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—¿Estás seguro de que te sientes bien?

Donghyuck miró a los ojos azules de Jisung. Estaban llenos de una preocupación que lo dejaba perplejo. Donghyuck le parpadeó al vicepresidente, todavía medio dormido, y luego miró hacia abajo en sus sucias cutículas. La forma descuidada en que lucían sus uñas, sólo le recordaba a Donghyuck su humilde condición.

Este era el porqué la preocupación de Jisung, lo desconcertaba. Él había estado manejando la prensadora, soñando despierto con tener una sola mañana para dormir en forma ininterrumpida, cuando una mano se posó en su hombro, sorprendiéndolo. Dio un salto y se dio la vuelta, viendo a Jisung de pie, sobrepasándolo con una mirada de preocupación en sus ojos.

—Sí, señor. Estoy bien. —Donghyuck tuvo que luchar contra el bostezo que amenazaba con seguir a esa mención. Cuidar a un niño enfermo era agotador, y a él le vendría muy bien un día más de sueño. Infiernos, necesitaba una semana entera. A este punto, un coma estaba comenzando a lucir bien.

—Jisung —el vicepresidente lo corrigió por millonésima vez.

—Sí, señ... Jisung. Estoy bien. El bebé estaba enfermo. —Ahí estaban sus palmas húmedas otra vez. Donghyuck agarró el trapo, limpiándolas. Para cualquier otro, parecía como que estaba limpiando la grasa de sus manos. Se contuvo cuando su cuerpo automáticamente trató de inclinarse más hacia Jisung. Donghyuck se maldijo por su reacción. No podía entenderlo. Afortunadamente su máquina bloqueaba las miradas indiscretas de los testigos de la visita improvisada del vicepresidente y de su no –tan– normal reacción.

—¿Tienes hijos? —El rostro de Jisung decayó.

Donghyuck juró que escuchó la decepción en la voz del hombre. Jisung quitó la mano del hombro de Donghyuck y la metió en el bolsillo delantero de sus pantalones. Por una vez, Donghyuck no era el único que lucía incómodo.

—No. —Donghyuck juntó sus cejas frunciendo el ceño mientras se preguntaba de qué el vicepresidente estaba hablando. Donghyuck no tenía hijos.

—Pero acabas de decir bebé. —Jisung estaba mirándolo con una aturdida expresión. Con su cabeza inclinada hacia un lado mientras sus manos salían de sus bolsillos, cruzándolas sobre su pecho con la confusión comprimiéndose en esas hermosas facciones.

«¿Hermosas?»

Espera... hubo una declaración hecha, una pregunta formulada. ¿Cuál fue? Ah sí, Jisung estaba refiriéndose a su hermano y hermana. Santo Dios, Donghyuck necesitaba dormir. «Uh». —Oh no, me refiero a mi hermanito, señor.

—Jisung.

—Lo siento.

—¿Te haces cargo de tu hermano? —Jisung vio el cambio de abatido a intrigado una vez más.

—Y de mi hermana también. ¿Es eso un problema? —Donghyuck preguntó defensivamente. ¿Tenía Jisung algo en contra de los niños? Él esperaba que no. Jinsol y Sakuya eran su vida, y ellos estaban primero, antes que alguien o algo. Si era reprendido por llevar al bebé al doctor, entonces él suponía que tendría que buscar otro trabajo.

Donghyuck frunció el ceño al pensar en eso. Los trabajos eran escasos en todas partes en este momento. Realmente necesitaba este. «Por favor, no dejes que él tenga un problema con ello».

—No, en absoluto. ¿Puedo preguntarte cómo llegaste a hacerte cargo de ellos? —Jisung apoyó su cadera contra uno de los carros de la máquina prensadora de Donghyuck.

Vice | JihyuckDonde viven las historias. Descúbrelo ahora