Naruto Uzumaki: El quinto maestro de Fairy Tail

Capítulo 8: Grandes Juegos Magicos (x789)

(1 de noviembre, x789)

Una vez al año se celebraba los Grandes Juegos Mágicos para magos. La capital de Fiore, la capital de las flores, Crocus, bullía de gente, tanto entre sus ciudadanos como entre los magos de Fiore, que venían de todo el mundo para participar en este evento. En el centro se encontraba el palacio del rey de Fiore, Mercurius, un edificio extremadamente grande y alto, que aparecía como uno de los elementos más visibles del valle donde se encuentra Crocus y que se elevaba sobre todos los demás edificios de la ciudad.

Mercurius también estaba rodeado de un exuberante jardín, que, al igual que el resto de la ciudad, estaba adornado por una gran cantidad de flores, con parterres y, además, plantas artísticamente dispuestas y pequeños setos ordenados, que tienen espacios cuadrados y huecos en sus bordes, albergando farolas decoradas con gran profusión, con postes ondulados que terminaban en grandes orbes, con objetos circulares que los rodeaban, aparentemente flotantes. Las calles allí estaban adornadas con mosaicos, que consistían en una variedad de pequeñas piedras rectangulares planas dispuestas para parecerse a semicírculos. Frente al palacio se encontraba una fuente, rodeada por un estanque a nivel del suelo, redondo y poco profundo; chorros de agua sobresalen hacia arriba tanto de la fuente como del estanque, y el primero también alberga algunas plantas, o posiblemente estatuas de plantas, en su base.

Una vista magnífica, incluso para Naruto que ya había visitado el lugar durante los últimos Grandes Juegos Mágicos con Yajima.

Y en las montañas del oeste, el gran torneo de magia iba a celebrarse en el estadio llamado Domus Flau. El lugar parecía ser una gran arena de batalla redonda y abierta y no tenía cubierta en la parte superior. Tiene numerosos arcos en sus paredes y una gran entrada. El Domus Flau también tenía cuatro estatuas gigantescas, cada una sosteniendo un bastón con un gran círculo en la parte superior, mirando hacia adentro, rodeando el Domus Flau. También se podían ver cuatro cadenas gigantescas alrededor del Domus Flau; cada una partiendo de un metal circular en el suelo alrededor del Domus Flau, conectándose a círculos detrás de las estatuas y llegando hasta otro metal circular en el suelo.

Y en el centro de la ciudad, estaban los miembros del llamado gremio más débil de todo Fiore, Fairy Tail. Aunque, después del torneo, iban a asegurarse de que Fairy Tail fuera reconocido como uno de los gremios más fuertes del país, si no el más fuerte.

Todos los miembros habían llegado a la capital hacía apenas 5 minutos y se dirigían a su alojamiento. Todos estaban muy emocionados por los Grandes Juegos Mágicos de este año, a diferencia de los del año pasado, ya que ahora tenían un mago de clase S en su equipo.

Naruto todavía podía recordar vívidamente la emoción y alegría que se había extendido por todo el gremio hace tres meses; cuando fue ascendido a un rango de clase S después de derrotar a Jura. Todo el gremio había celebrado y festejado ese día como si no hubiera un mañana. Incluso Jura, Lyon, Sherry y los cuatro idiotas se habían unido a su celebración. Diablos, el gremio estaba tan de buen humor que Macao incluso había invitado a Porlyusica, quien era un ex miembro y el médico del gremio, al gremio para participar en la celebración. Sin embargo, tal como se esperaba, Jet y Droy, quienes fueron enviados para invitarla, fueron rápidamente expulsados ​​​​por la médica iracunda. Sin embargo, informaron que habían visto una pequeña sonrisa en su rostro cuando le informaron sobre su ascenso. Lo que Naruto pensó que era increíble, ya que siempre había visto a la anciana de mal humor e irritada cada vez que la veía.

Además de la celebración, todo el gremio también fue invitado por el anciano Yajima a su restaurante para conmemorar y celebrar la promoción de Naruto, para gran alegría de los miembros. Naruto resopló divertido al recordar al anciano dando la bienvenida a todo el gremio, mientras lo abrazaba entre lágrimas con mocos goteando por su nariz como un niño feliz cuando llegaron al restaurante.