siete

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— ¿Qué haces vos acá? — preguntaron ambos a la vez

— ¡Ju, llegaste! — Paulo apareció con Leandro detrás, los dos llevaban una sonrisa

Pero al notar el ambiente tenso que había entre sus amigos, además de las malas miradas que se daban, se pusieron serios. Paulo se puso al lado de su mejor amigo, y Leandro del suyo.

— ¿Pasó algo? — preguntó Paulo, pasando su mirada de Julieta al morocho

— ¿Qué hace éste negro cabeza en mi casa? — soltó Julieta, sin titubear y sin sacar su mirada de él

— ¡Julieta! — chilló Paulo

— ¿Negro? Pero andá, ridícula — el amigo de Leandro chasqueo la lengua — Prefiero ser un negro antes que una cheta mal cojida como vos

— ¡Enzo! — regañó Leandro, golpeándolo en el hombro — ¿Qué te pasa?

— ¿Por qué le decís así, Julieta? — preguntó Paulo, entre molesto y confundido

— ¡Es el negro que me arruinó los apuntes! — explicó Julieta en dirección a Paulo

— ¡Es la cheta que me ensució las zapatillas y encima me dijo de todo! — Enzo habló al mismo tiempo que Julieta igual que segundos atrás, mirando a su amigo

— ¡Fue tu culpa! — volvieron a hablar a la vez, mirándose y acusándose

— ¡Bueno, basta! — pidió Paulo — Juli, ¿podemos hablar?

— Y vos vas a hablar conmigo — avisó Leandro en dirección a su amigo

Ya todos los demás chicos que estaban en el departamento se habían acercado a ver lo que sucedía porque escucharon los gritos.

Sin dejarla responder, Paulo tomó a Julieta del brazo y la llevó hasta su habitación. Su grupo: Rodrigo, Camila, Sofía y Ailén, los siguieron también. Una vez que entraron todos, el de ojos claros cerró la puerta.

— ¿Estás loca, amiga? ¿Cómo le vas a decir así? — cuestionó Paulo con molestia

— ¡Amigo! Es el chabón que me arruinó los apuntes y ni siquiera me pidió perdón — se justificó rápidamente, con un tono obvio — Además, ¿vos escuchaste lo que me dijo él a mi? Cheta mal cojida — negó con la cabeza repetidas veces y apretó los labios — Es un mal educado, un desubicado, un negro villero...

— Amiga, basta — la cortó Paulo, serio — Enzo es el mejor amigo de Leandro, viven juntos

— Bueno, ¿y? ¿Qué querés que haga? — cuestionó, cruzándose de brazos

— Le vas a pedir perdón — contestó

— ¿Eh? — Julieta frunció el ceño e hizo montoncito con la mano — ¿Yo le tengo que pedir perdón a él? Si él me chocó a mi, me arruinó los apuntes y encima me bardeó. Igual que hizo recién. Ah, y no sabés la cara que puso cuando me vió

— La misma que debes haber puesto vos, amiga — dijo Paulo con seguridad — Ju, en serio, ya fue lo de los apuntes. Los dos tuvieron la culpa ese día, los dos se bardearon feo igual que ahora. Pero ya está. ¿Podés pedirle perdón y empezar otra vez con él?

todo lo que odio de vos || enzo fernández Donde viven las historias. Descúbrelo ahora