"Adoramos el caos porque amamos producir orden".
- M. C. Escher
El orden debía ser total: no había espacio para el azar. Solo se lograba la perfección al controlar cada detalle, asegurando que un objetivo se cumpliera y triunfara, alcanzando el equilibrio deseado. Así pensaba aquel hombre mientras contemplaba su creación, perfeccionada a lo largo de años y décadas.
Sin embargo, a pesar de su incansable esfuerzo por construir su utopía, esta seguía lejos de ser perfecta. Muchos factores externos interferían, presentando obstáculos que frustraban su búsqueda de la perfección. Debía eliminarlos de una vez por todas, para que todo finalmente resonara en armonía. No podía permitir que su esfuerzo se desvaneciera por un grupo de tradicionalistas que se oponían a contribuir con la evolución de la comunidad.
El sonido de los tacos de sus costosos zapatos resonaba en la oficina mientras se alejaba del ventanal, moviéndose con arrogancia hasta el escritorio de vidrio. Sus dedos acariciaron la superficie lisa para activar los controles holográficos y llamar al general de su ejército.
-Ji-cheol, prepara a tus mejores divisiones de caza para una reunión en el cuartel general en diez minutos -su tono frío y demandante dictó la orden sin expresión; la imagen holográfica del general desapareció tras cortar la llamada, impidiendo que el otro hombre dijera una palabra. Solo esperaba obediencia, no comentarios inservibles.
Se levantó de su silla giratoria con la misma superioridad que lo caracterizaba, ajustando su traje de alta costura antes de salir de la silenciosa oficina hacia el bullicioso vestíbulo.
Al abrirse las puertas del elevador de vidrio opaco, sus subordinados se inclinaban hacia el suelo, lustrando sus zapatos con la lengua, adulando en exceso por su favor. A sus espaldas, eran como víboras arrojando veneno sin límites...
«Parásitos hipócritas».
Aunque debía reconocer que sin esos lamebotas que lo halagaban, no podría haber alcanzado tanto influjo, su reino no habría prosperado tanto, volviéndose casi incontrolable, sin la colaboración de unos pocos que se dejaban guiar para obtener lo que deseaba. Sin embargo, eso no eliminaba lo desagradable que resultaba escuchar sus importunas voces, exaltando cada tontería que consideraban útil para su propio interés.
Dejando atrás a esas sanguijuelas, caminó rápidamente hacia el auto flotante, que lo esperaba para elevarse sobre los edificios iluminados por luces de neón, volando como un colibrí mecánico.
El suave zumbido de la máquina servía de ruido blanco, adormeciéndolo hasta que cerró los ojos y se dejó llevar por el paisaje, apenas iluminado por los últimos rayos de sol sobre la opulenta ciudad, llena de letreros de neón y hologramas brillantes.
Mientras soñaba, su mente se agitó con recuerdos pasados, trayendo sus peores miedos, atormentándolo con la posibilidad de que estos se hicieran realidad si no ponía fin a las amenazas que acechaban fuera de su amada utopía.
Las profundidades de su memoria se desataban, provocándole un sudor helado. Los recuerdos sombríos de lo que lo llevó a transformarse en quien era entonces sacudían su ser con temblores inquietantes, como si fuera un niño temeroso ante los fantasmas que acechaban bajo su cama.
Despertó al oír la voz del piloto artificial anunciando que habían llegado a su destino, volviendo a la realidad donde sus miedos seguían siendo solo eso. Se recompuso, respiró hondo y bajó del vehículo, caminando con su habitual arrogancia hacia las instalaciones de seguridad.
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☽ 𝙄𝙉 𝙏𝙃𝙀 𝘿𝘼𝙍𝙆 ☾
Fanfiction☽𝙃𝙔𝙐𝙉𝙃𝙊☾ │ ❝𝘕𝘰 𝘴𝘰𝘮𝘰𝘴 𝘤𝘰𝘮𝘰 𝘦𝘭𝘭𝘰𝘴, 𝘯𝘰 𝘱𝘶𝘦𝘥𝘦𝘯 𝘤𝘰𝘯𝘵𝘳𝘰𝘭𝘢𝘳𝘯𝘰𝘴, 𝘱𝘰𝘳 𝘦𝘴𝘰 𝘯𝘰𝘴 𝘱𝘦𝘳𝘴𝘪𝘨𝘶𝘦𝘯. 𝘏𝘢𝘳𝘢́𝘯 𝘭𝘰 𝘲𝘶𝘦 𝘴𝘦𝘢 𝘱𝘰𝘳 𝘥𝘦𝘴𝘵𝘳𝘶𝘪𝘳𝘯𝘰𝘴, 𝘱𝘰𝘳 𝘦𝘴𝘰 𝘯𝘰𝘴 𝘰𝘤𝘶𝘭𝘵𝘢𝘮𝘰𝘴 𝘦𝘯 𝘭...