Relatos Musicales

I'm in here (Marichat)

Consuelo Gatuno

Shipp: Leve Marichat?)
Advertencia:---
Aclaraciones:Tenía ganas de subir este relato, por ello, la canción no resuena mucho con la historia.

. . . . . . . . .

Miedo.

¿Qué es el miedo? Según la gran real academia el miedo es la perturbación angustiosa del ánimo por un riesgo o daño real o imaginario.

En palabras más sencillas..

Cuando tu corazón late con fuerza, sientes tus manos temblorosas, pareciera que tu cuerpo no tiene fuerzas ni para quedarse de pie, tus piernas no responden, tus brazos tampoco, tu cuerpo tiembla como si una gelatina fuera y a la vez, pareciera como si fuera una piedra.

Eso sintió Marinette en el momento en el que los reporteros se acercaron a ella intentando conseguir hacerla hablar.

No a Ladybug.

A Marinette.

Su mente divagaba hacia el instante en el que sucedió todo.

Después de usar su amuleto encantado sonó el primer pitido indicando que pronto se iba a destranformar.

"Bien, cuando suene por 3era vez, me voy"

Pensó para si misma pues el akumatizado le estaba dando demasiada batalla, a ella y a Chat Noir.

Un segundo pitido indicando su pronta destransformación.

Y el tercero llegó.

—Debo de irme— Mencionó corriendo junto a su compañero Gatuno quien asintió.

¡Que ingenua!

¿Quién iba a pensar que el akumatizado no la dejaría ir tan fácilmente?

¿Quién iba a pensar que la pelea duraría más de lo planeado?

Y justo cuando la víctima de Hawk Moth se destransformo, ella también.

A la vista de todos.

A la vista de los reporteros

A la vista de su compañero.

A la vista de su mejor amiga.

A la vista de los ciudadanos parisinos.

—Así como lo oyen, Marinette Dupain-Cheng, la hija de los mejores panaderos de aquí en Parías es la heroína Ladybug

Eso la sacó de sus pensamientos

—¿Algunas Palabras, Mari...Ladybug?—Preguntó Nadja Chamack con una sonrisa, extendiendo el micrófono hacia ella.

—Yo...yo— Tartamudeaba de manera torpe, su respiración se volvía cada vez más irregular, nadie parecía darse cuenta de eso, solo veían lo que querían y eso era, saber quien estaba detrás de la famosa protectora de París.

Nadie se dio cuenta de lo abrumada que se estaba sintiendo, nadie se dio cuenta que el oxígeno comenzaba a hacerle falta. Nadie se dio cuenta del ataque de pánico que estaba a punto de tener.

O casi nadie.

—Con su permiso, pero debemos irnos—Escuchó una voz masculina seguido de una mano sosteniendo su cintura. — Nos vemos.

Y lo último que vio fue a los reporteros gritando pidiendo alguna entrevista.

Chat Noir, su compañero gatuno la llevó a un lugar alto que reconoció inmediatamente como su casa.

—¿Estás bien? —Preguntó él, eran muy pocas veces que Chat se comportaba así.

Por lo general era coqueto, travieso y bromista pero ahora lucía preocupado y estaba algo callado.

Ella sonrió de forma amarga, sintiendo como sus ojos se inundaban de lágrimas.

"Las identidades deben ser un secreto" Fue lo que le dijo a su equipo. Las identidades debían mantenerse ocultas para proteger a sus seres queridos inclusive entre ellos mismos no debían saber quiénes son.

Y ahora, por un descuido, todos sabían quién era Ladybug.

Recordó las caras de todos.

De los reporteros, de algunos parisinos, de Alya...

¡Oh, Alya!

Ella estaba grabando cuando sucedió eso.

¿Ahora como la miraría? ¿Cómo se sentía Alya sabiendo que su mejor amiga era su más grande idola? ¿Qué haría ahora? ¿Cómo podría seguir siendo la Marinette normal si todos la estarían viendo? Sus padres...¿Qué estarían pensando en estos momentos?

—¿Qué haré? —Se preguntó en voz alta, sintiendo un nudo en la garganta que no la dejaba respirar correctamente. Sentía que en cualquier momento podía caerse, sentía que sus piernas faltarían, sus manos estaban sudando, la falta de respiración comenzó a estar presente.

Sentía que se ahogaba.

Todo París sabe quien es Ladybug.

—My Lady...lo resolveremos juntos —Sintió como unos brazos la rodearon y el calor corporal de su amigo y compañero se hizo presente.— Pasé lo que pasé, no te dejaré sola.

No sabía si el gato estaba aprovechando para abrazarla o si realmente la estaba consolando pero de cualquier forma, correspondió el abrazo. Escondiendo su cara en el pecho del portador de la mala suerte.

Uno...

Dos...

Tres segundos pasaron para el gato antes de escuchar como la chica que más ama comenzará a llorar.

Se quedó callado, abrazándola con fuerza, realmente no sabía que pasaría a continuación para la chica de coletas. Sabía como se comportaban los fanáticos y reporteros pero ella no, temía que la chica no aguantara demasiado con la presión de tener a la ciudad viéndote siempre.

Lo único de lo que estaba seguro, era de que estaría a su lado, como pretendiente, como compañero de peleas, como amigo...

No la dejaría sola.

Un "Beep" interrumpió el momento íntimo que ambos compartían, la chica se alejó despacio dejando al chico algo decepcionado de que el abrazo no durará más tiempo.

—Estaré bien, Chat Noir, debes de irte —Murmuró ella sintiendo las mejillas sonrojadas de la vergüenza, había llorado enfrente de él.

Él no quería separarse de ella, no quería irse pero se iba a destranformar.

¿Qué caso tenía que ella supiera su identidad? Él sabía la de ella, debían ser justos ¿No? Con una sonrisa coqueta se acercó a ella antes de ser detenido por la meno de la chica.

—Mi identidad salió a la luz, no la tuya, es mejor que no te expongas —Sonrió un poco, ella parecía leerle el pensamiento.—Además, los reporteros no tardarán en llegar.

El chico suspiro, si eso es lo que ella quería...

—Adiós, Princesa~ —se despidió de ella con una sonrisa característica de él y antes de irse es detenido por Marinette.

Dudativa, ella se acercó, plantando un rápido pero suave beso en la mejilla de él.

—Gracias—Murmuró ella sintiendo sus mejillas rojas.

El chico sonrió de manera coqueta y arrogante.

—Sabía que te enamorarías un día de mí, Adiós Princesa~

Y sin más se fue dejando sola a la chica sonriendo olvidándose por un momento el problema.

—¿Marinette? ¿Estás aquí, cariño?

La realidad la golpeó nuevamente al escuchar la voz de su madre.

Sus padres.

Suspiro tomando aire, tendrían una larga charla.

Una gran charla.