Por lo general, Valentín no era de detestar las reuniones que a algunos de los hispanoamericanos se les ocurriera preparar, independientemente del tipo, buscaba la forma de pasarla bien a pesar de todo. Eso, aunque en ocasiones existía la posibilidad de salir afectado por alguna de las bromas que preparaban los anfitriones para «hacer reír al público». Ya sea a un invitado en específico u otro invitado desafortunado.
De alguna forma, todos alguna vez han caído tanto en buenas bromas como en las de muy mal gusto. Las cuales en muchas ocasiones estaban protagonizadas por los mayores de entre todos los de habla hispana: Pablo y Daniel.
──Ey, Emi, ¿quieres probar este guacamole que hice?
Sin embargo, hasta él tenía límites y era cuando se metían con Emiliano. Podía oler y hasta sentir aquellas malvadas intenciones desde lejos. Parecía tratarse de una alarma natural que consistía en advertirle de cada posible ocasión en la que hicieran enojar, entristecer o quisieran humillar a su querido colombiano.
──Uhm, seh, ¿por qué no? ──respondió con calma.
Dicha «alarma» antes mencionada que tenía el representante de Venezuela se activó. Visualizó con molestia a Pablo, como queriendo matarlo con sus orbes bicolores.
Por muy chistoso que pareciera, esa broma de la comida picante no era para nada divertida si no resultas ser un fan del picante y, mucho menos, si eres alérgico a ser el bufón de todos. Sabía que su amigo tenía ambas cualidades, sin embargo, carecía de la desconfianza que con los años Valentín fue ganando por las demás personas──o mejor dicho, prefería no desconfiar──. Así que se acercó con la mayor imponencia que pudo expresar con sus gestos y se paró en el medio.
──¡No! ──Alza la mirada para poder ver a los ojos a Pablo──. ¡Fuera! Shu, shu, ¡a mi pobre e inocente Coco no le harás eso!
Oh, Pablo olvidó que aquella broma fue una de las últimas que usó en contra de Valentín. Una mala jugada de su parte, pues no tomó en cuenta que este actuaba como el clicle de quién iba a ser su nueva víctima.
Rodó los ojos, alejando la tasa con la susodicha comida de ambos sudamericanos, sintiéndose abrumado por la presencia del venezolano en su reunión. Quizás sería en otra ocasión. Soltó un suspiro con pesadez y se alejó refunfuñando el nombre del más bajo como una pequeña rabieta por su bloqueo, ya que tenía muchas ganas de bromear con su compadre.
Por otro lado, aún cuando vió a Pablo alejarse con el guacamole, molesto, el de ojos avellanas no entendió lo que acababa de suceder.
──Eso..., no era lo que era, ¿verdad?
Valentín alzó una ceja, para luego golpear su rostro como dando a entender: ¿Es en serio?
──Y luego yo soy el retardado.
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❝ Mientras esté al alcance de Valentín, protegerá a Emiliano con todo lo que tenga. Su meta es verlo bien ❞
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Frontera colombovenezolana
FanficEmiliano adora los días soleados y el café. Valentín adora verlo feliz durante esos días. Puede que para el resto del mundo sean solo dos Countryhumans del montón, pero para ellos dos, el uno es muy importante para el otro. Son amigos, casi hermanos...