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Los movimientos de las caderas ajenas rozando contra su cuerpo le enloquecieron.
Era tan adictivo, aquel joven que de movía con gracia y sutileza al mismo tiempo, con tanta libertad y casi, podía apostar, sabiendo que Chanyeol ya estaba loco por él. Lo confirmo el mismo cuando se atrevió entonces a colocar sus manos gruesas y grandes sobre la, recién descubierta, cintura bien formada del contrario.

Oh Sehun, ¿Ese era él?, no tenía nada que ver con la misera descripción que Kai le había dado días antes: un chico dulce, sencillo, demasiado alto y delgado, tímido y con cabello castaño.

Únicamente había atinado al tono de su cabello. Solo eso.
Era lindo, extremadamente atractivo, sensual. No se veía para nada tímido, y suponía entonces que era por los efectos del alcohol.
Ahora bien, Chanyeol no se arrepentía de absolutamente nada, no había querido salir de su casa después de la media noche, el sabor amargo del cadáver de aquel niño entrando por su puerta le había hecho fatigar en demasía, y su amigo que parecía no conocer límites, está vez, había estado muy acertivo.

Chanyeol no se arrepentía de dejar la comodidad de su casa, adentrarse en ese antro de porquería de su pequeña ciudad (si, pequeña) y colocar sus manos sobre aquel cuerpo que le encendía.

Quería hacerlo suyo, y ser de Sehun. Configurar sus cuerpos juntos, ser uno mismo. Dejar marcas en su cuello, en su pecho, en las clavículas que se asomaban por el escote de su camisa cuello redondo.

El maquillaje, suponía; en su ojo le daba un toque mucho más sexy y llamativo; no entendía por completo el concepto del mismo, pero suponía que a Sehun, por lo visto, le gustaba ser excéntrico.

— Eres muy alto... Nunca creí que conocería a alguien mucho más alto que yo.— susurro el contrario, girandose para darle la cara a Chanyeol, y este lo agradeció.— Muy guapo, Kyungsoo no mentía cuando me dijo que no me arrepentiría de venir y conocerte.

Ahí estaba, otra cosa que... ¿Tenían en común?, aparte de la enorme atracción entre ambos, demasiado evidente, por cierto.

— Kai tampoco mentía... Eres mucho más lindo...

—¿Lindo?, bueno... Supongo que eso es bueno.— musitó el más bajo, rodeando del cuello a Chanyeol mientras pegaba su nariz al mentón ajeno. La cercanía y las luces repentinas que iluminaban la cara de Sehun le hicieron notar al contrario que, aquello cruzando en su ojo izquierdo no era maquillaje.

La cicatriz era profunda, venía desde su piel, sus ojos eran azules, demasiado bonitos... La cicatriz le daba un toque... Si, sensual. Pero ahora la curiosidad le mataba por preguntar.
Aún así, no era momento.

Aguardo hasta que ambos estuvieran solos, cuando Sehun insistió en salir del bar sin avisarles a sus amigos, tomándolo de la mano con suma fuerza, Chanyeol no pudo refutar entonces. Lo siguió por el tumulto de personas alocadas entre sí, hasta la salida. El aire fresco lo recibió, y pudo ver a Sehun abrochando su chaqueta de cuero negro que se ceñia a su cuerpo.

—¿Me invitas a su casa?— pregunto con una sonrisa, echando su cabello corto hacia atrás.

Chanyeol asintió.— Por supuesto que sí.

Debido al tamaño de la ciudad, opto por caminar. Además, así conocería un poco mejor al chico lindo y sexy que lo sostenía de la mano con fuerza. A pesar del aire fresco, la mano de Sehun era tibia, entre suave y... Chanyeol pudo notar pequeños callos en sus manos.

— Entonces... ¿Oh Sehun, verdad? — pregunto, algo torpe y nervioso ahora.— Dime, cuántos años tienes... ¿Eres de por aquí?, jamás te había visto.

Sehun le miro de reojo, sonriente y negó.— No, me he mirado hace un mes más o menos. La universidad queda relativamente cerca de aquí, la renta es barata, la gente no se mete en tus asuntos... La vida es sencilla por aquí. — dijo, encogiéndose de hombros.— Nunca pasa nada interesante. — susurro, con un apice de voz diferente, como... Algo extraño, misterioso.

EMPTYDonde viven las historias. Descúbrelo ahora