Capítulo 11 ⭐

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Al amanecer del día siguiente al ciclo lunar, Yoongi se despertó con un nudo en el estómago. Cuando miró hacia su lado, vio a Jimin sentado en la cama, con la mirada perdida y la expresión sombría. El resplandor del sol que entraba por la ventana iluminaba su rostro, pero no podía ocultar la tristeza que lo envolvía.

— ¿Jimin?—Yoongi se sentó en la cama, preocupado—Oye, mmm... ¿E-Estás bien?

El Omega suspiró, mientras sus ojitos reflejaban melancolía.

— No, no estoy bien—admitió con voz temblorosa.

— ¿Por qué? ¿Qué pasó?—rápidamente, el doctor dejó sus manos sobre el vientre del Omega—¿Los cachorros están bien, Jimin?

— Los bebés están bien, Yoongi—el Alfa se sorprendió al ver los ojitos azules de su amor llenos de lágrimas—Es solo que...ayer...n-no pude transformarme en mi forma de lobo.

— Oh—el Alfa suspiró aliviado porque los cachorros y su Omega estaban bien, a pesar de todo. Entretanto, una pequeña sonrisita tímida floreció en sus labios—Bueno, no es...

— Me siento inútil—Jimin lo interrumpió—Debí ser capaz de estar a tu lado, anoche. De compartir esa conexión...y, sin embargo, estoy aquí, con los cachorros de otro Alfa en mi vientre.

Yoongi sintió una punzada de dolor en su corazón.

— P-Pero no es tu culpa— le dijo con suavidad—Jimin, no...no deberías sentirte así.

Jimin bajó la mirada, sintiéndose pequeño, por primera vez en su vida.

— Pero lo hago, Yoongi. Me siento mal porque...debí haber tomado mejores decisiones.

Cerró los ojitos, recostándose sobre el pecho del Alfa y escondiendo la carita bajo su cuello en busca del aroma a sándalo y café. El silencio se instaló entre ellos, pesado y cargado de emociones.

— No sabes como lo siento, Omega—finalmente, Yoongi encontró las palabras—Lamento mucho no haberte buscado antes. Fui un tonto por no haberte encontrado a tiempo.

— A-Alfa—Jimin comenzó a llorar. No soportaba más.

Estaba cansado de fingir. A pesar de su carácter fuerte y su voluntad inquebrantable, la constante lucha comenzaba a pesarle. Sabía que era un omega distinto a los estereotipos: siempre había peleado por su libertad, por su lugar en un mundo que intentaba encasillarlo. Pero en esos momentos, su lobo y él compartían un cansancio que había permanecido oculto por demasiado tiempo.

Jimin se daba cuenta de que por mucho que quisiera, no siempre podía ser el escudo que protegía a todos. Necesitaba ayuda, aunque jamás lo admitiera en voz alta. Estar en constante alerta, defendiendo sus decisiones, su vida y ahora a sus cachorros, lo había desgastado más de lo que quería aceptar.

Realmente, había momentos en que su corazón latía con desesperación, rogando por un refugio donde pudiera descansar, donde ya no tuviera que fingir que todo estaba bien.

— Ey, Omega, mírame.

— P-Perdóname, A-Alfa, yo...yo...

— Ya basta. Mírame, ¿sí?—con delicadeza, Yoongi lo obligó a levantar la mirada y perderse en sus ojos gatunos, brillantes y dorados—No llores más, mi Omega. Porque yo estoy dispuesto a todo por ti.

Jimin lo miró, y una pequeña sonrisa se curvó en sus labios, aún cuando la tristeza se reflejaba en su rostro.

— A-Aún cuando yo...

— Sí. Quiero amarte, no solo porque nuestros destinos están entrelazados—con cuidado, acarició una de sus mejillas rellenitas y sonrosadas. El Omega ronroneó a gusto—Sino porque siento que podemos construir algo fuerte juntos.

⭐ Pequeñas estrellas en mi vientre ⭐(YOONMIN/JIMSU) OMEGAVERSEDonde viven las historias. Descúbrelo ahora