El amor puede ser hermoso pero muy doloroso y más cuando sentimos que nuestra vida es no nada si esa persona se va de nuestras manos.
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Au:
Marineford era un caos de gritos, explosiones y la batalla implacable que asolaba todo a su paso. Luffy, con el cuerpo lleno de heridas, avanzaba sin detenerse, buscando desesperadamente a su hermano Ace, con un solo objetivo: salvarlo a cualquier precio. Sin embargo, la situación se había vuelto mucho más oscura de lo que había imaginado. Akainu no solo había capturado a Ace, sino también a Zoro, el espadachín que lo había acompañado en cada paso de su viaje, el hombre que significaba más para él de lo que había admitido hasta ese momento.
Luffy llegó a la escena con el corazón en un puño. Frente a él, Akainu sostenía a ambos: Ace, su hermano, y Zoro, su tesoro más preciado. La sonrisa cruel de Akainu no hacía más que intensificar el pánico y la furia dentro del capitán de goma.
― Mugiwara ― gruñó el almirante, su voz llena de desprecio ― veo que has llegado justo a tiempo para presenciar tu dilema final. Solo puedes salvar a uno. ¿Será tu hermano, o el espadachín al que tanto amas?
Luffy sintió como si el mundo se detuviera en ese instante. El sonido de las olas, los gritos de los piratas y los marines, todo se apagó en su mente mientras sus ojos iban de Ace a Zoro. ¿Cómo podía elegir?
Ace estaba agotado, herido, pero sus ojos aún brillaban con determinación, con esa misma fuerza que siempre había admirado en su hermano mayor. Mientras tanto, Zoro, aunque magullado y atrapado por el agarre de magma de Akainu, mantenía esa expresión indomable, como si supiera lo que vendría y estuviera listo para aceptarlo. Ambos lo miraban, ambos dependían de él. Luffy podía sentir el peso de su decisión como una losa que aplastaba su pecho.
Un héroe te sacrificaría a ti para salvar al mundo. Un villano sacrificaría el mundo para salvarte a ti.
¿Era él un héroe o un villano en este momento? ¿Podría llamarse héroe si elegía salvar a Zoro, dejando a Ace atrás? Pero ¿podría soportar perder a Zoro, el hombre que había estado a su lado en cada batalla, que había sacrificado tanto por él?
Akainu, impaciente y disfrutando del tormento del joven capitán, apretó su agarre sobre Zoro, envolviéndolo en magma hirviente que arrancó un grito ahogado del espadachín. Luffy se estremeció al escuchar el dolor en la voz de Zoro.
― ¡No lo hagas! ― Luffy gritó, con el terror y la desesperación tensando cada músculo de su cuerpo ―. ¡Por favor, no les hagas daño!
Zoro, con la respiración entrecortada, levantó la cabeza lo suficiente como para mirarlo a los ojos. Su voz salió rasposa, débil, pero firme.
― Luffy… ― susurró ― salva a Ace. No te preocupes por mí.
Las lágrimas se acumularon en los ojos de Luffy. ¿Cómo podía simplemente ignorar lo que Zoro le pedía? Zoro, que siempre había estado dispuesto a sacrificar todo por él, ahora le estaba pidiendo que lo dejara atrás. El amor que sentía por Zoro era abrumador, profundo, algo que no había sabido cómo expresar hasta ese momento. Pero Ace… Ace era su hermano, la promesa que había hecho, la razón por la que estaba allí en primer lugar.
Ace también alzó la voz, su mirada fija en Luffy, llena de dolor y urgencia.
― ¡Luffy! ¡Escúchame! ¡No importa lo que pase conmigo! ¡Zoro te necesita! ¡Haz lo que tu corazón te diga!
El tiempo parecía correr más rápido, cada segundo más agonizante que el anterior. Luffy sabía que no tenía mucho más. Si no actuaba pronto, ambos estarían perdidos. Pero ¿cómo podía decidir? El dilema lo desgarraba por dentro, su amor por Zoro enfrentado a su deber hacia Ace.
― ¡Basta de titubeos! ― Akainu rugió, alzando la mano para acabar con uno de los dos.
Luffy gritó con furia, su cuerpo temblando mientras la decisión finalmente se hacía clara en su mente. No podía perder a Zoro. No podía perder a la persona que le daba fuerzas para seguir adelante, que lo hacía sentir más que un simple capitán. Zoro era su luz, su ancla en medio de la tormenta. Aunque sabía que eso significaría dejar atrás a Ace, su hermano lo había entendido. Ace sabía que Zoro significaba todo para Luffy, y por eso le había pedido que lo salvara.
― ¡Voy por ti, Zoro! ― Luffy gritó, lanzándose hacia Akainu con todo el poder de su Haki, su determinación quemando más que el propio magma del almirante.
Akainu se preparó para enfrentarlo, pero la furia y la desesperación de Luffy eran imparables. Con un rugido que hizo temblar la tierra, Luffy liberó a Zoro del agarre de Akainu, sacándolo del peligro justo a tiempo. Zoro cayó en los brazos de Luffy, su cuerpo débil pero aún aferrado a la vida.
Sin embargo, al salvar a Zoro, Luffy sintió el impacto del ataque final de Akainu caer sobre Ace. El grito de su hermano resonó por todo Marineford, su sacrificio una dolorosa realidad que Luffy tendría que cargar para siempre.
Con Zoro en brazos, Luffy cayó de rodillas, sintiendo cómo el mundo se derrumbaba a su alrededor. Las lágrimas caían silenciosas por su rostro, mientras el dolor de perder a Ace lo consumía por dentro.
Un héroe habría salvado al mundo. Un villano habría sacrificado el mundo por la persona que amaba.
Luffy no se veía como un héroe ni como un villano. Había hecho lo único que su corazón le permitía hacer. Había elegido a Zoro, y ahora tendría que vivir con esa elección, con el peso de la muerte de Ace a sus espaldas.
Pero, mientras sostenía a Zoro con fuerza, supo que lo haría de nuevo. Porque, en ese momento, Zoro era todo lo que le quedaba, sus nakamas habían sido arrebatados de sus manos, no podia perder a Zoro.
Luffy sacrificaría cualquier cosa, incluso el mundo entero, para mantenerlo a salvo.
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