Prólogo

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➤COURTZ ·

De lejos notaba lo mucho que esa mujer llamaba la atención de todos aquí dentro, no solo de hombres, si no que, otras mujeres estaban atentas a sus movimientos de caderas, a esos pequeños giros de su cintura y como sacudía las tetas a todos esos que estaban sentados frente a ella, con la boca abierta y casi sin parpadear, le tiraban billetes y no de un dolar.

—Acho’ ¿quién es la nena esa? —lo ennotado que estaba, me tenía viendo borroso.

—¿De quién tú hablas, brother? —respondió Luar mirando en la dirección que yo apunté con mi dedo.

—La rubia vestida de rosita que baila encima de ahí...

—¡Ay, bendito! —se pasó la mano por encima de su pelo y se levantó rápidamente, llamando al guardia—. ¡Brother! ¡Ey! ¡Ven pa’cá, papi! ¡Un favor!

Yo no apartaba la vista de esa chamaquita, movía ese cuerpo como toda una experta, tanto el culo como las tetas, se sacudían flow Shakira —y es que con ese cabello, le daba un parecido a Karol G pero, ella era mucho más chiquita y sexy—, el verla moviéndose así, me dieron ideas y no de las buenas, o quizás no tanto, eran ideas que me beneficiaban si la cogía y la llevaba pa’ casa.

—Si esa chamaquita que está bailando allá viene acompañada, ¿puedes decirle que se baje de la tarima? Ella no debe... Acho’ se va a quitar la jodía’ ropa, puñeta —y Luar corrió, saltó lo que dificultaba su llega a donde la nena y yo, viendo todo ese show que ella había montado, me mordía los labios.

El tipo llegó donde ella, la tomó de las manos y la nena se le dejó caer encima, con una sonrisa like Harley Quinn —provocadora, traviesa, retadora—, mirándolo y besando la mejilla del pana, él me hizo señas y lo vi dirigirse a la salida, inmediatamente lo seguí.



「 Por la mañana 」



Seguía recostado en el sofá, Luar me trajo con él por la madrugada, después de salir de aquel club. Llevó a la nena a la habitación de huéspedes y yo, tuve que quedarme en el living, dónde dormí súper incómodo y por eso mismo, desperté temprano.

La sábana la había llevado hasta por encima de mi nariz, solo cubría de la cintura para arriba mientras pensaba en los ricos movimientos de la nena en el club, de esa sonrisa que le dedicaba a todo aquel que estuviera fijándose en ella, imaginándome si fuese a mi, al que hubiera hecho todos esos movimientos en la cama.

—¡Despertamos duros hoy! —escuché de pronto y miré al sofá de al lado, ahí estaba ella con una taza en la mano y su celular—. ¡Buenos días¡ ¿Qué soñaste que lo tienes bien parao’ nene?

Su risa poco escandalosa y esa mirada fija en mi, me hicieron levantarme y verla sin decir nada, ella llevaba mi camisa —sí, la que usaba anoche—, miraba la pantalla de su celular y después se fijaba en mi.

—Me encantan tus lunares... Y tienes unos pezones lindos —dijo mirándolos, yo me cubrí con la sábana y volvió a reírse—. Di algo, me tienes nerviosa... ¿O es que tú no hablas?

Asentí.

—¡Pues házlo, huele bicho! ¿Quién tú eres? —se levantó, pude ver que debajo no lleva nada, absolutamente nada—. A veces duermo desnuda, bajé así y me puse esto... Al parecer es tuya, ¿la quieres?

Asentí nuevamente, sin decir una sola palabra y ella se encogió de hombros, tomando la camisa del borde y se la quitó de un tirón para después, aventármela a la cara e irse sin más.

—Cabrón... ¿Qué acaba de pasar? —dije para mi mismo, viendo como esas nalgas desaparecían al irse escaleras arriba—. Acho’ esa cabrona... Que hija ‘e puta.

Sonreí como un tonto, uno real —porque lo fui—, volví a recostarme en el sofá y miré hacia abajo.

—Despertamos bien duros...

Cerré los ojos con una sonrisa en el rostro y volví a pensar en ella, en como carajos es que se llama y de donde puñeta es —por su acento, claro está que es bori—, solo me falta conocerla y saber si está dispo.

—O si es que puede hacer encima mío, lo mismo que hacía en aquel lugar...

—¿De qué tú hablas? —puñeta, ahora Luar.

Abrí los ojos, me hice el desentendido y negué volviendo a cerrarlos.

—La nena se está yendo, si quieres sube a la habitación y duerme un rato ahí... Pa’ que duermas mejor...

—¿Quién es la nena?

—Hijastra de Elías.

Oí pasos rápidos, como si corrieran. Me cubrí hasta arriba y le di la espalda a todo, aunque quedó descubierta, yo me hice el loco y estaba atento a lo que hablaban.

—Coño, y trepa’ en la mesa les bailé... Me tiraron dinero, como si fuese una stripper —decía entre risas—. Les pasaba el culo por la cara, acho’ que fresca... ¡Que puta, en verdad!

—Y cuando tu pai’ se entere...

—Mano, eso e’ lo de menos, Elías sabe...

—¿Y como terminaste sin ropa en mi casa? Cabrona, no llevas na’ —la voz de Luar era, de molestia—. Estás sin pantie, sin brasier, sin algo que te cubra... ¿Cómo así, chica?

—Ni yo misma lo sé... Pensé que tú me la habías quitado, o tu amigo —murmuró eso último, sonreí para mi mismo—. Está bien lindo, ¿tú sabes si chingamo’ porque..?

—No, Kiara... Te encerré, yo abrí hace rato y...

—Hmm, que mala suerte...

—Kiara.

Oí como rió y después un fuerte sonido de beso, un gruñido de Luar y luego, un par de pasos.

—Gracias por salvarme, ¿te veo después?

—Cuando quieras, baby... Me tiras.

Nuevamente todo se quedó en silencio y pensándola, me quedé dormido y ahora, con algo más que un recuerdo de ella bailando —ya conocía una parte más privada de ella—, es hija de Elías pero, ¿qué Elías? ¿Elías White Lion?

Negué a mis adentros, ¿hijastra?

—Coño, si Luar la conoce tanto... Sí, debe ser ese Elías.

Volví a levantarme, cogí mi celular y la busqué en sus followers.

—Kiara, Kiara... Kiara, Kiara... —repetía mientras buscaba hasta que di con ella—. Kiara Lion, es una leoncita...

Y que linda es...

MUSA ‹ OMAR COURTZ ›.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora