Narrador:
Las cadenas en sus pies y manos se comenzaron a mover con mucha facilidad cuando empezó a moverse de forma casi robótica y sin sentir completamente las extremidades. Sus brazos y piernas estaban agarrotados y se sentían tan distantes que moverlas parecía un esfuerzo titánico. Su cabeza se sentía como si le hubieran metido algodón a la fuerza, y ahora este algodón presionaba su cerebro contra su cráneo. Sus oídos le pitan y todo le da vueltas a pesar de tener aún los ojos cerrados. Las náuseas lo golpearon como un tren de carga y lo dejaron temblando, sintió como el líquido agrio y caliente salía de su estómago, quemando su garganta y papilas gustativas para luego terminar en el suelo cuando abrió levemente la boca, aunque se sintió húmedo y mal, como si la tuviera tapada o algo estuviera obstruyendo su boca. Leo comenzó a abrir sus ojos lentamente, su vista estaba desenfocada y puntos negros aparecían en su campo de visión.
Apenas podía ver con claridad, solo podía notar levemente el color gris del suelo junto con algunas manchas rojas en forma de salpicadura, el cual supo al instante que era piedra cuando se raspó las rodillas en el momento en que tuvo las fuerzas suficientes para mover sus piernas y llevarlas hasta su estómago, el picor del rascaso no tardó mucho en llegar. Todo le seguía dando vueltas como si estuviera montado en un carrusel, y quería que se detuviera, que todo dejara de girar de forma tan vertiginosa y rápida.
Las lágrimas empezaron a formarse en sus ojos azules, nublándolos y limpiando levemente la sangre seca en su rostro. Leo se abrazó a sí mismo aún más para aliviar el malestar, aunque fuera por muy poco tiempo y no sirviera de mucho. Y conforme recuperaba aún más la consciencia y volvía al mundo de los vivos, empezó a sentir el frío del metal que estaba en sus tobillos, muñecas y cuello. Solo podía escuchar las respiraciones fuertes e irregulares que provenían de su cuerpo mientras sus ojos se movían de forma frenética, apenas y captando algo con claridad.
<<Ugh... Mierda... Me duele todo, ¿e-en dónde estoy?>> Los pensamientos dentro de su mente eran confusos y difusos. Estaba desorientado y no sabia en donde se encontraba en esos momentos, apenas y recordaba porque fue a esa casa o a que había venido. Aunque no estaba seguro de sí mismo en esos momentos, ¿Qué se supone que estaba haciendo en primer lugar? ¿Por qué era tan difícil recordar? ¿Y porque se sentía como si le hubieran golpeado en la cabeza con un objeto pesado? ¿Algo le golpeó la cabeza sin él saberlo? Si tan solo pudiera recordar, las cosas serían más fáciles y no se sentiría de esa forma.
¿Cuántos años se supone que tengo o que año es? Su mandíbula se tenso y cerró los ojos con fuerza, aguantando las náuseas y sintiéndose mal por no poder recordar su edad cuanto antes lo hacía. Pero ahora no podía recordar algo que ya sabía desde hace, y ese recuerdo se le escapaba y le dejaba un mal sabor de boca. Aunque ese mal sabor de boca podría ser el sabor ácido y caliente del vómito que se estaba acumulando con esa sensación de no poder recordar quién era o en donde estaba. Esto no estaba bien, no era normal. Nada era normal. ¿Qué le pasó para llegar a ese estado tan lamentable en el que se encontraba?
Sus pensamientos confusos y turbulentos fueron interrumpidos por el sonido de alguien aplaudiendo y el crujido de la madera, de lo que posiblemente eran escaleras, hicieron que Leo hiciera el esfuerzo de dirigir su mirada hacia el lugar de donde provenía aquel sonido. Pero Leo solo podía ver a una persona borrosa bajando las escaleras, que se volvía nítida de vez en cuando, y que parecía vestir una túnica corta por un poco mas haya de la mitad muslo y un poco por encima de las rodillas, y que era de color negro con algo verde en lo que se suponía que era la cintura, pero todo le daba demasiadas vueltas para saberlo correctamente. Y tan solo de pensarlo le hacía palpitar la cabeza y por cada palpitación parecía que sus ojos iban a explotar, o quizás eran sus venas las que querían explotar por culpa del dolor. Ya no lo sabía, y no quería averiguarlo.
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The horror
FantasíaEn las ruinas de la antigua ciudad bulliciosa de Nyver Sur había una niebla tan espesa que sofocaba a todo ser vivo que pisara esas tierras, y un aura oscura y extraña rodeando todos los lugares oscuros de las ruinas. Leo, el elegido de la espada sa...