Capítulo 4

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Melissa.



—¿Te gusta este?

Ella asiente emocionada cuando le muestro el abrigo en color blanco que tiene peluche en su cuello.

—Mucho.

A pesar de tener solo 3 años, mi hija ya muestra una inteligencia y madurez impresionantes, superando a muchos niños de su edad en su capacidad para comunicarse. Mi deseo más profundo es que siga creciendo y desarrollándose, que domine múltiples idiomas y que tenga acceso a todas las oportunidades que el mundo le ofrezca

Quiero que esté preparada para enfrentar los desafíos del futuro, para que pueda defenderse y prosperar en un mundo cada vez más complejo. No me preocupa si parezco ambiciosa o poco humilde; mi objetivo es asegurarme de que mi hija tenga las herramientas necesarias para triunfar en la vida.

Mi meta es cultivar en ella una mentalidad fuerte y resiliente, capaz de superar obstáculos y alcanzar sus sueños. Quiero que sepa que puede lograr cualquier cosa que se proponga, que tenga la confianza y la seguridad para explorar el mundo y descubrir su propio potencial.

No solo quiero que tenga una vida cómoda y segura; quiero que tenga una vida plena y significativa, llena de propósito y pasión. Estoy dispuesta a hacer todo lo que esté en mis manos para garantizar que mi hija tenga el futuro que se merece.

—Hoy vas a conocer a algunas personas, ¿Estás de acuerdo?

—¿Bonitas?

Sonrío.

—Si, cariño.

Sonríe mostrando sus pequeños dientes y asiente feliz, dejando que termine de prepararla.

Luce radiante como una princesa, con su falda de lana suave y el abrigo blanco que realza su belleza innata, una elegancia que parece haber heredado de los Meyer. Mi corazón se hincha de orgullo al mirarla, mi hija, mi pequeña bebé, una niña hermosa que ilumina mi vida.

La idea de que los Meyer la acogerán en su familia me llena de tranquilidad. Estoy segura de que la amarán con la misma intensidad que yo, que la protegerán y la cuidarán como si fuera su propia hija.

En sus ojos brillantes y su sonrisa inocente, veo un futuro lleno de promesas y felicidad. Mi hija es un regalo precioso, y sé que los Meyer la valorarán y la amarán tanto como yo.

Tanto como a su padre.

Un ruido proveniente del piso de abajo, me hace dejar de hacer lo que estoy haciendo y tomo a mi hija encajandola en mi cadera izquierda antes de tomar el arma que siempre tengo conmigo en una esquina de la pared.

Nadie tiene llave de la casa a excepción del Coronel y de Alek, pero este último está en misión y el primero de viaje. Bajo las escaleras con el dedo en el gatillo y en dos segundos la figura de un hombre nos aborda en el pasillo.

—Soy yo.

Dejo salir un suspiro cuando lo veo a la cara.

—Creí que la misión se alargaría dos semanas más.

Guardo el arma bajando el resto de las escaleras hasta estar frente a él. Alek levanta su mano hacia mi cuello y me planta un beso en la boca que correspondo, observando después como acaricia el cabello de Nazli.

—¿No te alegra que haya vuelto?

Sonrío.

—Si, si, claro. —asiento —¿Cómo estás?

—Cansado, pero con muchas ganas de verlas. —sonríe. —¿Iban a salir?

Siento que me hago pequeña con la pregunta y no sé porqué.

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⏰ Última actualización: Sep 23, 2024 ⏰

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