capitulo 12 [final]

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Aquello que nos lastima es a lo que más nos Aferramos, por eso nos da tanto miedo amar...

Pov narradora

Los spades mostraban una perfecta adaptación con los Whitebeard. El pecoso se llevaba bien con todos los que habitaban el barco, algunas veces tenía pequeñas situaciones pero nunca pasaban a cosas mayores

La noche caía en el barco y los piratas cumplían sus respectivas labores, Thacht el cocinero del barco se encontraba terminando de lavar los platos, el pirata volteo al escuchar un pequeño ruido

Sentado en una silla detrás de el estaba el nuevo miembro de la tripulación, el pecoso estaba sentado espetando a por el

-¿Por qué no me habías dicho que estabas ahí? Me asustaste-dijo el cocinero con bastante tranquilidad

—jajaja, lamento si eso fue así—dijo el pecoso sin una sola gota de arrepentimiento—¿Charlamos? No lo hacemos desde que volví—dijo el chico mirándolo bastante serio

—Mmm, está bien—dijo el cocinero cerrando la llave

Ambos caminaban en silencio hasta llegar a la cubierta y reposar en el barandal del barco

—¿Cómo fue todo en estos últimos años?—pregunto el cocinero con serenidad

—bastante.... Loco diría yo, aprendí muchas cosas, hice bastantes amigos y.... Supongo que ahora soy mucho mas libre que hace unos años—el cocinero me miró con duda—hace dos años, solía esconder gran parte de mi. Mi descendencia, mi linaje. Yo, solía esconderme del mundo bajo una máscara, hoy se quien soy, se d eso de vengo y se a donde me dirijo—dijo le pecoso con una pequeña sonrisa

—ya no necesito esconderme, y se que hoy puedo decir con orgullo que soy hijo del notable pirata. Barbablanca—finalizo mira do al cielo

Thacht  sonrió ante lo dicho. Desde que llegó el pecoso el y muchos de sus hermanos habían estado preocupados, debido a que se había notado algo distante y bastante callado a comparación de la última vez que lo tuvieron en el barco. Sin embargo, con lo dicho, el pecoso había demostrado que se quedaría en el barco y que sería un miembro más de su rara pero linda familia

—me alegra escuchar eso... Hermanito—

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Marco y Ace eran cada vez más cercanos, la relación que en un inicio empezo por un interés o por el deseo de proteger hoy era fuerte debido a el amor que estos dos se habían empezado a demostrar y que a pesar de haber pasado años desde su separación. Ardía, ardía como llamas

Las noche en las que Ace se veía obligado a dormir en su habitación eran una completa tortura, el deseo de ser marcado por su destinado eran cada vez más fuertes

(Marca es cuando una pareja de destinados acepta amarce  y protegerse, se juntan tanto en cuerpo como en alma)

Ace deseaba ser marcado por marco, sin embargo la vergüenza y la pena lo invadían  cada vez que tenía la necesidad de tocar el tema

Una de esas tantas noches, Ace estaba en su habitación. Y las ansias que sentía su ser eran cada vez más fuertes, las llamas que sentía en su corazón arder incrementan como si abibaran un incendio

—¡O rayos!—dijo mirando a su pantalón, sentía demaciado avergonzado, si bien era algo natural nunca podía evitar sentir vergüenza ante esto

Con bastante duda empezó a tocar el bulto que ya hacia en sus pantalones. Sentía como algo lo quemaba desde adentro, la excitación que sentía en ese momento era tanta que sentía que su cabeza estaba nublada, sus pensamientos no eran claros y el único deseo que tenía era tener a siento rubio al lado

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