Hasta Que La Muerte Nos Separe| TojiXSatoru

Capítulo 3: Lo haré...

HACE UNA SEMANA...

— ¿Qué estás diciendo? — preguntó Suguru, su voz apenas un susurro incrédulo.

Satoru se quitó los lentes, dejándolos caer sobre la mesa con un movimiento lento, pesado, como si todo el aire del mundo se comprimiera en ese pequeño gesto, buscando las palabras correctas para continuar. Aunque, siendo sinceros, ¿existen dichas palabras?

— Tenemos que terminar. — respondió Satoru Gojo, sintiendo el peso de cada palabra que salía de su boca. — Estoy viendo a otra persona, y me casaré con él. Ya está decidido.

— ¿Me...me estás engañando?

No tengo palabras para describir la expresión en su rostro. Dolor, decepción, tristeza...el aire se volvió espeso entre ambos. ¿Cómo este chico podía mantenerse indiferente cuando le está confesando su engaño?

— No, no es cómo piensas. — Trató de explicar, fue breve. Tampoco es como si hubiera mucho que contar. — Desde que nací se decidió que me casaría con un Alfa de las tres grandes familias. Por lo que decidí aprovechar mi vida mientras aún me perteneciera. Y te conocí, me enamoré, y ahora debo despedirme de ti.

Suguru retrocedió en su asiento, como si las palabras de Satoru lo hubieran golpeado con fuerza. Sus manos temblaron ligeramente antes de cerrarse en puños sobre la mesa.

— ¿Eso es todo? — su voz era apenas un susurro, cargado de dolor. — ¿Así de simple? Decidiste "aprovechar tu vida" y ahora, cuando te has cansado de mí, me dices que todo está decidido.

Satoru apretó la mandíbula, quería decir algo, cualquier cosa, pero nada de lo que dijera ayudaría en este momento. Mantuvo su mirada fija en sus manos, sin atreverse a alzar los ojos para ver el rostro de quien, hasta hace poco, lo había sido todo.

— No es que me haya cansado de ti. — murmuró, la voz le pesaba como nunca antes. — Pero esto... esto nunca fue algo que pudiera durar.

— ¿Nunca? — Suguru lo interrumpió, su voz subiendo de tono, el dolor transformándose en una furia contenida. — ¿Entonces qué fue para ti? ¿Una distracción? ¿Algo pasajero mientras te preparabas para tu "verdadero" destino?

El silencio que siguió fue como una herida abierta, sangrante. El albino alzó la vista y vio el brillo de las lágrimas acumulándose en los ojos de Suguru, pero se contuvo de extender la mano, de ofrecer consuelo.

— Sabes que no es así... — comenzó, pero fue interrumpido de inmediato.

— ¿Lo sabía? ¿Y eso cambia algo? ¿Cambia el hecho de que me estás dejando por una vida que ni siquiera quieres?

La respiración de Satoru se volvió pesada. ¿Cómo había llegado a esto? Nunca pensó que algo que comenzó con tanta alegría, con tanto amor, pudiera terminar de manera tan brutal.

— Siempre supiste que esto sería temporal. — Las palabras sonaban vacías incluso para él, pero tenía que decirlo. — Nuestras vidas... nunca estuvieron destinadas a cruzarse más allá de esto. No era solo cuestión de tiempo.

Suguru sacudió la cabeza, con lágrimas ya resbalando por sus mejillas.

— No puedo creer que digas eso. Me estás rompiendo en pedazos y ni siquiera parece importarte. ¿Por qué... por qué tienes que casarte con alguien que no amas? ¿Qué clase de vida es esa?

El peso de esa pregunta cayó sobre Satoru, y por un momento, sus ojos azules reflejaron algo que casi parecía vulnerabilidad.

— ¿Crees que no lo he pensado? — respondió en un susurro, su mirada volviendo hacia Suguru. — Esto no se trata de lo que quiero. No soy tan libre como parezco, Suguru. Sí, soy el más fuerte, pero desde que recuerdo, llevo conmigo una cadena atada al cuello. Si me opongo, no seré yo quien sufra las consecuencias. Serán los que me rodean. Los que son más débiles. Esto no es solo sobre mí. Es sobre lo que represento... lo que debo proteger.