©Adicction / Y.G

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La cara de Yoon Gi al ver a su familia cuando se prendió la luz fue de emoción y gratitud.

Sabía que la morena había planeado todo esto, no podría ser obra de nadie más porque sus padres sabían que él no era muy fanático a celebrar su cumpleaños. Además de que Yoon Gi había notado la intriga que se traía Hye Jin por la mañana.

Abrazó a sus padres, y a su hermano y el abrazo más largo fue para su mejor amiga, él no era alguien tan meloso pero cuando el momento lo requería lo hacía sin pensarlo dos veces, le besó el lóbulo de la oreja y le agradeció bajito por la sorpresa.

En la mesita de la sala estaban acomodados los regalos de cada uno, incluso las dos bolsas que se le habían olvidado a Rin Woo.

— Date una ducha rápida y vístete para que puedas soplar la velas. —dijo la señora Min cuando su hijo se separó de la morena.

— Jung Kook viene con Nam Joon, me acaban de avisar que llegarán pronto. —secundó Hye Jin mirando su celular.

— ¡Vendrá Jung Kook! Menos mal porque sino me aburro. —comentó con emoción Yoon Ko.

Todos rieron ante ello ya que el único que era contemporáneo con el era Jung Jook.

Algunos de aquí se preguntarán la razón por la cual a pesar de la diferencia de edad Jung Kook y el azabache eran tan buenos amigos y lo cierto es que el menor trabajaba como cajero en la cafetería favorita de Yoon Gi.

Jung Kook sabía a la perfección como preparar el café de este y nomás verlo entrar ya sabía lo que tenía que ponerse a a hacer, porque el siempre pedía lo mismo para eso de las dos de la tarde, un croissants y un café amargo.

Y con Nam Joon solo había hecho negocios, el moreno maneja una empresa de hoteles y en el primer acuerdo hubo mucho aprecio del uno hacia el otro. Tanto así que se hicieron muy buenos amigos.

La amistad de Nam Joon y Yoon Gi era muy diferente a la que mantenían Jung Kook y el azabache.

Con Nam Joon podía hablar de manera completa, le gustaba mucho escuchar al moreno y más si hablan de trabajo. Nam Joon era una eminencia y tenía increíbles ideas. Le ayudaba mucho a expandir su mente y poder formar nuevas ideas para hacer crecer su imperio.

Sin embrago con Jung Kook sentía que hablaba con su hermano menor, a parte de que los dos chicos eran contemporáneos. Yoon Gi podía hablar de cualquier cosa con su amigo, siempre lograba sacarle sonrisas con sus ocurrencias y aunque a veces el chico llegaba a ser molesto, adoraba pasar ratos con él y de vez en cuando jugar videojuegos juntos.

— No jugarán por hoy. —dijo el padre.—  Disfrutaremos todos en familia.

— Papá —reclamó Yoon Ko alargando la última "A". —Lo único que hacen estos es hablar de trabajos y estadísticas, nos aburriremos.

Yoon Gi sonrió y se fue al baño. Los demás se quedaron platicando a la espera de los dos amigos que faltaban y que el azabache se duchara para poder picar la tarta.

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Por fin le habían cantado "feliz cumpleaños" a Yoon Gi, después de cenar y probar la tarta estaban todos reunidos en el jardín, disfrutando de la brisa veraniega de esa noche.

Estaban divididos en grupos, Jung Kook y Yoon Ko no se había ido a jugar videojuegos como hubieran preferido, así que decidieron jugar en la piscina, que mejor que darle uso a la piscina en una noche tan calurosa.

Nam Joon, Yoon Gi y Hye Jin estaban sentados en la hierba del jardín sobre una manta como unos universitarios en hora de recreo, la chica ya iba descalza pero aún vestía el mismo conjunto y le comentaban a la morena las historias de cuando eran más jóvenes y las locuras que hacían.

Por otro lado, los señores Min solo se dedicaban a mirar a los chicos divertirse y llenarse los ojos de la juventud que los rodeaba en esos instantes. Y de paso charlar del pasado y de cuando tenían esa edad.

Esa noche estaba a punto de finalizar como una noche tranquila, como un cumpleaños perfecto en familia.

Pero no todo es tan bonito siempre. Hay alguien que tiene que cagar la noche si o si, y ese alguien fue Rin Woo cuando entró como una bala directa hacia el jardín. Nadie se percató de lo que pudo hacer hasta que llegó al sitio, para sorpresa de todos ella tenía una copia de la llave de la casa y eso fue aún más terrible.

Se detuvo en frente de los tres y señaló a Hye Rin.

— Eres una maldita zorra.

Hye Jin se levantó y no pensó dos veces en abofetearla. ¿Quien se creía esa chica para ofenderla de ese modo?

— ¿Y tu quien mierda eres? —Nam Joon soltó enfurecido y se levantó con Yoon Gi al mismo tiempo.

— ¡Me mentiste! —la castaña gritó con furia y hizo el amago de devolverle la bofetada a Hye Rin.

Repetimos, hizo el amago porque no lo logró. La morena fue astuta y le detuvo el brazo.

— Ni aún así te das cuenta de las cosas. —comentó ella con una rabia escondida.

— ¿De que me voy a dar cuenta? ¿De que me mentiste para estar a solas con Yoon Gi? —atacó.

Todos miraban atentos a lo que sucedía, nadie había dicho una palabra pero estaban en alerta por si las cosas pasaban a otro nivel.

— Eso que acusas es algo que no te incumbe. No es el caso, pero si así lo fuera, deberías de perderte en este instante. —rebatió Hye Jin.

— Tú has hecho que me pierda mucho se hoy.

— Discúlpame Moon Rin Woo, pero te equivocas en muchas cosas —ante el duro tono de Yoon Gi y lo que empezaba a decir la castaña arrugó su entrecejo y le prestó atención al azabache, quien tras decir lo que dijo se enderezó y cruzó los brazos a la altura de su pecho. — Hye Jin solo hizo lo que yo le pedí, eres molesta, empalagosa y no entiendes que no puedo tener nada contigo. Quería tenerte como una amiga y vecina. Pero ya veo que te tomas la confianza que no se te ha dado, así que por favor te pido que te largues de mi casa porque acabas de arruinar mi cumpleaños. —Ella lo miró incrédula.— Y dejas la llave que tienes como copia aquí.

— Pero Yoon.. —Rin Woo intento poner cara de lastima pero antes de que pudiera intentar decir algo Yoon Ko se adelantó.

— Ya vete de aquí.

La chica intentó hacerse la herida pero nadie fue a donde estaba ella simplemente la observaron irse y después siguieron en lo que estaban. Olvidando el pequeño momento irritable.