Pasaron unos meses y la vida de Violeta y Chiara se tornó más complicada. El proyecto en el que trabajaban juntas terminó, y ahora Violeta estaba inmersa en un nuevo trabajo que le absorbía gran parte de su tiempo. Chiara, por su parte, seguía adelante con su carrera y sus estudios, lo cual también era bastante demandante. Aunque intentaban sacar tiempo para estar juntas, las circunstancias estaban poniendo a prueba su relación.
Una tarde, Chiara envió un mensaje a Violeta, pidiendo encontrarse para pasar tiempo juntas. La respuesta de Violeta fue breve y fría:
—"Lo siento, tengo rodaje hasta la madrugada."
Chiara sintió un nudo en el estómago, pero trató de no dejar que la preocupación la consumiera. Esa noche, Bea, una amiga de la carrera, la invitó a una fiesta. Chiara decidió ir, buscando distraerse un poco. Mientras tanto, Violeta, al llegar tarde a casa tras una larga jornada, revisó sus redes sociales. Se sorprendió al ver historias de Chiara en la fiesta con Bea y otros amigos, bailando y disfrutando. Violeta sintió una punzada de celos y preocupación.
A la mañana siguiente, Violeta se presentó en la casa de Chiara. La encontró en la cocina, aún con el alboroto de la fiesta en el aire. Chiara, al ver a Violeta, la recibió con un beso, pero notó la tensión en el rostro de su pareja.
Chiara:
—Buenos días, ¿qué haces aquí tan temprano?
Violeta, con un tono serio, se cruzó de brazos:
—Buenos días. Vi tus historias de la fiesta anoche. ¿Podemos hablar?
Chiara, visiblemente confundida, dejó el café en la mesa y se acercó a Violeta:
—¿De qué quieres hablar?
Violeta, tratando de mantener la calma, pero con un tono de reproche:
—De que parece que nuestras vidas están cada vez más separadas. Yo estoy trabajando todo el tiempo, y cuando intento vernos, tú estás ocupada en fiestas y salidas. Siento que ya no estamos en la misma sintonía.
Chiara, un poco defensiva, respondió:
—No es justo que me reproches eso. Tú también estás ocupada con tu trabajo. Y sí, salí anoche, pero solo estaba tratando de relajarse y divertirme un poco. No significa que no te quiera.
Violeta, con una mezcla de frustración y tristeza, dijo:
—Lo sé, pero parece que todo lo que hacemos ahora es hacer malabares con nuestras agendas. La diferencia de edad también está empezando a ser un problema, ¿verdad? Te veo como una persona que todavía está explorando la vida, y yo estoy tratando de establecerme en mi carrera.
Chiara, con un tono más suave pero firme, respondió:
—No es solo la edad, Violeta. Es que ambos estamos en diferentes etapas de nuestras vidas, y eso está afectando nuestra relación. Pero eso no significa que no pueda cambiar. Me importas mucho, pero siento que estás sacando conclusiones precipitadas.
Violeta suspiró, y luego con un tono más reflexivo dijo:
—No quiero que esto se convierta en algo que simplemente se desvanezca. Pero si vamos a seguir adelante, necesitamos encontrar un equilibrio. No quiero que te sientas atrapada en una relación que no puedes manejar.
Chiara la miró a los ojos, buscando una solución:
—Lo entiendo. ¿Qué te parece si tratamos de planificar nuestro tiempo juntas con más atención? Así podemos asegurarnos de que no solo estemos en contacto, sino que realmente disfrutemos de esos momentos. Quiero que esto funcione, pero también necesito sentir que estamos trabajando en ello juntos.
Violeta asintió lentamente, un poco aliviada:
—Eso suena bien. Vamos a intentarlo. Pero si algo no está funcionando, necesitamos hablarlo antes de que sea demasiado tarde.
Chiara le tomó la mano, con una sonrisa esperanzada:
—Lo prometo. Vamos a hacer todo lo posible para que esto funcione.
Ambas se abrazaron, intentando encontrar un punto de equilibrio en medio de sus complicadas vidas.
Esa mañana, Violeta y Chiara decidieron pasarla juntas. Estaban acurrucadas en el sofá del piso de Chiara, compartiendo besos y caricias, disfrutando de un momento de intimidad y tranquilidad. La sensación de cercanía y amor era palpable, y por un momento, parecían olvidar las tensiones y problemas que los rodeaban.
Sin embargo, el sonido del teléfono de Violeta rompió la calma. Era Nohemí, la directora del nuevo proyecto en el que Violeta estaba involucrada. La voz de Noemi, apresurada, llegó a través del altavoz.
—Violeta, necesito que vengas al set ahora mismo. Hemos adelantado el rodaje de una de las escenas y te necesitamos urgentemente.
Chiara, que estaba descansando la cabeza sobre el hombro de Violeta, levantó la vista al escuchar la llamada. Violeta, con una expresión de preocupación, se disculpó con Chiara mientras hablaba con Noemi.
—Entiendo, Noemi. Estaré allí lo más pronto posible. Gracias por avisarme.
Cuando colgó, Violeta miró a Chiara con una mezcla de tristeza y resignación.
—Lo siento, Kiki. Tengo que irme al set. Han adelantado una escena y me necesitan urgentemente.
Chiara, con una expresión de desilusión, pero entendiendo la situación, le dio una sonrisa triste:
—Si tienes que ir, ve. Lo importante es que hagas tu trabajo. Prometiste recompensar el tiempo que estamos perdiendo, así que lo tomaré en cuenta.
Violeta, con una sonrisa de disculpas, le dio un último beso antes de levantarse:
—Prometo que compensaré cada minuto. Haré todo lo posible para que esto no nos aleje. Te amo y quiero que sepas que eres lo más importante para mí.
Chiara, aunque con el corazón algo roto por la pronta separación, le devolvió el beso con ternura:
—Yo también te amo. Ve y haz lo que necesitas hacer. Estaré esperando.
Violeta se vistió rápidamente, recogió sus cosas y se dirigió al set. Mientras salía del apartamento, miró una última vez a Chiara, quien estaba de pie en el umbral, con una expresión de comprensión pero también de tristeza.
La jornada en el set fue frenética para Violeta, y aunque su mente estaba ocupada con el trabajo, no podía dejar de pensar en Chiara y en lo que significaba para ella. Por su parte, Chiara intentó distraerse y enfocarse en sus estudios y en el trabajo, pero no pudo evitar sentir la ausencia de Violeta en su vida cotidiana.
A pesar de la distancia temporal que se imponía por el trabajo, Violeta se comprometió a mantener su promesa y a dedicar tiempo a Chiara en cuanto pudiera, tratando de equilibrar las demandas de su carrera con el amor que sentía por ella.
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Entre Estrellas y Promesas- KIVI
FanfictionChiara, una joven asistente de dirección de 18 años, y Violeta, una aclamada actriz de 25 años, se embarcan en un romance inesperado en el mundo glamuroso del entretenimiento. A medida que su relación florece, deben enfrentar no solo la diferencia d...