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Narra Martin

Conozco a Juanjo desde los ocho años, era el hermano mayor de un compañero de mi clase, Javier, nunca hablé mucho con él, el típico "me dejas la goma" o cuando te ponen con un compañero en un trabajo de clase, conocí a Juanjo.

Ese día llegué a casa de Javier con la cartelera en la mano y llamé a la puerta...

(Hace nueve años)

-¡Hola!-una señora que debía ser la madre de Javier me abrió la puerta

-Hola, soy Martín, venía a hacer el trabajo con Javier- dije con nerviosismo mientras movía la cartulina.

-Cariño ¿seguro que es hoy? Javier no vuelve de fútbol hasta las 9- dijo la mujer con cara de preocupación.

-Pero si Javier me dijo que quedamos hoy en su casa, hasta medio de la dirección- dije nervioso mientras enseñaba el trozo de papel que me había dado mi compañero.

-Ay mi vida, no sé qué voy a hacer con este niño de verdad, ven pasa y llamamos a tus padres- dijo mientras me introducía en el interior de la casa.

La casa olía galletas recién ordenadas, lo que me hizo sentir un poco más cómodo, aunque todavía apretaba la cartulina con fuerza, cuando llegamos al salón la madre de Javier se acercó con el móvil en la mano

-Martin ¿me dices el número de tu madre?

Me quería morir, no me sabía el número de mi ama. De repente, un pequeño Juanjo de nueve años se asomó curioso por la puerta del salón.

-Hola cariño, enseguida vuelvo a la cocina ¿vale?- dijo a su hijo mayor mientras se sentaba en el sillón de al lado

-Martin, el número- me dijo sonriendo de una manera cálida.

-Perdón, no me lo sé, lo siento mucho- dije mientras se me cortaba la voz en la última palabra.

-Oh cariño, no pasa nada ¿vale? ¿cuándo viene tu mamá por ti?- dijo cogiéndome las manos.

-Perdón, no viene hasta las 20:30- dije mientras se me escapó a la primera lagrima, odiaba ser tan sensible.

-Hey Martin, mirame no pasa nada, ya quedaras con Javier otro día, nosotros estamos encantados de tenerte aquí-dijo mientras me quitaba una de las lágrimas.

-Puedes hacer galletas con nosotros, se nos ha quedado "poca" la masa y tenemos que hacer más- dijo Juanjo mientras me miraba con media sonrisa.

-¿ves Martin? no nos molestas aquí, además de que con tu ayuda nos quedaron unas galletas estupendas para el cumple de Javier- dijo mientras me sonreía.

¿El cumpleaños de Javier? ¿cuándo es? ¿no es raro que haga unas galletas para un cumpleaños de un niño que no conozco? bueno no me queda otra, además, Juanjo sí parece que quiere hacerlas conmigo.

-Ven Martin vamos a la cocina y te enseño cómo se hace la masa para las galletas- dijo Juanjo mientras me cogía la mano y me llevaba dirección a su cocina.

Nunca me había gustado que la gente que no fuera mi familia me agarraste de la mano, pero con Juanjo parecía diferente, no me molestaba, es más, ¿ me hacía sentir seguro? Lo que sé es que no quiero que me suelte la mano, pero a lo mejor lo ve raro, no nos conocemos de nada, ni siquiera va a mi clase. Pero la mano me la ha cogido él.

-Mira Martin esta es la cocina ¡mamá! Martin necesita tener un mandil, ¿le puedo dejar el mio de los pajaritos que va a juego con el que llevo? ese que es igual pero en azul- dijo Juanjo mientras aun sostenía mi mano.

-claro cariño, ¿seguro que le quieres dejar ese? a Javier no le dejas ni mirarlo- dijo la mujer a punto de la carcajada.

Juanjo me llevó de la mano hacia la despensa, allí había otros dos mandiles, uno de Spiderman que deduje que era de Javier y otro de unos pajaritos como los que llevaba Juanjo. Juanjo me soltó la mano para poder coger mejor el mandil.

El Amigo Invisible | JuantinDonde viven las historias. Descúbrelo ahora