Capítulo 5

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Esa mañana, el cielo había amanecido gris y algo frío, sin embargo ya no nevaba. y aún así los deberes de Chile no cesaban, ella se encontraba el su despacho, junto a uno de los más famosos arquitectos de la capital.

se le conocía por hacer las mejores construcciones, las cuales era conocidas por ser una obra de arte. 

-la construcción iniciará de inmediato, mi señora.

-maravilloso. don Bernardo, necesito la construcción terminada lo más pronto posible. -dijo Chile- cuando cree que la construcción del albergue este listo?

-me encargaré de que sea lo más optimo posible, así que a más tardar en un mes, excelencia. -dijo el hombre.

-bien. -dijo Chile sonriendo satisfecha con la respuesta del arquitecto.

una vez terminada la reunión la regente del imperio chileno, se encontraba caminando por los pasillos, cuando vio de repente vio a Rusia caminar en dirección contraria, justamente se dirigía a ella.

-buenos días, excelencia. -dijo él sonriendo. 

-buenos días su majestad. -dijo Chile inclinando un poco la cabeza de manera cordial. 

-la extrañe a la hora del desayuno. -dijo el ruso

-por favor discúlpeme majestad, estaba ateniendo un asunto de estado muy importante. -dijo Chile- prometo compensárselo. 

-me lo compensaría si acepta pasar la noche conmigo. -dijo el ruso a modo de broma

Chile por su parte se sonrojó al oír tal cosa, se sorprendió y dijo:

-su majestad... por favor... no se sobrepase. 

-lo siento, mi señora, solo fue una broma. pero ¿aceptaría cenar conmigo hoy? -dijo Rusia de manera más caballerosa que pudo ya que, había notado que incomodó a la regente chilena.

Chile sonrió levemente y dijo:

-esta bien. nos veremos a la noche. 

Rusia sonrió, luego de que la joven regente le reverenciara, la contempló irse.

más tarde, el ruso se encontraba yendo al gran bazar de la ciudad. iba dispuesto a conseguirle un bello regalo a la chilena. primero visitó las tiendas de joyas, sin embargo pensaba que ninguna joya estaba al nivel de tan hermosa mujer, luego analizó la situación,  y visitó la tienda de cedas finas, encontrando la tela más hermosa que nuna había visto, una tela color rojo con detalles dorados.

-bienvenido. -le saludo el mercader- veo que le ha gustado esa tela.

-es ceda? -dijo el ruso observando atentamente dicho objeto.

-así es, es importada directamente de oriente, esta bordada con hilo de oro -dijo el mercader. 

-la llevaré. -dijo Rusia sin dudar. 

-cuantos metros desea llevar? -pregunto el mercader. 

-llevare unos diez metros. esta tela es especial, como la mujer que utilizara el vestido que estará hecho con esta tela. -dijo el ruso sonriendo

-excelente elección señor, en seguida le entregaré la tela. -dijo el mercader. 

mientras tanto Chile, se encontraba el una reunión del consejo de ministros imperiales.

-al parecer la guerra se a pospuesto, mi señora. -dijo un ministro. 

-espero que así sea. sin embargo, no confío del todo en el emperador Rusia, es claro que algo planea, dudo que haya desistido de su decisión de hacer desaparecer el imperio chileno. -dijo la regente. 

de repente un ministro le dijo:

-mi señora... con todo respeto. ¿no ha notado como él la mira? 

Chile le miro con una ceja alzada.

-créame mi señora, un hombre enamorado es capaz de todo. -dijo el contrario. 

Chile le solo se mantenía seria, aún no era capaz de creer aquello, pensaba que tal vez era solo un truco del ruso. para engañar a todos. 

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Continuará.

Por el Imperio (CountryHumans - Fem! Chile x Rusia)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora