Harrison Potter y el regresor del tiempo

Capítulo 1: La suerte Potter

Todo había acabado

Después de años teniendo un blanco en la espalda, por fin lo había logrado. Habían vencido a Voldemort.

Habían logrado acabar con el hombre que aterrorizó la vida de cientos y acabo con la de miles. Lo habían logrado después de años de tener un juego de tira y afloja donde solo aplazaron la inevitable pelea que tendrían en el futuro.

Sonrió mientras veía a Hermione y a Ron besarse, ¿Quién hubiera imaginado que esos dos acabarían juntos?

Tal vez debió haberlo esperado con todas esas tensiones y momentos idiotas que tuvieron esos dos juntos. Si llegaban a tener hijos iba a asegurarse de que estos le agradecieran por evitar el divorcio de sus padres.

Aunque siendo sinceros, a su lado él parecía más el hijo de esa pareja a punto de divorciarse.

Todos comenzaron a dirigirse a lo que antes era el castillo de Hogwarts, odiaba verlo así, como un campo de guerra en lugar de era; un lugar de un refugio, un hogar, su hogar. Recordaba que no hace más de un par de horas había visto los cuerpos de las personas que el conocía, Fred, Lupin, Tonks, Snape, Lavander. Incluso el pequeño Colin Creevey que no tenía nada que hacer ahí.

Habían perdido a muchos, y el perdió lo único que quedaba del recuerdo de sus padres y Sirius, había perdido lo último que le quedaba de esa familia. Y los Wesley habían perdido un hijo, un hermano. Nunca nadie se recuperaría de aquello,pero esperaba que al menos pudieran seguir adelante en memoria de los que ya no están.

Neville paso a su lado, el niño asustadizo de hace años había desaparecido y dejo en su lugar a un mago fuerte y capaz, un mago que había sido la clave para que Tom por fin tuviera su final.

Sonrió aún más al ver cómo las cosas habían cambiado a lo largo de los años, ya no eran niños con sueños de libertad. Ahora eran magos capaces de darla a los que no la tienen.

Recordó a Malfoy, no, Draco, que se puso de su lado de manera inesperada al no delatarlos tan pronto como pudo en la mansión Malfoy, ni matándolo cuando tuvo la oportunidad en la sala de Manesteres. Esperaba que si el hablaba en su juicio pudiera ayudarlo a comenzar de nuevo y así él logrará la felicidad que tenía tan merecida. Lejos de su padre y lejos de las cadenas que conlleva el apellido Malfoy.

- ¡Apresurarte amigo! -.

Río suavemente al ver a Ron volverse y soltar a Hermione, mientras está parecía avergonzada por la muestra de afecto y haberse olvidado momentáneamente de él. Río con más fuerza mientras ella le enviaba miradas de disculpa.

Lo que ocurrió después ni el mismo lo esperaba.

Sintió como algo le golpeaba la espalda con fuerza, vio las miradas horrorizadas de sus amigos, y como Neville se giraba rápidamente al oír el grito horrorizado de Hermione, el ya estaba mucho más adentro del castillo que los demás. Todo comenzó a ir en cámara lenta para él. Volteo hacia el lugar de donde provino el golpe solo para registrar las palabras del hechizo lanzado mientras caía lentamente al suelo.

- ¡Avada Kedabra!-

Está vez no había piedra de la resurrección que lo salvara, y solo pudo ver cómo sus amigos se acercaban a su cuerpo caído y como Ron y Neville se dirigían al bosque prohibido con varitas en mano en busca del lanzador de la maldición, que ahora, era también la causa de su muerte.