Capítulo 1 - Como todo Empezó

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¡Estén alerta! Cuídense de su gran enemigo, el diablo, porque anda al acecho como un león rugiente, buscando a quién devorar. (1 Pedro 5:8 NTV)

Kathe era solo una niña cuando se topó por primera vez con contenido para adultos, un suceso que quedaría grabado en su memoria como el inicio de una inesperada pesadilla.

Tras regresar de la escuela, completar sus tareas y tomar un baño, siguiendo la rutina post-escolar que su madre le había inculcado, se acercó al DVD que reposaba en una mesa junto al televisor de su hogar. Llena de la emoción típica de una niña de once años que se prepara para ver sus películas favoritas, se dirigió apresuradamente al estante donde se encontraban apiladas decenas de carátulas de VHS.

Desde muy temprana edad, sus padres siempre habían atendido sus gustos cinematográficos, coleccionando películas tanto de sus caricaturas preferidas como de emocionantes filmes de acción que disfrutaban en familia.

Kathe buscó entre el desorden; algunas películas no tenían carátulas, ya sea porque estaban prestadas o simplemente se habían extraviado. En algunos casos, dos o tres CDs estaban en una misma carátula. Eso no suponía un problema para Kathe, ya que, debido a su experiencia viendo las mismas películas durante años, conocía a qué película correspondía cada CD sin necesidad de que estuvieran en la carátula.

Así fue como se acercó a la pila y, de forma automática, abrió la carátula perteneciente a Barbie, de la cual tenía al menos 9 CDs. Confiada, siguió el procedimiento que ya conocía de memoria: conectó el DVD, oprimió el botón y esperó pacientemente a que saliera el disco donde habría de colocar el CD. Limpió el polvo del DVD, como su padre le había enseñado para evitar que la película se viera pixelada, introdujo el disco y presionó Play. 

Kathe estaba lista para disfrutar de una tarde de película como acostumbraba, estaba lista para ver de nuevo la película de Barbie que ya podía recitar de memoria cada escena, estaba lista para todo, menos para lo que aconteció.

Definitivamente, esa no era la película de Barbie, ni siquiera era su película favorita "Tierra de Osos", ni una de sus tantas películas animadas. Lo que apareció en la pantalla, Kathe lo identificó como una mujer desnuda acostada de espaldas. La imagen fue tan perturbadora como los sonidos extraños que salían por la bocina del televisor. Le tomó unos segundos volver a la realidad y, por alguna razón, tuvo miedo de que sus padres o alguna de sus hermanas entrara y la descubriera viendo eso. Sintió vergüenza, aunque no había hecho nada malo.

¿De quién era eso? ¿Por qué estaba ahí? No lo sabía; entre tantas carátulas y CDs, cualquier cosa podría haber, pero eso... ¿quién veía eso? Pensó en su primo y sus amigos mayores que pedían el DVD prestado a su padre y se reunían a ver películas juntos.

Asustada, quitó la película y colocó el disco en el mismo lugar donde estaba, con miedo de que el dueño descubriera que ella lo había tocado. Se sintió mal, y el miedo la invadió.

Tiempo después, sucedió lo mismo. Kathe, sus hermanas y sus cuatro primas se encontraban colocando la película de Monster House, a pesar de haberla visto decenas de veces, y nuevamente lo que apareció en la pantalla las dejó a todas petrificadas.

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⏰ Última actualización: Sep 22, 2024 ⏰

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Rompe el Ciclo en XXX Días (Una guía práctica para ser libre de la pornografía)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora