Marcas

0 0 0
                                    

Miro atrás y veo los pedazos de mí que quedaron en ese lugar, fragmentos que nunca recuperé. Me pregunto por qué no me fui antes, por qué fue tan difícil soltar lo que me dañaba, y por qué ahora, aunque te has ido, el dolor sigue aferrado a mi piel. Me rompí, poco a poco, hasta que ya no quedaba nada de la persona que era.

Ahora, vivo con el miedo constante de molestar a quienes me rodean. Cada palabra, cada gesto, parece necesitar una disculpa. Pido perdón sin pensar, como si de algún modo mi existencia fuera una ofensa. No siempre fui así. Hubo un tiempo en el que no me asustaba el enojo de otros, en el que no caminaba sobre cristales para no romper más cosas. ¿En qué me convertí? ¿Qué me hiciste? Y aun así, te marchaste. Dejaste mis ruinas detrás, y seguiste tu vida como si no hubieras destruido nada en tu paso.

No quiero creer que lo hiciste porque te amaba, que mi amor fue la cadena que me ató a ti. No quiero culparte del todo, porque sé que también fui parte de este ciclo, pero tampoco quiero hundirme sola bajo el peso de tus acciones. A veces pienso que el daño fue tan profundo que dejó huellas permanentes, cicatrices que no desaparecen.

Me quedo con los restos de una batalla que no sabía que estaba peleando, con los traumas que ahora marcan cada relación, cada intento de abrirme al mundo de nuevo. No busco culpables, pero tampoco puedo negar que me dejaste rota. Y aunque logré salir, las cadenas siguen dentro de mí, como recuerdos que no consigo borrar.

Solo deseo poder sanar...

Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: Sep 22 ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

Lo Que Nadie Te Va A ContarDonde viven las historias. Descúbrelo ahora