar con él, ver hasta donde podía llevarlo antes de que Chris estallara.

—No sé de qué hablas, cielo.

Chris se inclinó hacia él, su mano sujetando con firmeza la parte baja de la espalda de Seungmin mientras lo atraía a sí mismo.

—¿Te gusta hacerme enojar, verdad? ¿Te divierte verme perder la cabeza cuando te comportas así?

Seungmin lo miró fijamente, su sonrisa se desvaneció ligeramente, pero el brillo travieso seguía presente.

—Tal vez —susurró, sus ojos fijos en los de Chan, desafiándolo.

Chris apretó la mandíbula, su mano aferrándose con más fuerza a la cintura de Seungmin, como si intentara recordar que, a pesar de todo, Seungmin era suyo. Siempre lo había sido.

—Eres imposible, Kim.

El silencio entre ellos era denso, cargado de una tensión palpable, hasta que Chris decidió que no podía dejar que esto continuara en un lugar público. Aún manteniendo a Seungmin cerca, le susurró al oído con voz firme:

—Vámonos de aquí.

Sin esperar respuesta, Chris lo tomó de la mano y lo guió rápidamente hacia el auto. El trayecto al departamento fue en silencio, pero ambos sabían lo que venía. Cada vez que Seungmin le lanzaba una mirada desde el asiento del copiloto, Chris sentía que el calor subía por su cuerpo, una mezcla de rabia y deseo que apenas podía contener.

Cuando finalmente llegaron al departamento, apenas cruzaron la puerta antes de que Chris lo empujara suavemente contra la pared, atrapándolo con su cuerpo. Los ojos de Seungmin brillaban, desafiantes pero también expectantes. Sabía que Chris estaba al borde, y lo había llevado hasta allí a propósito.

—¿Te divierte provocarme tanto? —murmuró Chris, su voz ronca mientras sus manos se deslizaban por la cintura de Seungmin, subiendo bajo su camiseta para sentir su piel.

—¿Disfrutas ver cómo me vuelvo loco?

Seungmin jadeó ligeramente al sentir el toque de Chris, pero no perdió su sonrisa juguetona.

—Sí —susurró, su respiración entrecortada mientras Chris lo mantenía contra la pared.

—Me encanta.

Chris lo miró por un momento, sus ojos oscurecidos por el deseo, y luego lo besó con una urgencia que solo Seungmin podía provocar en él. Era un beso feroz, cargado de celos, pero también de una pasión que siempre se encendía cuando estaban juntos. Las manos de Chris recorrían su cuerpo con desesperación, como si necesitara recordarle que era suyo, y solo suyo.

Entre jadeos, Seungmin rompió el beso, apenas separándose lo suficiente para susurrar:

—Sabes que siempre vuelvo a ti, ¿verdad?

Chris lo miró fijamente, su respiración aún agitada mientras sus manos permanecían firmes en su cintura.

—Siempre lo haces —respondió en un tono bajo, sus labios rozando los de Seungmin una vez más.

—Y lo seguirás haciendo.

Y con esas palabras, ambos supieron que, a pesar de los celos, a pesar de los juegos y provocaciones, el amor que compartían era profundo y duradero. Seungmin podía disfrutar empujando los límites, pero en el fondo, ambos sabían que siempre regresarían el uno al otro, porque su conexión era más fuerte que cualquier provocación o rabia pasajera.

𝒥ℯ𝒶𝓁ℴ𝓊𝓈𝓎 𝒻ℴ𝓇 𝒻𝓊𝓃.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora