Epílogo

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Su mirada se movió de la línea plateada de aquel cilindro de cristal que sus dedos sostenían, al rostro de Milo. Suspiró y movió la cabeza de un lado a otro. Treinta y ocho, punto ocho, marcaba la temperatura del termómetro que enseguida colocó sobre la mesita junto a la cama.

—Eres todo un caso, Milo —dijo mientras se sentaba en la orilla de la cama y descubría un poco el pecho de, ¿qué se suponía que era ahora?

Dado los acontecimientos de una noche antes, estaba seguro de que el apelativo de amigo ya no encajaba con él, con ellos.

Los amigos no se besaban, los amigos no se decían que se amaban.

¿Entonces qué eran ahora?

Milo abrió los ojos, y al ver la mirada ausente de Camus, tomó su mano, la quitó de las mantas y la llevó a sus labios.

—¿En qué tanto piensas, Camie?

—En la mala suerte que te cargas. Primero el oso polar, y ahora esto. Tienes casi treinta y nueve de temperatura, solo por estar, ¿qué fueron? ¿Tres horas?, allá afuera.

—Lo dices como si te arrepintieras de lo que sucedió —reprochó Milo mientras sus labios se movían a lo largo de la palma de su mano—. Solo déjame descansar este día, y te aseguro que mañana estaré como nuevo. Es más, si quieres que me recupere más rápido —Milo bajó la mano de Camus y se movió un poco sobre la cama—, ven y hazme compañía —dijo mientras alzaba las mantas y daba unos golpecitos al espacio creado junto a él.

Camus sacudió la cabeza y se levantó de la cama.

—Mejor iré a preparar algo para que recuperes fuerzas.

Milo frunció los labios.

—¿En serio piensas dejar a tu novio solo, cuando tiene cuarenta de temperatura?

Los ojos de Camus se abrieron con sorpresa.

¿Novio? ¿Eso era en lo que Milo se había convertido para él después de esa noche?

Tragó saliva con dificultad, un gesto que pasó completamente desapercibido por Milo. Camus no desmintió esa palabra, en vez de eso, frunció el ceño y se cruzó de brazos.

—Treinta y ocho, punto ocho. No cuarenta —corrigió.

—¿Y dejarás que suba a los cuarenta?

Camus suspiró, se descruzó de brazos y se encaminó a la cama.

—Solo será una hora, necesito ir a revisar sus deberes de Isaac y Hyoga.

—Solo una hora necesito junto a ti para sentirme mejor.

Se metió en la cama, Milo lo envolvió entre sus brazos en cuanto terminó de acomodarse, sus rostros quedando de frente.

El silencio se asentó en la habitación, siendo roto por la respiración acompasada de escorpio frente a él. Minutos comenzaron a pasar, minutos que, gracias a que Milo permanecía con los ojos cerrados, Camus aprovechó para observarlo con detenimiento, como si quisiera memorizar hasta el más pequeño gesto que Milo hacía.

Sus manos se movieron por sí solas. Su índice comenzó a delinear, sin tocar la piel, las facciones de su ahora novio.

Sonrió sin poder evitarlo. Novio sonaba bonito.

—Lo aceptaré por ahora, pero me gustaría que cuando lo formalicemos ante los demás, me lo pidas como debe ser —susurró al mismo tiempo que rozaba sus labios con los suyos—. También me gustaría, que cuando regresemos al santuario, nuestra primera cita sea en la playa. Que veamos el atardecer, tomados de las manos, mientras sentimos la arena en nuestros pies descalzos.

—En la playa, o en el jardín privado de Athena, mientras esté contigo, esa primera cita será perfecta.

Camus sonrió, ¿por qué pensó que Milo estaba dormido? No importaba, mientras aquel sueño se cumpliera, no importaba si Milo lo había escuchado. 

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Y con esta parte doy por concluida esta historia. Debo ser sincera, me gustó mucho escribirla. Me tomó más tiempo del que había anticipado, pero creo que la espera valió la pena. O no sé, ¿ustedes qué piensan?

Aquarius_No_Kari espero te haya gustado esta historia, sé que tal vez insinué un final muy diferente, pero seguí tu consejo, dejé que la historia prácticamente se escribiera sola, y la historia dijo, no, no, no, aquí no sucederá eso que tienes planeado. Lo siento por eso😓 Pero usé la manta térmica 😅

En fin. Sin más que decir, nos estaremos leyendo en mis demás historias. Los quiero, y gracias por llegar hasta aquí 😘

Segunda oportunidadDonde viven las historias. Descúbrelo ahora