PREFACIO

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KALIETH

En mis días más oscuros anhelaba poder dormir como un ser humano ordinario. Era incapaz de hacerlo. Lo que era me impedía soñar, no me quejaba, pero tampoco me gustaba.

Hacía años que no conseguía pegar un ojo, tampoco lo necesitaba, aun así quería volver a sentirme humano. Quizá no extrañaba mi vida antes de convertirme en lo que actualmente representaba, sin embargo, deseaba volver a sentir esa calidez que aseguraba el latido de un corazón.

Había olvidado la sensación de sentirme vivo, no podía tan siquiera pensarlo. Estaba presente, mis hermanos me notaban, pero me sentía ausente en todo momento. Me preguntaba si seguiría sintiendo ese hueco dentro del pecho durante toda la vida.

No existía una forma de que algo o en todo caso alguien llenara mi vacío. Me había resignado a la idea de sentirme solo.

De repente algo en mi interior cobró vida. Era imposible, esperaba haberme confundido. Pero no, no estaba confundido y mucho menos alucinaba.

Era real. Podía sentirlo con solamente admirar la manera en que le nacía ayudar a alguien que jamás había conocido.

Ella poseía la calidez que por tanto tiempo había estado buscando. En sus ojos percibí la nobleza de su corazón, cuando sonreía una cadena invisible tiraba de mí para encadenarme a su frágil alma, me perdía en la belleza que desprendía con solo dirigirme la palabra.

Nunca dejaba pasar la oportunidad de guardar en mi memoria cada una de sus facciones, porque... era ella.

Entre tantas personas Isleen Green me había cautivado.

Sin embargo, odiaba la idea de que mi mundo la condenaría.

La sombra que nos acechaba no se detendría hasta que uno de los míos cayera. Buscaba a toda costa hundirnos, para hacerlo necesitaba apuntar a mi punto débil.

Mi debilidad no era mi familia aunque en vista de todos se escuchase desalmado o egoísta.

En verdad mi única debilidad era ella.

No podía contemplar la idea de un mundo sin mi pequeña. Antes hubiera preferido verme en las llamas del infierno donde todo ser infernal tenía un lugar asegurado.

Pero no fue así.

Entonces mi mundo se tornó oscuro cuando su pequeño cuerpo permaneció tendido sobre la suciedad del bosque, su piel cubierta de lodo y su rostro sin señales de vida.

Marca infernal #1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora