Crowley se encontraba con las mejillas ardiendo de tan rojas que estaban, la boca ligeramente abierta, contrario a sus ojos, que se encontraban todo lo abierto de lo que era capaz.
Azirafel comía con naturalidad, tanto que parecía que no se había dado cuenta de las emociones que había despertado en su compañero. Pasó la servilleta por sus labios, y eso fue suficiente para que Crowley apartara la vista, siendole ahora casi imposible contener sus pensamientos.
Nunca se había sentido así, pero no importaba eso, por qué eso que sentía era tan fuerte que le impedía si quiera volver a ver a Azirafel por el resto de la cena, siendo consiente de lo que pasaría si lo hacía.
-¿No comerás?- Preguntó Azirafel al darse cuenta de que la comoda del vicepresidente se encontraba casi intacto.
-Eh, si, si claro...- Le dió unas cuantas probadas, pero se dió cuenta de que realmente no sería capaz de terminar de comer hasta que lograra calmarse al menos un poco.- Creo que ya estoy satisfecho.
-Pero si no haz comido casi nada.
-Si, bueno... Ya había comido antes de venir, tal vez por eso.- Se justificó.
Después de eso, pidieron la cuenta pues Azirafel también ya había terminado de comer.
Después de pagar y dejar propina, dividiendose la cuenta por partes iguales, ya que Azirafel se negó a dejar que su jefe pagara todo, se fueron de restaurante, rumbo a la próxima parada en su cita... La feria.
Azirafel sonrió enormemente al ver el lugar a donde se aproximaban.
-¡La feria! No sabía que estaba abierta en esta época.
-Ya vez, parece que es nuestro día de suerte.
Al entrar, lo primero que hicieron fue comprar crepas dulces en uno de los puestos al rededor de la feria, fue así cómo Crowley supo que su secretario amaba las crepas, e hizo nota mental para recordarlo la próxima vez.
-¿Y bien?,¿A cuál nos subimos primero?- Preguntó Crowley cruzando los brazos por detrás de su espalda.
-Al carrusel. Siempre había querido subirme a uno.
-¿Y por qué no lo habías hecho?
-No pude, de hecho es la primera vez que vengo a una feria. Mi familia siempre había tenido problemas económicos, nada graves, pero cuando mi papá falleció... Yo tuve que conseguir hasta tres trabajos para ayudar a mi mamá con los gastos y los estudios de mi hermana, y después, ya no tuve tiempo entre todos mis trabajos.
Azirafel suspiró con tristeza, y Crowley comprendió que no quería volver a ver esa expresión de tristeza en su ángel, y haría todo lo posible para que así fuera.
-Vamos.
Ambos se subieron al carrusel, y gritaban emocionados cada que este daba vueltas rápidas. Se sintieron cómo sí volvieran a su infancia, sin preocupaciones, sólo ellos dos. Y se sentían felices por compartir este momento el uno con el otro.
-Pareces un príncipe con ese traje y sobre ese caballo.- Aseguró Azirafel viéndole con ojos maravillados.
-Tú príncipe.
Azirafel sintió una calidez en su pecho y sonrió de lado.
El carrusel paró y ambos bajaron mientras reían. Crowley ayudó a Azirafel a bajarse, tomandolo de la cintura, y Azirafel se abrazó de él, pero aún después de bajar siguieron abrazados mientras reían de felicidad.
-Fue divertido. Aún me sigue sorprendiendo que no haya nadie en la feria, es algo extraño.
-En realidad no, pagué al dueño de la feria para que cerrara el parque, y así nadie nos molestara.- Dijo Crowley sacando las llaves de su bolsillo.
-Oh Crowley, eso es muy gentil de tu parte.
Crowley se sintió orgulloso de haber recibido ese halago de la persona que tanto amaba.
Se subieron a varias atracciones más, hasta que quedó solo una por explorar... La montaña rusa.
-Nunca me eh subido a una.- Confesó Crowley.
-Ni yo, pero estoy seguro de que será divertido.
-Está bien, entonces subamos.
Subieron a la montaña rusa y tan pronto como empezó, Crowley sintió el estómago resvolversele.
-¿Estás bien?- Preguntó Azirafel al verle la cara palida de Crowley.
-Perfectamente.- Respondió fingiendo una sonrisa.
Azirafel empezó a gritar de la emoción y Crowley se vió tentado a abrazarse de él, pero al intentarlo, se dió cuenta de que no podía, estaba paralizado del miedo.
Para cuando el carrito se detuvo, Azirafel estaba sonriente y emocionado, siendo el primero en bajar.
-¡Eso fue excelente¡
Se giró para ver a Crowley, pero enseguida su sonrisa se congeló al verle aún sentado en el carrito y con una expresión de terror.
-¿Crowley?
-No quiero volver a subirme a esta cosa otra vez, perdón Azirafel, pero sentí que me iba a morir en cualquier momento.
A Azirafel le pareció de lo más adorable, y pese a que lo intentó, realmente no pudo contenerse.
Se acercó a paso rápido a Crowley, y antes de que este pudiera si quiera reaccionar, lo tomó del mentón y juntó sus labios con los del pelirrojo.
🥀
Este es el primero de muchos besos más <3 , 💕✨
Gracias por leer ✌️Se les quiere 💕
Goodbye ✨
@Fatalylover
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Hablemos De Negocios
Fanfiction- Y díganos señor Anthony J Crowley, ahora que ha logrado posicionar a la empresa de su padre cómo la mejor este país, y que su fortuna va en aumento, ¿Piensa encontrar alguien con quién casarse? - Preguntó la periodista. - Yo nunca me voy a casar...