-¿Embarazada? - Aquella palabra quemaba su garganta, aquello no podia ser cierto, todo le daba vueltas, necesitaba sentarse.
-HaNa yo... Lo siento. - Dijo JongDae con la voz quebrada, se oía al borde del llanto, pero por el momento a HaNa no le importaba como se sentía él.
- ¿Cuánto tiene? - lo miró con los ojos empañados en lágrimas y con una opresión en aumento en su pecho.
Él guardo silencio unos segundos que se hicieron eternos para ella. - He dicho, ¿Cuántos meses tiene?
Él suspiro, levantó la mirada que desde el inicio de aquella desagradable conversación llevaba fija en el piso.- Cinco meses... - Dijo en un susurro, como si quisiera que HaNa no escuchara aquello, pero lo había hecho, y su mente empezó a hacer cálculos. Cinco meses, ellos llevaban casi lo mismo, quizá un poco más, es decir, desde el inicio de su relación ya estaba sentenciado su final.
HaNa no pudo más que reír, era una sonrisa llena de dolor y amargura, él no había dicho cuál sería su proceder, pero lo conocía bien, era un hombre con valores a la antigua, sabía cuál sería el siguiente paso.-Nana yo....- Dio un paso hacia ella, con duda, pero HaNa levantó la mano para evitar que se acercara, no quería seguir escuchando.
- Ya lo sé, Kim JongDae, ya se cual es tu decisión, ¿Que puedo decir yo? No hay nada que yo pueda hacer.
-HaNa yo... Sabes que te quiero, que consideraba una vida a tu lado, eres lo que siempre busque, pero... - Su voz se cortó con un sollozo ahogado. Aquellas palabras solo herían más y más a HaNa, sería más fácil de soltar si le dijera que solo fue una aventura.
-No sigas por favor... - HaNa soltó un sollozo y él corrió a abrazarla, se quebró dentro de sus brazos y se aferró a él por última vez.
Ambos sollozaron aferrados el uno al otro sin dejar ir por una última vez. JongDae quiso besarla pero ella lo apartó limpiando su rostro.- Vete por favor, no hagas esto más difícil. - Él asintio y se levanto para ir hacia la puerta.
-HaNa... - Se giró para verla con los ojos abnegados en lágrimas. - Por favor no lo olvides, yo te amo. - Le dió la espalda y salió de la habitación.
Matrimonio, embarazo, servicio militar... Esas noticias salían todo el tiempo en las noticias, en las redes sociales, en los periódicos. Todo eso la estaba ahogando, todo lo que una vez había querido vivir al lado de JongDae lo estaba viviendo otra mujer, mientras ellas se derrumbaba cada noche en su cama, aferrada aquel collar que el le había obsequiado como una promesa de su amor, del futuro que ambos habían visualizado y que ahora se esfumaba con esa dura realidad.
HaNa había optado por centrarse en su carrera, tendrían un comeback pronto y varias actividades individuales, lo que la mantenían ocupada física y mentalmente, la alejaban de los recuerdos.
Sin embargo ahí estaba, escondida cerca de la base militar donde JongDae se enlistaria para iniciar su servicio militar; él había optado por un enlistamiento en silencio, solo los miembros de EXO sabían dónde sería, y gracias a uno de ellos podría verlo por última vez, antes de que se alejara de la vida publica por dos años, en los que esperaba que el escándalo del embarazo y su matrimonio se enfriara.
Para HaNa verlo rapado y en total anonimato le generaba sentimientos de dolor. Siempre pensó que estaría ese día a su lado, le sonreíria y le diría que lo esperaría, que siempre estaría a su lado.
Sinceramente esperaba que esos dos años que no lo vería ni sabría de él le ayudarían a olvidarlo, y poder seguir adelante sin él.
Lo vio entrar y suspiro con dolor.
- Adiós JongDae, te amo... - Se giró y se alejo sin mirar hacia atrás ni una sola vez.HaNa había escuchado la noticia, el hijo de JongDae había nacido, era una niña. Al oír aquello solo pudo pensar en la cara de felicidad que tendría el al escuchar aquello. Siempre decía que aunque no le importaba de que sexo salieran sus hijos, lo que más deseaba era una niña. Y HaNa sabía que aquella niña estaría llena de amor y atención, por qué era JongDae, un tipo adorable que amaba los niños.
Pero después escucho que tendría otro hijo y solo pudo sentirse muy estúpida, ¿Qué era lo último que había dicho antes de verlo por última vez? Ah sí, que la amaba...
No podía negarlo, la noticia le sentó como una patada en el estómago, se había enterado en medio de una presentación y había tenido que irse corriendo para vomitar. Termino sentada en el baño del piso llorando a sollozos sin poder entender como había podido seguir manteniendo una tonta esperanza como aquella, hasta había oído que había registrado su matrimonio y en cuanto pudieran harian una ceremonia, seguramente sería hermosa, y él cantaría, de eso estaba segura, se había vuelto el cantante preferido de las bodas de sus conocidos y no cantar en la suya propia seria casi como una sacrilegio.
Se sentía miserable.Y claro, el día de la boda de JongDae había llegado, HaNa había preferido manterse al margen para no oír ni ver nada que la lastimara, pero había sido muy ilusa; pese que había pedido algunos días después de que JongDae saliera del servicio militar para no verlo, una carta, o mejor dicho, una invitación había llegado a su casa: la de la boda de JongDae y Choi HaNuel.
HaNeul era una maldita, ¿Por qué marcar territorio si ya tenía a JongDae?
HaNa tiro la invitación y se encerró en su cuarto. Tiempo después supo que canto en su boda y fue Good Luck, aquella que tantas veces cantaba a su oído luego de hacer el amor.
Lo odiaba, pero más se odiaba a si misma, por confiar en sus palabras.