③ Ura m i

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-... Geto...

El hombre con vestimenta tradicional sonrió con suficiencia para después dar un rápido vistazo a todo el lugar 

-Lindo apartamento, Gojo tan pretencioso como siempre, y tu... tan sexy como la última vez que te vi

Shoko no podía hablar, más por inercia que por un pensamiento racional intentó tomar de nuevo su telefono, no podía procesar lo que pasaba, Geto, era Geto! es lo único que podía pensar... pero Geto había muerto hace años, como podía estar frente a ella, a caso... No, no era Geto no podia ser él... ese hombre, era Kenjaku? un antiguo hechicero y ahora estaba frente a ella, la había atrapado como un corderito en el matadero, pero si ese era el caso, entonces que era lo que quería?! comó...

-Por tu cara deduzco que estas tratando de entender que hago aquí y quien soy... Shoko... mi linda Shoko... eres hermosa e inteligente pero eres tan estúpida para ser una hechicera

-Qué quieres?!

-Uh siempre tan salvaje, creí que al casarte con Gojo te habías vuelto una dama refinada pero sigues siendo tan corriente como siempre... 

Habló de forma despectiva.

Shoko de pronto se dio cuenta que todo estaba en silencio, no había ni un solo sonido que proviniendo de afuera, estaba a la mitad de uno de los barrios más lujosos y concurridos de todo Japón y ese silencio era imposible... un escalofrío le recorrió la espalda, sabía que tenía que actuar rápido, necesitaba llamar a Gojo, su mente reaccionó y desvió sutilmente su mirada a su celular que se encontraba en la palma de su mano lo desbloqueo con un toque y para llamar a su contacto de emergencia tocó  una... dos.. tres... cuatro...

-Sé lo que estas haciendo... y ni se te ocurra seguir porque eso arruinaría la diversión, si lo llamas tendría que matarte aquí mismo... y mis planes son distintos, no nos hemos visto en muuucho tiempo y quiero que pasemos tiempo de calidad... juntos 

La mano de Shoko se detuvo en secó, sentía un miedo profundo en el pecho, una pesada y fuerte energía maldita la estaba abrumando, venía de afuera, jamás había sentido algo así, no era Gojo, no era nada que conociera, ni siquiera Sukuna, el rey de las maldiciones la había hecho sentir esa cantidad de energía maldita junta, era como si la energía de miles de personas estuviera concentrándose en un solo punto

-Por qué no me invitas una copa?... hablemos Shou... debes tener muchas preguntas...

Geto le ofreció su mano, en ese momento las luces de todo el apartamento se encendieron, dejándola ver el rostro de su antiguo enemigo del jujutsu y su aún más viejo amigo, cuando pasaron un par de segundos y ella no tomó la mano de Geto, él frunció el ceño y se inclino para tomarla bruscamente del antebrazo y obligarla a ponerse pie para arrastrarla hasta la cocina

-Sueltame!

Geto solo sonrió del lado mientras tironeaba de su brazo para obligarla a llegar a la cocina a pesar de la resistencia de la castaña. Una vez estuvieron allí él la soltó empujándola con brusquedad hacía la isla de la cocina ocasionando que ella chocara con fuerza contra el duro mármol que impactó en la parte baja de su espalda produciéndole un dolor sordo

-Sirveme un copa de Macallan*

Shoko lo miró con ira, las comisuras de sus ojos amenazaban con dejar salir las lagrimas que se acumulaban, quería llorar no solo por el dolor del golpe sino porque realmente sentía miedo, no tenía idea de que estaba pasando afuera, de que era ese cumulo de energía maldita o que era lo quería Geto/ Kenjaku con ella...

-No te voy a servir una mierda, lárgate! Gojo llegara pronto, qué es lo que quieres? qué te destruya de nuevo?!

Geto se burló con un risa baja y peligrosa, caminó despacio pero con pasos firmes acercándose a ella para tomar su barbilla entre sus manos y levantarle el rostro para obligarla a mirarlo, el agarre era fuerte, mas fuerte de lo necesario

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⏰ Última actualización: Oct 05 ⏰

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ᴸᵃ ᴾᵉᵒʳ ᵈᵉ ˡᵃˢ ᴹᵃˡᵈⁱᶜⁱᵒⁿᵉˢ|Jujutsu KaisenDonde viven las historias. Descúbrelo ahora