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T/N se despertó temprano esa mañana, con una decisión firme en mente. Sabía que Félix estaba progresando, pero aún quedaba mucho por hacer. Decidida, se dirigió a la habitación de Félix, su corazón latiendo con fuerza. Lo encontró sentado en la cama, mirando por la ventana. Se veía más tranquilo, pero aún había una sombra de inquietud en sus ojos.

—Félix, necesito hablar contigo —dijo, su voz temblando ligeramente.

Félix levantó la vista, sorprendido por la seriedad en su tono.

—¿Qué pasa, T/N?

T/N se acercó a él, sentándose a su lado. Tomó una profunda respiración antes de hablar.

—Félix, he estado pensando mucho en lo que dijiste. Y... creo que también siento algo por ti. Me encantan tus pecas, tu piel blanca, tu rostro, tus ojos, tu pelo... me encanta todo de ti.

Félix se quedó en shock, sin saber qué decir. Finalmente, encontró su voz.

—T/N, yo... yo también estoy enamorado de ti.

Sin pensarlo dos veces, Félix se levantó y se acercó a T/N. La abrazó por la cintura y la besó suavemente.

—Ya no soy el mismo de antes —dijo, mirándola a los ojos—. Quiero volver a ser la estrella que era antes y quiero estar junto a ti.

T/N sonrió, sintiendo una oleada de felicidad y esperanza. Sabía que aún quedaba un largo camino por recorrer, pero con Félix a su lado, sentía que todo era posible.

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𝙐𝙣 𝙖𝙣̃𝙤 𝙙𝙚𝙨𝙥𝙪𝙚𝙨

Había pasado un año desde aquella confesión. Félix había hecho grandes progresos. Su mente estaba clara, las voces habían desaparecido y su memoria estaba intacta. Aunque aún no había vuelto a ser la estrella que era antes, su vida había cambiado para mejor.

T/N y Félix habían construido una vida juntos, llena de amor y comprensión. Cada día era una oportunidad para crecer y sanar, y ambos estaban comprometidos a apoyarse mutuamente en cada paso del camino.

Una tarde, mientras estaban sentados en el jardín, Félix tomó la mano de T/N.

—Gracias por no rendirte conmigo —dijo, su voz llena de gratitud—. No sé dónde estaría sin ti.

T/N sonrió, apretando su mano.

—Siempre creí en ti, Félix. Y siempre lo haré.

Félix la miró a los ojos, sintiendo una profunda conexión.

—Te amo, T/N. Y prometo que algún día volveré a ser la estrella que era antes. Pero lo más importante es que quiero estar contigo, siempre.

T/N lo abrazó, sintiendo que todo el esfuerzo y el amor habían valido la pena. Juntos, sabían que podían enfrentar cualquier desafío que la vida les presentara.

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♱𖤐MÄñÌÄÇ𖤐♱Donde viven las historias. Descúbrelo ahora