CAPITULO 12: EL CALDERO CHORREANTE

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CAPITULO 12: EL CALDERO CHORREANTE

Referencias:

-hello-dialogo.

«hello», pensamientos.

-hola-recuerdos.

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Era de día, el sol poco a poco salia de su escondite y Harry Potter se encontraba en una habitación por parte del Caldero Chorreante.

Fue una sorpresa para el dueño del lugar recibir a Harry Potter a altas horas de la noche, entonces le reservo una habitación para que hospedara hasta su comienzo a clases en Hogwarts.

Para suerte de Harry, no le cobro ni un Galeón, pero el niño no queriendo aprovecharse de eso, lo ayudaba en un par de cosas de bebidas.

Obviamente usando una gorra y uniforme del lugar, no quería que una horda de Magos y Brujas llegaran a incomodarlo.

Pero bueno, Harry recibió una carta por parte del Ministerio de Magia, se indigno bastante al saber que por culpa de la magia de un Elfo Doméstico, lo culpaban a el.

No hubo una sanción en modo de dinero, sino más bien la prohibición de usar magia fuera de la escuela.

Eso complicaba las cosas, no sabía cómo quitar esa sanción, pero lo resolvería en el próximo verano cuando vaya a Gringotts a hablar con su gerente.

Este año solo iría a retirar dinero para comprar sus útiles, aún no se sentía listo para abarcar una conversación con su gerente de cuentas por todo lo ocurrido con el Elfo y la carta del Ministerio.

Ahora mismo leía las cartas de Hermione mostrando lo preocupada que está por no recibir una carta suya. Suspiro sabiendo que no podría enviarle por lo menos una carta, ya que mando a Hedwig a Hogwarts.

Mirando entre las cartas, también recibió una de Neville y eso que lo sorprendió, pero le agradeció que lo tomara en cuenta. Ese chico es tímido, pero si tenía el coraje suficiente como para aguantar al profesor Snape incluso si lo hace llorar.

Dejando las cartas aún lado, aún recordaba la advertencia de Dobby el Elfo Doméstico. Algo sabía que no quiere contar, el debe saber del porque ahora Hogwarts se pondrá peligroso cuando inicien las clases.

No es normal que un ciervo desobedezca a sus amos, eso lo condenaría de por vida.
No queriendo verse vulnerable como cuando enfrentó a Quirrell, se alisto para el día. Desayunaría y se iría en busca de un Libro para hechizos de Defensas.

Las Clases de Quirrell fueron inútiles y tendría que avanzar a como de lugar. Si hay un peligro en Hogwarts este año, estará listo para defenderse.

-Buenos días Tom. Me gustaría un desayuno completo -dijo Harry mientras se sentaba cerca de la barra.

-Por supuesto James -guiño el Barista usando el segundo nombre de Harry para evitar escándalos en sus clientes.

Harry asintió y se acomodo un poco el cabello para tapar su cicatriz, si bien tenía una gorra, no pensaba en confiarse. Desayuno tranquilo y salió del Caldero hacia el Callejón Diagon.

Ahora mismo está muy tranquilo, pero esperaría su carta para los útiles que no debería tardar ya que es agosto. Fue a Gringotts y retiró los Galeones ya calculados para sus útiles y unos Galeones extra para que usaría hoy.

Fue hacia la biblioteca y miro los libros, lo que le sorprendía es que el libro más popular se trataba del Mago llamado Gilderoy Lockhart.

Se compró un libro para ver qué tal y también llevo algunas de Defensa y Contraataque de la Magia Tomos II y IV.
Mientras regresaba hacia su habitación alquilada en el Caldero, un hombre anciano caminaba con la mirada muy intimidante y con aura de si llegara a molestarlo, terminaría mal.

El Señor De Las MoscasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora