Capítulo 3

20 2 0
                                    






Naruto estaba sentado en una silla junto a la cama de hospital, con la rosa negra que Sasuke había expulsado aún en sus manos. La miraba en silencio, incapaz de apartar la vista de su extraña belleza y lo que representaba. Sabía que esa flor era más que una simple manifestación física de la enfermedad de Sasuke; era un símbolo de todo el dolor, la frustración y el sufrimiento que su amigo había estado cargando en silencio. Una rosa negra, tan misteriosa y elegante, pero a la vez tan trágica, como los sentimientos que Sasuke había guardado durante tanto tiempo.

Kakashi entró en la habitación sin hacer ruido. Había estado observando a Naruto desde la puerta, dándole espacio para procesar lo que acababa de suceder. Sabía que el joven estaba enfrentando una verdad difícil de aceptar. Sin embargo, no había más tiempo que perder. Sasuke seguía inconsciente, y cada minuto que pasaba lo acercaba más a un punto de no retorno. Kakashi suspiró, preparándose mentalmente para la conversación que sabía que tenía que tener con Naruto.

—Naruto,— dijo Kakashi en voz baja, mientras se acercaba a él. Naruto no apartó la vista de la rosa, pero Kakashi podía notar la tensión en su rostro, la confusión y el dolor que luchaban por salir. —Tenemos que hablar.

Naruto no respondió de inmediato. Sus ojos seguían fijos en la flor, como si tratara de descifrar algún enigma oculto en sus pétalos oscuros. Finalmente, murmuró: —¿Cómo puede estar tan mal? No me di cuenta de nada... No vi lo que estaba pasando con él.

Kakashi suspiró y tomó asiento al lado de Naruto. —No podías saberlo. La enfermedad que tiene Sasuke es rara, y muchas veces, quienes la padecen no se dan cuenta hasta que ya es demasiado tarde.— Sus palabras fueron tranquilas, pero firmes. Sabía que Naruto estaba buscando respuestas, pero también sabía que la verdad que estaba a punto de compartir no sería fácil de asimilar.

—¿Qué enfermedad es?— Naruto finalmente apartó la vista de la rosa y miró a Kakashi, sus ojos llenos de una mezcla de preocupación y temor. —¿Por qué está expulsando esas flores? ¿Cómo lo puedo ayudar?

Kakashi tomó aire antes de responder. —Sasuke sufre de una enfermedad llamada Hanahaki. Es causada por sentimientos de amor no correspondido. Cuando alguien ama profundamente a otra persona, pero ese amor no es devuelto, las flores comienzan a crecer dentro de su cuerpo, enredándose en el corazón y los pulmones. Al principio son solo pétalos, pero a medida que la enfermedad avanza, las flores crecen y pueden llegar a ahogar al afectado.

Naruto escuchó con atención, pero a medida que Kakashi hablaba, la comprensión empezó a asentarse en su mente. —¿Amor no correspondido?— repitió, incrédulo. —¿Sasuke está... enamorado de alguien?

Kakashi asintió, observando de cerca la reacción de Naruto. —Sí, y esa es la razón por la que su estado ha empeorado tanto. El amor que siente por esa persona lo ha estado destruyendo desde dentro.

Naruto se quedó en silencio por un momento, procesando lo que acababa de escuchar. Entonces, como si un rompecabezas se hubiera armado de repente en su cabeza, recordó las palabras de Sasuke cuando estaban en la habitación. "Todo esto es tu culpa." Esas palabras resonaron en su mente con una fuerza renovada. Naruto apretó la rosa negra en su mano, sintiendo cómo el aire en la habitación se volvía más denso.

—Está enamorado de mí, ¿verdad?— murmuró, casi sin aliento. —Por eso dijo que era mi culpa... por eso miró de esa forma a Hinata...

Kakashi no dijo nada al principio. Sabía que Naruto necesitaba tiempo para asimilar esa verdad, pero también sabía que el tiempo no estaba de su lado. —Sí, Naruto. Sasuke está enamorado de ti. Y ha estado cargando con esos sentimientos por mucho tiempo.

Naruto sintió un nudo formarse en su garganta. No sabía cómo reaccionar ante esa revelación. Parte de él estaba sorprendido, pero otra parte, una más profunda, sentía que siempre lo había sabido de alguna manera. Todo lo que Sasuke había hecho, las veces que lo había salvado, las veces que había regresado a él, ahora cobraban un nuevo significado. Pero, ¿qué debía hacer con esa verdad?

Flor de lunaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora