Afelis Kihamada , Rey del Planeta Saria (que mas tarde seria llamado Marte por los Humanos) es una persona demasiada obsesionada sobre un relate de hace millones de años, un relato que concide con diversos seres en la Galaxia,despues de que econtro...
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Kishi estaba de rodillas en el pasto de tonalidad carmesí, y con las manos arriba le agradeció al ser más poderoso que conocía de niño y a pesar de todo lo que le ha sucedido creía en él.
—¡Gracias, oh todopoderoso mi señor Kalosyn! —después de eso empezó a besar el suelo y con eso hecho, se levantó y fue a la ciudad de K'atu
Kishi como niño pequeño en una nueva ciudad o reino, todo le parecía nuevo y por la gran torre que se veía a kilómetros, sabía que era una ciudad central, donde se maneja el comercio, turismo y migración. Esbozaba una sutil sonrisa sabiendo que aquella torre le recordaba el que estaba en siria y que en esa llegó su mejor amiga (Solansh), pero aun con eso, avanzó en busca de algún lugar donde cobren barato para pasar la noche y recuperarse, pero de mientras que eso pasaba, miraba los locales, le asombraba como esta ciudad que se veía linda y deslumbrante, a plena luz del día mostraba lo putrefacto que estaba. Venta de infantes, Féminas de distintas razas siendo damas de la vida galante, una de ellas le mostraba el escote a kishi y con una voz sensual, pero a la igual ronca le hablaba.
—Ven aquí amor, te hare ver más allá de las estrellas—dijo la fémina de piel rojiza y cuernos violeta, mientras que cada vez más mostraba de manera descarada su escote
Soltando un suspiro pesado y con lo último de dinero en mano, Kishi negó la oferta y sin mirar atrás fue en busca de aquel refugio que buscaba, una vez más se halló con una variante de motel, pero con respecto al anterior, este estaba peor, así que, sin más, entró al recinto y para sí inexistente sorpresa o expectativa, el local estaba peor el que durmió antes, al grado que parecía un lugar de clase. Su vista era invadida por el nulo mantenimiento del local, teniendo pedazo de techos en el piso, sofás hecho trozos y por último, una ser de la calle durmiendo, era delgado hasta los huesos y su atuendo sólo se componía de una playera a rayas color amarillo y blanco, junto a su barba mal formada y siendo lo más llamativo su ojo muerto de color miel, Kishi se acercó con cautela, y solo podía escuchar como este roncaba y soltaba palabras que solo un loco lo diría
—Zzzz....Aghg.... Mi Raza....es la mejor— decía entre balbuceo el sujeto que estaba tirado en el suelo y con moscas alrededor
Kishi solo le hizo el feo y decidió alejarse de él. Al llegar al mostrador solo vio como una fémina llegó gritando a lo que se podía asumir que era su gerente
—Sosiégate Yonatán, ya te dije que cuando pueda sacare al tipejo que está tirado—dijo señalando al sariano que estaba detrás de kishi—Pero bueno, qué puedo ayudarte sariano—comentó la sariana de manera directa y sin nada hacerle platica
Kishi se impresionaba por la actitud y apariencia de ella le llamó demasiado la atención, su estatura era un poco más del metro sesenta y su piel ligeramente tostada. Le parecía atractiva visualmente, sin dejar de lado su cola de caballo de y pelo de color negro azulado
