𝑪𝒐́𝒅𝒊𝒈𝒐𝒔 𝒅𝒆 𝒂𝒕𝒓𝒂𝒄𝒄𝒊𝒐́𝒏 || 𝑴.𝑪

Capítulo 10: Recuerdos en papel

Ethan Montgomery

Sentado en la cama del hospital, miraba la libreta entre mis manos. Las páginas en blanco me parecían un desafío monumental, como si al llenarlas fuera a destapar algo que mi mente había decidido bloquear. Intentaba anotar todo lo que recordaba, incluso los detalles más insignificantes, pero cada vez que intentaba escribir lo que ocurrió la noche del ataque, las palabras se me escapaban, como arena entre los dedos.

Apoyé el lápiz sobre el papel, frustrado. ¿Qué estaba fallando? Cada línea que escribía parecía incompleta, cada fragmento, una pieza rota de un rompecabezas que no lograba armar. Cerré los ojos, tratando de empujar mi memoria, forzando a mi mente a recordar, a entender por qué estaba aquí y cómo llegué a este punto.

—¿Ethan? —escuché una voz familiar que rompió mi concentración. Emily Morgan entró en la habitación, su expresión seria, pero había preocupación en sus ojos.

Levanté la vista, sin poder ocultar el cansancio que sentía. —Hey.

Ella se acercó lentamente, sus pasos cuidadosos como si no quisiera asustarme. Genial, ahora soy el tipo al que tienen que tratar con pinzas.

—¿Qué estás haciendo? —preguntó, señalando la libreta que aún sostenía.

—Intentando recordar algo más. —Mis dedos pasaron sobre las páginas, dejando que la frustración saliera en un suspiro—. Pero es como si todo estuviera... roto. No puedo armar nada coherente.

Emily se sentó en la silla junto a la cama, cruzando los brazos. Me miró en silencio por un momento, como si estuviera considerando sus palabras con cuidado.

—No tienes que presionarte tanto, Ethan. Pasaste por algo traumático. Es normal que tu memoria no esté completa aún. —Su voz era suave, pero directa, lo que siempre admiré en ella. Era empática, pero no suavizaba los golpes.

Negué con la cabeza, sin poder compartir su optimismo. Lo que no está completo puede ser la clave. No quería sonar derrotado, pero era difícil evitarlo.

Emily me observó durante unos segundos más, antes de soltar un leve suspiro.

—Sabes que estamos haciendo todo lo posible para averiguar cómo se vincula con el caso. Pero si te exiges más de lo que puedes manejar, solo te vas a lastimar más.

Apoyé la libreta sobre las sábanas y levanté la mirada hacia ella, tomando un respiro antes de hablar.

—¿Cómo encajo en todo esto? —pregunté finalmente, más serio—. No puedo dejar de pensar en que el ataque estuvo vinculado con el caso. Todo apunta a que fue así. Pero necesito saberlo todo, Emily. Todos los detalles.

Ella vaciló un segundo, como si no estuviera segura de cuánto debía decirme.

—Te atacaron porque estás en el equipo, porque estás cerca de lo que ocurre. Pensamos que el atacante vio en ti una amenaza. —Su mirada se desvió hacia la ventana del hospital por un segundo, antes de volver a fijarse en mí—. Este hombre, Marsh, parece tener alguna conexión con la mitología azteca, igual que los asesinatos. Lo que sabemos es que ha estado vigilándonos de alguna manera, y probablemente te vio como alguien que podría acercarse demasiado a la verdad.

¿Marsh? Ese nombre me parecía tan distante y ajeno. Lo intenté recordar, pero solo había una niebla donde deberían estar las respuestas.

—No lo recuerdo, no lo conozco... —dije, sintiendo la frustración aumentar de nuevo—. ¿Qué más saben de él? ¿Qué más se sabe de cómo me encontró o por qué yo?

Emily se acomodó en su asiento, claramente incómoda con la falta de respuestas definitivas.

—Lo que sabemos es que ha estado relacionado con la mitología azteca en otros contextos, no solo los asesinatos. Es alguien que estudia profundamente estos símbolos y rituales, los cree y los vive. Podría haber pensado que su visión de la mitología estaba amenazada... pero aún no tenemos pruebas contundentes. Estamos siguiendo varias pistas.